«Las curaciones imposibles existen»

Ciencia y estupor se mezclan en ‘Milagros médicos’, un libro del doctor Miguel Ángel Pertierra sobre esta realidad inexplicada

14 nov 2017 / 14:26 h - Actualizado: 15 nov 2017 / 10:43 h.
"Libros"
  • Ilustración de portada de ‘Milagros médicos’, de Ediciones Luciérnaga.
    Ilustración de portada de ‘Milagros médicos’, de Ediciones Luciérnaga.
  • El autor del libro, Miguel Ángel Pertierra. / El Correo
    El autor del libro, Miguel Ángel Pertierra. / El Correo
  • Turistas en los alrededores del Santuario de Lourdes. / El Correo
    Turistas en los alrededores del Santuario de Lourdes. / El Correo

«La curación imposible, inesperada y de un momento a otro existe», dice el doctor y profesor afincado en Málaga Miguel Ángel Pertierra. Y no lo dice como hombre de fe, sino como científico. En su libro Milagros médicos, que ahora llega a las librerías con el sello de Ediciones Luciérnaga, repasa la historia clínica de lo inexplicado y, con las pruebas por delante, reconoce: «Soy un hombre perplejo ante unos acontecimientos que nos superan a todos. Y esa es la idea del libro. Existe. No sabemos lo que es. Se asocia a veces a personas y a lugares. Y por muchas explicaciones que se le quiera dar, nadie sabe por qué ocurre».

Así lo contaba ayer. «Hay una fe tremenda, en Sevilla con el Gran Poder o en Málaga con el Cautivo, por ejemplo. La gente va detrás por miles y son millones los que los ven. Muchos de ellos les piden lo indecible. Y solo a alguno, cada diez años, le ocurre algo. ¿Por qué a unos sí y a otros no? No controlamos el porqué. Pero está ahí. Y sigue sin explicación. Yo se lo preguntaba al doctor Alessandro De Franciscis, director del Bureau des Constatations Médicales de Lourdes, por qué de ochenta millones personas que han pasado por allí se han curado unos cien. Y no hay respuesta».

Su libro repasa las figuras de algunos seres a los que se han atribuido capacidades curativas, caso de la madre Teresa de Calcuta y de Fray Leopoldo, entre otros, así como los principales destinos de peregrinación de quienes imploran su sanación: Lourdes, Fátima, Guadalupe, el Santuario de la Cabeza, Medjugorje... y de los casos demostrados que en ellos se han producido. Pero los prodigios no se circunscriben solo a los lugares presuntamente sagrados o marianos. En los hospitales, por ejemplo. «Cuando, como me ha pasado a mí como médico, he visto uno de esos milagros en una persona que estaba tratando y te vas a la anatomía patológica, te vas a las pruebas complementarias y ves que no tienes una explicación, me doy cuenta de que tengo que decir que, si el tema es creer, sí creo que existen los milagros. Y puedo ofrecer pruebas científicas de que existen. Lo que no puedo ofrecer es una explicación».

Aunque ojo, que también está el caso contrario. «Sí. En Andalucía está el que llamamos el pupas; ese que en un momento determinado entra por un cuadro banal y empieza a complicarse y a complicarse hasta que al final acaba en la UCI o se muere. Y tú dices: bueno, pero si se ha seguido el protocolo perfecto, se ha hecho el estudio perfecto, se ha puesto el tratamiento perfecto, ¿cómo es que la persona ha acabado complicándose? Pues por eso, porque también existe lo contrario».

Cuando se le pregunta por la opinión que tienen al respecto sus colegas médicos, Pertierra lo tiene claro: «Desde el punto de vista oficial, lógicamente la ciencia tiene que estar expectante. Pero en el plano profesional, de todos aquellos con los que he hablado, es raro el médico que no tiene un milagro que contar. En la última reunión que se ha hecho, que di una charla en Madrid, había médicos de urgencia, de familia, urólogos, oftalmólogos, cardiólogos, enfermeros, auxiliares... todo el ramo sanitario. Y todos y cada uno me dijeron que tenían que contarme un milagro que les había ocurrido».

Uno de los fenómenos más curiosos es cómo cambian los pacientes después de una curación prodigiosa. «Una de las cosas de los milagros», explica el doctor, «es que tienen que ser de curación completa y, además, mantenidos en el tiempo. Fíjate que hay lesiones que hasta que no pasan diez o doce años no les damos el alta. Pues claro, durante esos años se va siguiendo a las personas, se les van haciendo revisiones, y ves cómo les va cambiando la vida. Son normalmente enfermedades muy graves las que han padecido: tumores, lesiones hepáticas o renales, lesiones cerebrales, desde personas que tienen un lupus hasta un parkinson, por ejemplo, y se han curado. Imagínate cómo cambias si pasas de pensar que tu vida va a acabar o que no podrás hacer tal cosa, o que la calidad de vida va a estar muy restringida, a tener una segunda oportunidad. Así es como ellos lo viven, como una segunda oportunidad que te da la vida. Ha habido gente que se ha seccionado la médula, que estaba postrado en una camilla o en una silla de ruedas, y en un momento dado esa persona, un día (y además, es curioso: muchos de esos casos son instantáneos), se cura. Hay casos recogidos en Lourdes de personas que están en la piscina por lesiones medulares que se levantan de pronto y salen andando con el cuidador. Y como esos hay muchísimos».

«La curación imposible e inesperada existe», repite el autor del libro. «A lo mejor dentro de equis años se le encuentra la explicación. Recuerdo, por ejemplo, el caso de un muchacho de 25 años, el número 63 de los milagros de Lourdes, que está cazando en los Alpes, de repente se duele en la cadera, lo llevan al hospital más cercano y resulta que tiene un tumor maligno óseo. Te hablo del año sesenta y tantos, que eso en aquella época era mortal sí o sí. Los amigos lo convencen, lo llevan a Lourdes, y el hombre cuando vuelve de allí a su casa en el norte de Italia, un día se levanta y echa a andar. Le hacen una radiografía y ven que había regenerado otra vez toda la cadera y el tumor mortal había desaparecido. Un tumor que todavía hoy es complicado de tratar. Eso es impresionante».