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Eduardo Berizzo, durante el partido ante el Spartak. / Manuel Gómez
Respira el Sevilla y respira Eduardo Berizzo. Tras tres derrotas, tres victorias y clasificación para octavos de la Champions más que orientada.
«Merecimos hacer el tercer gol y acabamos con más nervios de lo que debimos. Fue un partido en el que tuvimos mucho dinamismo en campo rival» y en el análisis consideró que fue el mejor partido de su equipo desde que está al frente del Sevilla.
«La jugada de Ben Yedder finiquitaba el partido, jugamos un gran partido, presionando arriba y haciendo daño, ha sido una gran actuación ante un rival que juega bien, que sale bien a la contra, debimos coronar la victoria más tranquilos pero ganamos y ahora dependemos de nosotros».
Cuestionado si el equipo titular que saltó hoy al campo es el ideal, el once tipo.
«El once de hoy fue ideal para hoy, necesita una revisión constante por el desgaste. Cuando se hacen cambios es para prever circunstancias como las de hoy con Sarabia, Banega, y Mercado. Se jugó como planeamos y ahora debemos prepararnos para el sábado, que será un partido muy difícil (ante el Barcelona). Satisfechos por el once de hoy porque fue un equipo con mucho vértigo y profundidad».
Sí admitió que el doble pivote en el medio continuará. «La actuación de Pizarro y N’Zonzi nos equilibra, tienen también circulación de pelota y Banega jugó fantásico porque combina con ellos dos. Puede ser una norma el doble pivote porque también las bandas corren con libertad».
Superada la primera gran crisis de la temporada. «Reconducimos la situación de derrotas con tres victorias que reacomoda la clasificación en Liga y Champions, pero en fútbol la guardia siempre debe estar alta, siempre hay que ser sólido y jugar a alto ritmo». «El fútbol tiene momentos y circunstancias y pone a prueba la convicción en lo que haces, comprendimos la situación y jugamos con personalidad».
Explicó las dolencias de los tocados. «Sarabia tiene dolor en el tobillo pero el cambio fue más por fatiga; Mercado sintió una elongación en el isquio y Banega también en el isquio, porque protege su tobillo y carga otra parte del cuerpo».
«La derrota de Moscú nos obligaba hoy, la Champions demuestra que no hay rival fácil, todo el mundo puede sufrir contra cualquiera, al Atlético le pasó ayer, hoy el Madrid. Tenemos una historia de mucho prestigio e intentamos ser fieles para hacer un equipo ganador. Nos falta una victoria y la buscaremos ante Liverpool y luego en Maribor».
Y acabó alabando a la afición, clave para sostener al final al equipo cuando lo pasaba mal.
«Lo palpo en la gente, hay una mística en este estadio, he venido como rival y he sentido esa presión, los minutos finales fueron un ejemplo, la afición sostiene al equipo y le dice que hay que ganar, la afición contagia a su equipo.