Pisada de gigante que no deja huella

Crítica de la película ‘Handia’ del director Aitor Arregi

22 oct 2017 / 10:44 h - Actualizado: 22 oct 2017 / 10:47 h.
"Cine"
  • Fotograma de la película. / El Correo
    Fotograma de la película. / El Correo

Los directores Aitor Arregi y Jon Garaño, tras dirigir su primera película 80 egunean (2010), consiguieron contarnos años más tarde con Loreak (2014) con una sutil elegancia la historia íntima de tres mujeres que tenían como nexo un ramo de flores. Su resultado fue una conmovedora y hermosa película. Arregi y Garaño, junto a gran parte del equipo creativo de esta última se vuelven a juntar para codirigir Handia, la recreación de un personaje real nacido en Altxo, Gipuzkoa a mitad del siglo XIX y cuyo gigantismo, una enfermedad que se presenta por un exceso de hormona del crecimiento después de que se ha detenido el crecimiento óseo normal, le ha convertido en un mito.

La tesis de partida de la película es bastante atrayente. Dos hermanos separados por la primera guerra carlista que se encuentran años más tarde, con el agravante de que ahora son física y funcionalmente diferentes. Sus esfuerzos para aprovechar su nueva condición, sus viajes, sus contratiempos y su adaptación de nuevo al terruño quieren ser el punto de partida para argumentar la necesidad que tiene la sociedad de fabricar leyendas en momentos opacos, de crear héroes y de engendrar mitos.

Los directores se han rodeado de un equipo solvente de colaboradores vascos, así han vuelto a contar de nuevo con Mikel Serrano como director de arte, se han apoyado para la escritura del libreto en Antoni de Carlos y Jose Mari Goenaga, para la dirección de fotografía en Javi Agirre Erauso y finalmente para el montaje Laurent Dufreche se ha unido a Raúl López. Unos como otros ya habían formado parte de sus dos anteriores filmes al igual que el compositor francés Pascal Gaigne como responsable de la música. Una partitura atractiva y sugerente pero excesivamente omnipresente, hasta resultar cargante, al cronista le sobra en algunos momentos. Se nota en exceso el esfuerzo por recrear la época y su mayor logro es que la fotografía, la música y su encadenado, cadencia y planificación consiguen dotar al conjunto de una sugerente además de cargante atmósfera poética. Pero aquí queda todo pues tanto envoltorio termina por limitar y constreñir en exceso el contenido y los subtextos que le acompañan. Desgraciadamente estos se asoman de vez en cuando desestructurados y demasiado enfatizados a lo largo del metraje. Al final queda un producto visualmente solvente, incluso atractivo si el relato se ve como un cuento trágico, pero que de tan relamido y cursi termina por limitarnos la emoción.

Handia*

España 2017 114 min.

Dirección Aitor Arregi, Jon Garaño Intérpretes: Joseba Usabiaga, Eneko Sagardoy, Iñigo Aramburu, Ramón Agirre, Aia Kruse.

Drama