«En la Feria del Libro no se busca la novedad, sino lo diferente»

Verónica Durán y Nuria Lupiáñez, nuevas responsables de la cita sevillana, quieren llevarla a los barrios, los institutos, la cárcel, las residencias de ancianos... y que se viva durante todo el año

30 oct 2017 / 20:09 h - Actualizado: 31 oct 2017 / 07:29 h.
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  • Nuria Lupiáñez (izquierda) y Verónica Durán, en el acto de presentación de la nueva dirección de la Feria del Libro de Sevilla. / El Correo
    Nuria Lupiáñez (izquierda) y Verónica Durán, en el acto de presentación de la nueva dirección de la Feria del Libro de Sevilla. / El Correo
  • Público en la Feria del Libro de Sevilla. / Inma Flores
    Público en la Feria del Libro de Sevilla. / Inma Flores
  • Tebeos en la cita librera de noviembre.
    Tebeos en la cita librera de noviembre.
  • Un visitante hojea uno de los libros. / Inma Flores
    Un visitante hojea uno de los libros. / Inma Flores

Eran la mano derecha y la izquierda del anterior director, Javier López Yáñez. Recorrieron junto a él los últimos quince años de la gran cita editorial de la primavera hispalense, incluida la travesía sahariana de la crisis. Hoy, la nueva directora de la Feria del Libro de Sevilla (FLS), Verónica Durán, y su adjunta y directora de comunicación, Nuria Lupiáñez, se plantean la sucesión no como un zafarrancho sino como «un nuevo sueño». Tantas cosas quieren hacer que da un poco de vértigo pensar que puedan no salirles. La forma de no caerse, decían ayer, será ir poco a poco. El primer examen lo tendrán del 3 al 13 de mayo de 2018.

—¿Qué cambios se notarán ya en la próxima edición?

—Verónica Durán: Por ejemplo, la mayor presencia de sellos editoriales independientes, que es de las cosas a las que vamos a dar más prioridad. Estamos también pidiendo presupuestos y hablando con instituciones, porque no sabemos todavía qué formato le vamos a dar. No quiere decir que vaya a haber necesariamente más casetas.

—Nuria Lupiáñez: Otro de los grandes retos es mantener un equilibrio. Hay una necesidad de que entren más sellos pequeños e independientes, pero tampoco podemos eliminar a los grandes grupos ni podemos dejar de pensar en las librerías como el canal preferente de venta de libros. El año que viene será el del escaparate, algo se tiene que ver y notar, pero tampoco va a ser una locura. Habrá pasos que se den, pero no todos.

—Habláis de dar más importancia a los fondos de las librerías y que no todo sean novedades. ¿Cómo se hace eso cuando lo que quieren las editoriales es promocionar sus últimos lanzamientos?

—VD: En la última edición, de 39 expositores 19 eran librerías. Queremos incentivar a estas para que vengan con un fondo editorial más diverso. Porque nos hemos dado cuenta de que el visitante, cuando viene a la feria, no va buscando las novedades, que ya las conoce. Lo que quiere buscar son libros diferentes. De ahí no solo que queramos más editoriales independientes sino también que se especialicen las librerías. Y vamos a incentivarlo.

—NL: Que en el reglamento se priorice la especialización. Pero las librerías son las que tienen que apretarse los machos.

—¿Quiénes tienen que estar que no están?

—NL: Alguna librería que no ha participado. Como la Extra-Vagante, ahora Caótica, que no estuvo el año pasado al encontrarse en ese momento de transición. Y La Fuga, que nos gustaría que estuviera como lo estuvo en su momento. Y especializadas. Básicamente, esas dos. Yerma también nos ha dicho que volverá este año, tras un problema puntual que tuvo en la edición pasada y le impidió participar. Las librerías son la prioridad, porque las editoriales pueden estar presentes a través de ellas.

—Es curioso que, quizá, la mayoría de la gente no sabe quién organiza la Feria del Libro de Sevilla.

—VD: Sí. Queremos dar mucha más visibilidad a la Asociación Feria del Libro de Sevilla, porque a día de hoy la mayoría de la gente se cree que la feria la organiza el Ayuntamiento, y es que no saben. ¡Pero incluso expositores! Es increíble, pero es así; es totalmente invisible de cara a la ciudadanía. Por eso queremos darle esa presencia y no solo durante el evento, sino todo el año. Porque además es un modelo del que nos sentimos orgullosos

—NL: Lo que hemos detectado desde hace ya mucho tiempo, interna y externamente, es que había una falta de comunicación tanto a la ciudadanía como interna en la asociación y en el sector en general en Sevilla. La FLS es un evento que aglutina a todos, y uno de los grandes logros de la etapa de Javier fue precisamente el conseguir, por lo menos de cara a la feria, que todos se unieran, consolidar a todo el sector. Ahora el reto es que haya una presencia durante todo el año de eso que hemos conseguido, lograr una simbiosis entre el sector del libro y la ciudad. Mucha gente se piensa que la FLS la monta el Ayuntamiento, porque además de esa manera es más fácil echar las culpas si algo no te gusta. Si no te gustan los expositores, con decir que vaya birria de casetas que ha montado este año Juan Espadas tienes bastante.

—Para mucho de lo que queréis hacer se requiere dinero.

—VD: Ahora mismo, el presupuesto de la feria está en torno a 160 o 170.000 euros, y queremos por lo menos llegar este año a los 200.000. La diferencia saldría de involucrar mucho más a los actuales patrocinadores, y por supuesto en lugar destacado al Ayuntamiento, que es la administración que creemos que se tiene que implicar de una manera más destacada. Y aun así, son los que más aportan con diferencia. La Consejería, la Diputación... estamos muy contentos con la aportación, pero para llevar estos proyectos nuevos... Muchos de ellos son más de coordinación, pero otros, como lo de los editores que decíamos antes, que es nuestro proyecto más ambicioso... eso requiere presupuesto.

—NL: Y también hace falta para esa idea de conseguir, como yo digo, que ya huela a feria desde antes, a través de distintas actividades. La idea es también poner la mirada en el patrocinio privado, que es el que menos nos está apoyando. Y ampliar un poco el abanico de los patrocinadores. Porque cualquiera puede identificarse con este proyecto cultural.

—VD: La FLS es un auténtico escaparate para todos. Son once días y eso debe de ser muy atractivo para muchos patrocinadores.

—¿Cuál va a ser el tema del año que viene?

—NL: Estamos trabajando en eso. No te lo podemos decir todavía, porque aún hay que comentarlo con patrocinadores. Sí te decimos que va a ser un tema del que se está hablando mucho, algo que a la sociedad ahora mismo le preocupa, que se está viviendo y hablando.

—¿No os parece que la Plaza Nueva se ha quedado pequeña?

—VD: Es una limitación física, pero no hemos pensado en otros escenarios. Lo único, aprovechar su prolongación natural, que es la Plaza de San Francisco, como cuando antes de la crisis, cuando teníamos unos presupuestos que realmente no hemos llegado a recuperar. Ese sería el salto natural. Pero ni siquiera estamos ahí. Hay que llevar la FLS a otros barrios.

—NL: Llevar la feria a quienes no pueden venir a la feria: desde ir a la cárcel hasta a los hospitales, residencias de ancianos... Pero la FLS, como espacio expositivo y de ventas, seguiría estando en la Plaza Nueva. Que en un futuro pueda haber otros, puede, pero a corto plazo la Plaza Nueva es el sitio que está consolidado, que es superbueno, de paso verdadero de la ciudad. A lo mejor en Madrid funciona de maravilla el Retiro, pero aquí no creemos que fuese tan fácil que la gente acudiera expresamente al Parque de María Luisa a una feria del libro.

—VD: De hecho, cuando la ampliamos a la Plaza de San Francisco muchos protestaron. Luego les fue bien, pero al principio hubo un poco de rechazo, por no estar en el cogollo. Incluso hubo alguna baja de gente que de pronto dijo que por qué, que si era la trasera... o sea, que no es fácil. Es una opción, aunque no para el año que viene. O incluso poner una carpa de actividades. No tiene por qué ser solo espacio expositivo.

—Las actividades infantiles están cubiertas, pero, ¿qué pensáis hacer para atraer a adolescentes y jóvenes?

—NL: Es un sector que está sin cubrir y esa sí es una carencia. Nuestra idea es darles algo. Bien que hayan trabajado previamente y que puedan en la feria hacer algún acto final, u otra iniciativa. También habíamos hablado de clubes de lectura, de llevar a la Feria del Libro a autores que los chavales hayan leído previamente.

—VD: Las visitas se enriquecen mucho más si haces actividades previas. La FLS tiene que ser el escaparate de lo que haces todo el año.

Es curioso, pero no se sabe cuántos libros se venden en la FLS; ni qué porcentaje supone con respecto al negocio anual. Entre que las editoriales «son un magma», como dice Nuria Lupiáñez, y que algunos libreros no llevan la cuenta precisa, como explica Verónica Durán, calibrar la importancia exacta de esta iniciativa en términos económicos es imposible. No ayuda la ausencia de estudios. Ayer explicaba la directora que «no hay datos de cuánto se vende en la FLS ni de cuál es el porcentaje sobre las ventas del año. Es que gremio provincial ahora mismo no tenemos; lo único que hay ahora son estudios nacionales, que por cierto van a salir en breve por comunidades».

De todas formas, según Nuria Lupiáñez, «esos estudios nacionales no dan los datos de qué porcentajes de tus ventas supone la FLS». «Los datos que damos de balance», dice, «son aproximados, pero porque no podemos hacerlo de otra forma. Es difícil cuantificar. Lo que sí se está hablando en Madrid es crear una asociación de ferias del libro de España, aunque todavía no se ha llegado a dar ningún paso».

«Son modelos de negocio diferentes», dice Verónica Durán cuando se le pregunta sobre la posibilidad de enlazar la FLS con la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, que llega ahora en noviembre. «Es que ni siquiera pertenecen a los mismos colectivos sectoriales. Pero eso no quiere decir que no estrechemos lazos y que no pueda haber actividades relacionadas con una y con otra. Eso sí se podría hacer, sería una buena idea». De momento, para aproximar la de primavera a la estética literaria y entrañable de la del otoño, tan arrebatadora, la idea es «premiar a las casetas que tengan los fondos mejor dispuestos, que sean más estéticas. Ya el año pasado se vio que podía haber mucha diferencia entre unas y otras. Algunas eran de verdad como pequeñas librerías con todo su encanto. Y eso lo queremos premiar».

Verónica Durán (Sevilla, 1972) y Nuria Lupiáñez (Sevilla, 1978) están vinculadas a la FLS desde hace quince años, y su experiencia ha sido determinante para que la Asociación Feria del Libro de Sevilla haya confiado en ellas para esta nueva etapa tras la marcha de Javier López Yáñez, que dirigió la feria desde 2002 hasta la última edición. Durán, licenciada en periodismo y coordinadora en los últimos años de la cita literaria, sostiene que se trata de «un evento consolidado» y que los cambios la harán «menos piramidal, más diversa y colaborativa».

La nueva responsable de comunicación de la FLS, Nuria Lupiáñez, directora de la agencia de comunicación Édere y experta en gestión cultural, defiende la idea de implicar a toda la sociedad. «Queremos conseguir la mayor simbiosis posible entre la feria y su entorno, estar más presentes en las agendas y en las conversaciones, que el ambiente de feria se respire por toda la ciudad».