La Fiscalía pide archivar la causa por el accidente del A400M

Considera que el accidente se debió a una «cadena de causas» y recuerda a los afectados que pueden reclamar indemnizaaciones pero por la vía civil.

25 oct 2017 / 14:09 h - Actualizado: 25 oct 2017 / 22:28 h.
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  • Ttrabajos de investigación del accidente del A400M. / EFE
    Ttrabajos de investigación del accidente del A400M. / EFE

La investigación abierta por el accidente del A400M, ocurrida el 9 de mayo de 20015, podría tocar su fin después de que la Fiscalía de Sevilla haya solicitado al Juzgado de Instrucción número 13 su archivo. La fiscal del caso, tras examinar el informe técnico del Ministerio de Defensa, considera que la vía penal está agotada al no existir «responsabilidades personales» tras el accidente, que se debió a una «cadena de causas». No obstante, recuerda que los afectados pueden reclamar por la vía Civil una indemnización.

El informe de la Comisión para la Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares (Citaam), que adelantó este periódico, no señalaba a ninguna persona responsable del fallo que hizo que en tres de los cuatro motores se cargara mal el software, lo que hizo que se bloquearan en pleno vuelo. Además, apuntaba a diversas circunstancias que hicieron que finalmente los motores fallaran. Por ello, el Ministerio Público señala en su escrito que «la necesaria confluencia de todos los factores concatenados, unidas a las decisiones tomadas en el vuelo, impiden aislar comportamientos individuales o conjuntos con entidad suficiente como para atribuir personalmente a cualquiera de los intervinientes en la cadena naturalística que determinó el accidente, un grado de previsibilidad o de cognoscibilidad de la situación de riesgo (deber subjetivo de cuidado) o una falta en el deber objetivo de cuidado».

No obstante, para la Fiscalía del informe «se desprende que cada interviniente observó el deber de cuidado del profesional medio, aunque debamos concluir que evidentemente no se aplicó todo el esfuerzo necesario en el ejercicio de su actividad, previendo todos los escenarios y posibilidades que hubieran evitado el accidente». Esta circunstancia «evidentemente abre la puerta a las responsabilidades civiles oportunas, cuestión esta ajena a este procedimiento en la medida en que no se considera que existan indicios para continuar la acción penal». Al respecto el escrito de la fiscal recuerda que el derecho penal «es la última ratio» y que para continuar por esta vía «las actuaciones sólo podría ir orientada a la exigencia de responsabilidades personales a título de imprudencia», la cual «no es posible exigirla de acuerdo con los parámetros descritos a ninguno de los intervinientes en la cadena de causas naturales descritas».

El informe explicaba que la carga del nuevo software se hizo mal y borró los parámetros de vuelo. Una carga que no era necesaria hacer porque un mes antes el fabricante, EPI, lo había actualizado bien, pero esto no se recogió, lo que hizo que en la tarjeta de los motores apareciera que estos tenían la versión antigua y se volvieron a cargar, pero mal. Defensa habla de «descordinación» entre EPI y Airbus en cuanto a quien debía cargar los nuevos software. Entre otros motivos porque cuando Airbus lo cargaba solía dar problemas.

Sin embargo, la Fiscalía cree que «las acciones y omisiones plurales» descritas en el informe «no incurrieron en un defecto de previsibilidad, empleándose la prudencia que en cada caso era adecuada, analizando aisladamente cada uno de los otros factores que todos ellos en su conjunto determinaron el accidente». Además, recuerda que cuando se hizo la carga errónea del software «el borrado de los parámetros de calibración se produjo de forma inadvertida» para el operario, «ya que el sistema no generaba ningún mensaje de alerta al respecto, ni la documentación de trabajo incluía ninguna comprobación posterior», por lo que «no pudo prever el resultado que se produciría, y empleó la prudencia que se le exigía, llegando a pedir consejo de los expertos». Este fallo, además no se podía comprobar en tierra, un problema que tanto Airbus como EPI conocían desde un año antes de que ocurriera el accidente.

DECISIONES «ERRÓNEAS» PERO «RAZONABLES»

Sobre las decisiones de los tripulantes del A400M –cuatro de los seis fallecieron– durante los tres minutos que duró el vuelo, el fiscal dice que fueron «razonables habida cuenta de las circunstancias concurrentes, aunque no fueran las más adecuadas». «Si bien es cierto que hubo errores en la actuación de la tripulación, lo cierto es que actuaron de manera lógica ante los diferentes avisos recibidos, las limitaciones impuestas por la torre de control, y la falta de formación en reacción conjunta ante las emergencias existentes», a lo que «se unió la colisión con la torreta de alta tensión».