Lección aprendida

CONTRACRÓNICA. El Sevilla de Berizzo soluciona su primera gran crisis al amparo del Sánchez-Pizjuán, donde se siente al tiempo protegido y exigido. Las derrotas enseñaron el camino al técnico argentino, que ya no duda del doble pivote ni de que hay jugadores imprescindibles

02 nov 2017 / 00:25 h - Actualizado: 02 nov 2017 / 00:31 h.
"Fútbol","Liga de Campeones"
  • El Sevilla dio un paso clave rumbo a octavos y acaba con la crisis. / Manuel Gómez
    El Sevilla dio un paso clave rumbo a octavos y acaba con la crisis. / Manuel Gómez

Tres victorias tras tres derrotas. El Sevilla ha logrado sofocar el primer incendio de la temporada antes de que las llamas amenazaran con extenderse incluso hasta niveles superiores. Lo ha hecho dando la mejor respuesta en el peor momento. Sale fortalecido de la prueba que debía desvelar de qué pasta está hecho este Sevilla de Berizzo. Hay pocas cosas tan ciertas como que de las derrotas se aprende más que de las victorias. Y el Sevilla ha demostrado que asumió la lección y reflexionó tras el desastre de Moscú. Especialmente el entrenador, que en estos primeros meses en Nervión anda como un equilibrista sobre un cable, con las dudas propias de pisar un terreno por explorar, con la desconfianza que palpa en un entorno que espera a comprobar si es capaz de seguir el sendero del éxito que otros ya anduvieron. No es un tema personal, es la lógica de un banquillo que exige y mucho, cada vez más. Pasó con Emery y hasta con Juande Ramos, antes de que abrazaran la plata.

Berizzo se ha convencido de un doble pivote en el que no tenía ninguna fe, porque tenía, tiene, una idea diferente en su cabeza; menos cree en eso tan anticuado de tener un once más o menos fijo, porque lo moderno son las rotaciones. Más fácil así gestionar un vestuario. Ayer volvió a revolverse, asegurando que el once que ahora mismo cualquier sevillista colocaría en los grandes partidos, sólo tendrá mucha continuidad en casos de emergencia como era el que le ocupaba. «El once de hoy sólo era ideal para hoy», y añadió que las rotaciones se hacen para que jugadores como Sarabia, Banega o Mercado no se lesionen, como pasó ayer.

Un juego falaz porque las rotaciones no tienen ningún sentido si los resultados no son los que deben ser. En cualquier caso, ha habido, sobre todo, un cambio de mentalidad, se ha visto el Sevilla intenso que ahoga en la salida al rival, que aprieta muy arriba, que durante muchos minutos le pasa por encima, solidario, que sabe sacar provecho de sus mejores futbolistas, liberado Banega, confirmado, por fin, Pablo Sarabia, como Ben Yedder arriba. A Nolito le falta, pero parece que está más cerca.