-
Jesús Navas disputa un balón con Jordi Alba durante el partido del pasado sábado. / Efe
El tercer parón liguero de la temporada llega con un Sevilla al que rodean muchas incógnitas. La llegada de un nuevo técnico y de un buen puñado de jugadores, sin olvidar la marcha, año tras año, de futbolistas de peso, traen consigo la necesidad de dar tiempo para que el equipo se forje. Y tiempo se está dando. El problema es que, a día de hoy, las sensaciones no son todo lo alentadoras que la afición desearía.
Con once jornadas de Liga disputadas, el Sevilla de Eduardo Berizzo se encuentra fuera de los puestos que dan derecho a disputar la Champions la próxima campaña. Su derrota frente al Barcelona y la victoria del Villarreal ante el Málaga lo han relegado al sexto escalón. El conjunto castellonense suma ya 20 puntos, uno más que el nervionense, que tiene detrás a la Real, al Betis y al Leganés, los tres con 17.
En realidad, el Sevilla no está lejos del tercer puesto, en poder del Atlético (23). Lo inquietante para los intereses del club del Sánchez-Pizjuán es la fulgurante irrupción del Valencia. En estos momentos, el conjunto de Marcelino, con siete victorias seguidas, es segundo gracias a sus 27 puntos, ocho más que el de Berizzo, al que, además, supera en el goal average particular tras el 4-0 de Mestalla. Una diferencia de goles que no será fácil igualar o superar.
Queda mucha temporada, sí, pero la ventaja actual del Valencia le sitúa como claro aspirante a una de las cuatro plazas de Liga de Campeones. Con el Barcelona invicto mientras encuentra su mejor versión, el momento actual del Real Madrid y del Atlético no parece decisivo. El potencial de estos dos equipos hacer presuponer que, salvo hecatombe, volverán a estar en lo más alto de la clasificación un año más, por lo que la pelea por el cuarto puesto se recrudece debido a la brillante puesta en escena del Valencia y de un Villarreal que, pese a haber cambiado incluso de técnico, está por delante del Sevilla.
ENTRE EMERY Y SAMPAOLI.
El Sevilla de Berizzo (19) tiene dos puntos menos que el de Sampaoli a estas alturas de la Liga y cuatro más que el de Emery en la última campaña del vasco. Cierto es que este Sevilla ha jugado en el campo del Atlético, en el del Athletic, en el del Barcelona, en el del Liverpool, en el del Spartak... pero no menos lo es que el deseado equilibrio sigue sin aparecer y que hay mucho que mejorar. Tras el parón, la Liga y la Champions exigirán ver al mejor Sevilla del curso.