La hija de Juana Vargas huyó por el balcón y fue apuñalada en plena calle

Los forenses afirman que estaba viva antes de caer y que recibió las puñaladas mortales en el cuello

27 oct 2017 / 15:03 h - Actualizado: 28 oct 2017 / 00:02 h.
"Tribunales"
  • El acusado Manuel Rodríguez Muñoz entra en la sala de vistas. / José Manuel Vidal (Efe)
    El acusado Manuel Rodríguez Muñoz entra en la sala de vistas. / José Manuel Vidal (Efe)
  • La hija de Juana Vargas huyó por el balcón y fue apuñalada en plena calle

María del Castillo Vargas Amaya, la hija de la bailaora Juana Vargas, fue atacada por su marido en plena calle, estando tirada en el suelo. Fue allí donde él la abordó después de que ella intentara huir descolgándose por el balcón de la vivienda. «Probablemente» se sentó sobre ella y le asestó varias puñaladas mortales en el cuello, según explicaron los forenses que realizaron la autopsia al cadáver.

La declaración de estos peritos en segunda jornada del juicio ha desmontado la versión que recogía la Fiscalía y las acusaciones sobre cómo ocurrieron los hechos, la madrugada del 9 de diciembre de 2015. En su escrito de acusación el Ministerio Público recogía que Manuel Rodríguez Muñoz asestó unas 40 puñaladas a su mujer, con la que estaba en trámites de separación, y luego la lanzó por el balcón de la vivienda en Lebrija. Sin embargo, los forenses explicaron este viernes que su «impresión es que el apuñalamiento se produce fuera de la vivienda», una vez que María del Castillo estaba tirada en el suelo, lo que cuadraría con que la Guardia Civil no hayara restos de sangre en la casa. Esa es otra de las conclusiones a la que han llegado que «no estaba de pie» cuando recibe el ataque por la forma en la que estaban hechas las heridas. Tenía la cara llena de múltiples cortes –17 heridas en la cabeza y diez en el rostro–, compatibles con que ella moviera la cabeza para defenderse de las acometidas del puñal, además «la suela de las zapatillas no estaban manchadas de sangre», pese a que ella estaba sobre un gran charco.

Los especialistas también aportaron otro dato importante para el juicio de este caso, que se está celebrando ante un jurado popular, y es que ellos creen que «esta señora se descuelga por el balcón en su huida», ya que las lesiones por golpes que presentaba el cuerpo estaban localizadas en las rodillas y las piernas. Es decir, «cayó de forma vertical no horizontal», lo que haría que la caída fuera incompatible con que fuera lanzada. Igualmente, afirmaron de forma tajante que «por supuesto estaba viva cuando cayó», ya que las lesiones que le provocaron la muerte fueron los cortes profundos que presentaba a ambos lado del cuello. Unas lesiones que le afectaron a venas y arterias. Esto hizo que la muerte se produjera por «un mecanismo mixto», como fue una hemorragia «rápida» debido a las puñaladas del cuello, las cuales penetraron en la laringe haciendo que la sangre entrada en las vías respiratorias, por lo que «se ahogó en su propia sangre».

En total el cuerpo presentaba tres tipos de heridas: contusas, producidas por el golpe en la calle «o por golpes del agresor durante el ataque»; lesiones por arma blanca que estaban repartidas la cabeza, el cuello, una en la nalga y otra en el abdomen; y, por último, otras que son de defensa y que se localizan en las manos, como consecuencia de intentar agarrar el cuchillo.

Heridas en la mano

Asimismo, en el juicio ha declarado del forense que atendió al acusado dos días después de que ocurrieran los hechos. Según explicó el médico, «no tenía ninguna herida punzante», pero sí diferentes cortes en los dedos. Estas lesiones podría haberlas provocado «el mismo utilizando el cuchillo porque se le resbalase en la mano o porque otra persona lo tenga en la mano y él lo agarrara por la hoja para intentar arrebatárselo». El juicio continuará el lunes, con más pruebas periciales.