Amat: «Un futbolista es una persona normal y corriente que va al Carrefour»

ENTREVISTA. Es espanyolista desde chico, admira el fútbol inglés, conoció a su mujer en un Mundial sub 20, se siente «muy catalán y muy español» y una vez fue octavo en el ‘ranking’ mundial de un juego de la Play. Así es uno de los centrales del Betis, internacional en todas las categorías excepto la absoluta

13 nov 2017 / 07:00 h - Actualizado: 13 nov 2017 / 16:29 h.
"Real Betis","Jordi Amat"
  • Amat posa con sus espinilleras. En una, sus padres y sus hermanos. En otra, su mujer y el día que se conocieron. El ‘rasguño’ es el fruto de una patada que le dio un jugador del West Brom. / Manuel Gómez
    Amat posa con sus espinilleras. En una, sus padres y sus hermanos. En otra, su mujer y el día que se conocieron. El ‘rasguño’ es el fruto de una patada que le dio un jugador del West Brom. / Manuel Gómez

—¿Cómo se lleva un parón de diecisiete días tras una victoria en cinco jornadas?

—Tenemos un montón de puntos, estamos jugando a un gran nivel y la línea es clara, pero diecisiete días son muchísimos. En el vestuario no ha sentado bien.

—Llevan muchos partidos en lunes y viernes...

—El futbolista prefiere el fin de semana, aunque hoy en día da lo mismo. Si es el lunes, la semana se te hace más larga.

—Quique Setién se niega a hablar de bajón de juego.

—Ante el Espanyol hicimos un gran partido y tuvimos una salida de balón muy buena, aunque en el último cuarto nos faltó frescura. Y contra el Getafe se vio que fuimos a la portería contraria con todo en la segunda parte. No estoy nada preocupado y sí de acuerdo con el míster. Habrá partidos en los que se verá un fútbol más bonito y otros en los que será más complicado, pero la idea está clarísima.

—El balance defensivo está en entredicho desde el 4-4 de Anoeta. ¿Con motivo?

—Queremos mejorar eso, pero esta idea de juego propone a veces esos agujeros atrás. Tenemos que estar muy atentos para no recibir tantos goles como los que llevamos en estas semanas. Queremos mejorar eso para estar arriba y pelear por esos puestos europeos. Ocasiones nos van a crear, por cómo queremos jugar, pero así vemos el fútbol y lo importante es que todos los jugadores lo tenemos claro.

—¿Ese equilibrio es posible?

—Creo que sí, en muchos partidos se ha visto un equilibrio defensivo y somos de los que más estamos corriendo, según vemos en las estadísticas de los partidos. Con el balón estamos muy bien, pero tenemos que correr como el que más para suplir esos desajustes.

—¿Cuánto corre de media?

—Nueve kilómetros y medio. Y cada vez corremos más y a una buena intensidad.

—¿Para cuándo un golito desde el centro del campo?

—Ojalá (ríe). Ese gol con el Rayo [al Valladolid en la 2012-13] lo estuve practicando bastante. Dani Giménez se acuerda de que me decía que lo practicase después de entrenarme. Aquí será complicado verlo, pero nunca se sabe. De vez en cuando me pongo con Camarasa o Tello después de los entrenos, como niños.

—¿Está satisfecho con su rendimiento hasta ahora?

—Sí. Adaptarse a la Liga también era un paso importante. La gente lo ve fácil, pero no lo es tanto, aunque cuando fiché por el Swansea jugábamos un fútbol muy parecido con Laudrup. Pero estoy satisfecho. Siempre intento dar el 100% y jugar a mi fútbol, que es tener la pelota, sacarla lo mejor posible y crear ese fútbol desde atrás. Tener esa paciencia de jugar de un lado a otro no es nada fácil, pero se ve muy valorada. Eso es satisfactorio para los que estamos atrás.

—¿Su extensa trayectoria en las selecciones españolas le ha favorecido en este sentido?

—Así es. Todas las categorías inferiores de la selección quieren sacar el balón jugado desde atrás y no hay que despejar casi ningún balón. Durante toda mi carrera he intentado jugar ese fútbol.

—¿Entonces no sufre con el sistema de Setién?

—No. Nos pide mucho, pero el fútbol moderno es este. El central tiene que sacar el balón jugado y estar atento a las contras. Estoy en un club cuya idea es idéntica a la que yo creo. Me costó adaptarme al principio, pero ahora estoy muy satisfecho y contento.

—Jordi Amat es del Espanyol desde chiquitito, ¿no?

—Sí. Entré con 8 años y fue mi casa durante doce. Lluis Planagumá me fichó del Canet junto con Manel Casanovas después de un partido que empatamos 3-3 contra el Barcelona. Creo que cogieron a casi todo el equipo. Todos los días viajábamos a Barcelona para entrenar. Y cuando eres un niño, esa ilusión de dejar los deberes a un lado e ir a jugar con tus amigos... Fue espectacular. En todas las categorías fui capitán. El día que jugamos allí estuve tanto tiempo hablando con amigos que casi llego tarde al autocar.

—¿Siempre ha sido central?

—De toda la vida. Un entrenador que tuve en el alevín B me dijo que no me veía de central y que me iba a probar de lateral. Y al final no me probó ni un partido. ‘Tú eres central’, me dijo.

—¿Alguna vez olvidará el 24 de enero de 2010?

—Nunca jamás. Fue mi debut y aún se me pone la piel de gallina. La gente quizás ve un futbolista ya hecho, pero tienes mucha gente que has dejado atrás, muchos compañeros que han luchado por ese sueño... Estaba Moisés de central y yo decía ‘si es que no puede, ojalá se caiga y pueda salir’, porque él tenía problemas en una rodilla. Y así fue, aunque estuve dos minutos esperando en la banda. La gente me preguntaba después si me había puesto nervioso, pero no lo estaba porque ya sabía que iba a entrar. ¿Cuándo? No lo sabía (ríe).

—Tenía sólo 17 años...

—Cuando veo algunos canteranos que suben al primer equipo ahora y me dicen que tienen 17 años, los veo tan niños... Y pienso ‘¿en serio Pochettino tuvo el valor de ponerme ahí dentro?’. Estoy superagradecido a Mauricio porque vio algo en mí desde muy joven y eso es complicado.

—¿Qué edad mental podía tener usted entonces?

—Mínimo 22-23. En juveniles ya salté al filial y en Segunda B, con compañeros de 26 o 28 años, maduras antes. Ahí es donde ves el fútbol de verdad y te das cuenta de que no es un juego ni un hobby, sino que te puedes dedicar a esto.

—Compartió vestuario con De la Peña o Tamudo. ¿Eran sus ídolos?

—Ellos dos, Luis García y también Osvaldo. Desde pequeño los veía jugar porque yo iba de recogepelotas a Montjuic, que pasaba un frío de locos. La primera vez que fui convocado me tocó con Tamudo en la habitación y no sabía si hablarle o no. ¿Quiere encender la tele o no? ¿Quiere la luz apagada o abierta? Pero es una pedazo de persona, luego coincidimos seis meses en el Rayo y estábamos juntos todas las tardes. Me decía ‘me acuerdo de que cuando tú subiste no me decías nada y ahora aquí te ríes de mí’.

—En 2011 fue al Mundial sub 20. Fue su mejor experiencia, ¿no? Y no sólo por el fútbol...

—Sí (ríe), ahí es donde conocí a mi mujer. Fue una experiencia brutal. Ya había tenido la suerte de ir al Mundial sub 17 en Nigeria, pero éramos muy niños y Nigeria era un poco complicado. Estuvimos tres semanas sin salir del hotel, sólo cogíamos el bus con la policía para ir a entrenar. Nos ganó Nigeria en semifinales, pero la sensación era que nos sacaban diez años. Ocho eran del 1-1-92. Qué casualidad... En Colombia disfrutamos muchísimo y tuve la suerte de conocer a mi mujer una noche. Durante dos años nos veíamos en verano o Navidades y nos casamos hace tres años, que ya es bastante (ríe).

—Ha sido compañero de quinta y selección de Isco, Morata, Koke, De Gea, Thiago... Y ha sido internacional desde la sub 16 a la sub 21. ¿Está donde soñaba estar cuando tenía, por ejemplo, 18 años?

—Cuando tienes 18 años no piensas dónde vas a estar en cinco años ni sabes por dónde te va a llevar el fútbol. Elegí ir a la Premier, sabía que me iba a costar volver pero era un sueño, lo disfruté mucho y todavía tengo contrato. El fútbol te va llevando e intentas disfrutar de este mundo loco. Quizá vuelva [al Swansea] y renueve, quizá me quede en el Betis, quizá vengan otras opciones... Ahora sólo tengo claro que estoy en el Betis.

—¿Cómo es vivir cuatro años en Gales?

—Cuando fiché, no sabía bien dónde quedaba Swansea. Me sonaba la ciudad pero no sabía que formaba parte de Gales. Ni que llovía tanto. Al final te adaptas y ves la lluvia como algo normal. Al principio también tuve a mi familia y lo noté, porque era duro. Y en invierno sólo juegas partidos, no hay ningún parón, es cuando se vive más el fútbol. Creces mucho como futbolista y persona. En realidad no hay un momento en el que digas que has aprendido todo.

—¿Mantiene que la Premier es la mejor Liga del mundo?

—La Premier es donde se creó el fútbol, está muy bien montada y organizada y hay un gran respeto al jugador. Yo salí muchas veces aplaudido por la afición contraria. Aquí no se ve tanto. Pero si me pregunta dónde se ve mejor fútbol, es en España. Y la Liga está mucho mejor que cuando me fui. Son las dos mejores ligas del mundo.

—Verdú, Chica, Dídac, Baptistao, Jefferson Montero... Ha tenido infinidad de compañeros ex del Betis. ¿A cuántos pidió opinión sobre el Betis?

—Me hablaron un montón de jugadores. También Javi López, Cañas, Pozuelo... Me decían que la opción del Betis es buenísima, que la gente está loca por el Betis, que es una afición de la hostia... El Betis lo ve toda España. Ciudad que vayamos, ciudad donde hay aficionados.

—¿Hasta Jordi Figueras le habló bien del Betis?

—También me escribió. Lo sé, estuve con él en el Rayo y sufría por él por cómo salió de aquí, pero me habló muy bien del Betis: que las instalaciones eran magníficas, que el campo era una pasada, que la afición aprieta mucho y que hay una presión muy fuerte. Yo estoy de acuerdo, el fútbol también es eso, 50.000 locos dando todo por nosotros. Este año desde un primer momento han intentado fichar a jugadores muy concretos y han acertado. En la pretemporada había quejas por esta idea de fútbol y tantos jugadores nuevos, pero hay un grupo de p... madre, muy sano y muy humilde.

—¿Jugar la Liga de Campeones sigue siendo su sueño?

—Es un sueño que tengo desde pequeño. Tello me dice que cuando escuchas el himno es inolvidable. Ojalá yo tenga la posibilidad de debutar en la Champions. Nunca me la pierdo, no me pierdo ni el himno. Hay que trabajar duro y, por qué no, soñar.

—¿Este año se conforma con la Liga Europa?

—Claro que sí, pero no tenemos ninguna meta, sólo la de que en cada partido debemos jugar mejor que el rival y dominar el encuentro. El equipo está creciendo poco a poco, cada vez nos entendemos más.

—¿Joaquín y De la Peña son los compañeros de más talento que ha tenido?

—Así es. He tenido compañeros con muchísima calidad, pero ninguno como De la Peña. Cada pase, cada control era perfecto. Y Joaquín tiene 36 años, ¿verdad? Está espectacular, un chaval. Es el primero en el gimnasio, no se pierde un entreno... Es un ejemplo. Ojalá a los 36 años, que es de aquí a once, yo tenga esas piernas, esa cabeza y esa ilusión por seguir. Es alucinante.

—Usted es catalán y ha jugado en la selección catalana. ¿Qué opinión le merece lo que está pasando?

—No me gusta hablar de política, pero me siento muy español y muy catalán. He disfrutado muchísimo con la selección española y con la catalana un par de veces. Somos muchos los que somos muy españoles y muy catalanes. Ahí está la referencia en mis espinilleras [la parte posterior de una es la bandera de España; en la otra, la bandera de Cataluña].

—Es futbolista profesional, pero hay algo que se le da mejor que el fútbol, ¿no?

—Ya sé por dónde van los tiros (ríe). Y aquí me he encontrado que Camarasa juega bastante, como Sergio León o Dani Giménez. Y Gerard Valentín, del Deportivo. Sí, nos vamos encontrando por el Call of Duty. Soy muy bueno porque he jugado desde siempre. Algunas tardes, para desconectar, nos juntamos y jugamos unas horas. Las mujeres hablan entre ellas de que no están muy contentas (ríe).

—¿Es verdad que fue octavo del mundo?

—Es verdad, aunque la gente no se lo cree. Hay rankings semanales, mensuales y totales. Fue con mi hermano, tenía 15 o 16 años, éramos muy buenos en el Warfare 2 y nos propusimos llegar al top 10. Nos viciamos muchísimo, llegábamos del colegio y no íbamos ni a cenar. Nuestra madre se volvía loca. Pero lo conseguimos. Y una cosa que sabe muy poca gente: nuestra puntuación media era mejor que la del primero, pero el primero del mundo jugaba 24 horas al día y no lo podíamos pillar en la vida.

—¿De mayor le gustaría ser ‘youtuber’?

—Tengo un canal (ríe), pero no le hago mucho caso. De vez en cuando subo alguna partida buena. He hablado con Camarasa de hacer algún directo por las tardes, para que la gente nos vea y nos haga preguntas. Al futbolista lo ven como futbolista, pero también es una persona normal y corriente que va a comprar al Carrefour. Me gustaría mostrar el día a día de un futbolista.

—La última. ¿Tanto le gusta el fútbol americano?

—Me encanta. Llamándose fútbol, es un deporte totalmente distinto. Se meten unas hostias de locos y una persona que pesa 200 kilos puede ser una pieza importantísima.