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«Hablar de toros en la Universidad es casi heroico»

El profesor Juan Carlos Gil fue cocinero antes que fraile –novillero antes que docente– y ahora dirige la cátedra Ignacio Sánchez Mejías de Comunicación y Tauromaquia en el seno de la Universidad de Sevilla. Esta semana celebran unas jornadas dedicadas a la Generación del 27

23 oct 2017 / 08:23 h - Actualizado: 23 oct 2017 / 09:23 h.
"Universidad de Sevilla"
  • Gil ha cocinado las atractivas jornadas dedicadas a los poetas del 27 que comienzan el miércoles en la plaza de toros. / Rodríguez de la Vega
    Gil ha cocinado las atractivas jornadas dedicadas a los poetas del 27 que comienzan el miércoles en la plaza de toros. / Rodríguez de la Vega

No corren buenos tiempos para el libre pensamiento. En la Universidad, tampoco. Juan Carlos Gil, profesor de la Facultad de Comunicación lo sabe bien. Es la fachada más conocida de esa cátedra de Tauromaquia que ha abanderado un hermoso y duro empeño en estos tiempos de ideas impuestas: investigar y hablar de toros en las aulas.

–Algunos se echan las manos a la cabeza al unir las palabras Universidad y toros.

–Hay compañeros y alumnos que les chirría sumar esas palabras pero la Universidad debería ser el templo de la razón; el lugar en el que todo debería ser sometido a enjuiciamiento y crítica sin prejuicios. La Tauromaquia se puede estudiar desde muchas perspectivas: la antropología, la historia, el periodismo, el arte, el derecho...

–Con ese telón de fondo, navegar al frente de la Cátedra Sánchez Mejías debe ser un empeño azaroso...

–Es casi heroico. En un departamento dejas de ser el profesor o el investigador; eres el taurino, el de los toros... tienes que estar cada dos por tres justificándote. Hay otro problema: yo soy profesor de la asignatura Códigos y Valores. Y hay alumnos que lo consideran incompatible con lo taurino.

–Pero el nombre de la cátedra nos lleva a un hecho cultural: la generación del 27.

–Ignacio fue el foco de atracción de ese grupo de poetas que vinieron a Sevilla a celebrar el III centenario de la muerte de Góngora. En torno a ese imán catalizador que fue Sánchez Mejías se organizaron, se vieron, se conocieron, se saludaron y pasaron mucho tiempo juntos en Pino Montano.

–Eran tiempos más desacomplejados, libres...

–Es que no existía tanto prejuicio contra la Tauromaquia. Es más: Lorca –que no era sospechoso de no ser una persona de mentalidad progresista– siempre dijo que esa incipiente crítica de la Tauromaquia que venía del 98 era debida a una falsa ilustración francesa. Federico defendía la cultura popular y abogaba por entender sus claves, que bebían de la cultura mediterránea.

–Eso nos lleva a un terreno muy interesante: la Edad de Plata de la Cultura.

Es que Sevilla adquiere en esos años un protagonismo fundamental. Aquí se editaban las revistas Bética y Grecia, impulsadas por poetas sevillanos como Romero Murube o Adriano del Valle que ya están hablando de Ultraísmo, un movimiento totalmente novedoso en Europa que empieza a canalizarse a través de Sevilla. ¡Es que parece mentira que Sevilla no se de cuenta todavía que la Edad de Plata es un momento álgido de la cultura española! A eso hay que unir un excelente momento taurino. Estamos hablando de un toque cultural, literario e incluso histórico que se une a la Tauromaquia.

–¿Ha encontrado algún anti que haya querido profundizar en el hecho taurino?

–Cuando impartía la asignatura Sociología, Tauromaquia e Información traté a algunos alumnos que eran anti, matriculados por los créditos de libre configuración. Cuando conocieron la trascendencia del espectáculo, el trato exquisito que recibe el animal en el campo, su espacio, la convivencia con otras especies o la preservación de su instinto natural comprendieron que el toro no era un animal pacífico sino un dios guerrero? cambiaron el chip. No sé si se hicieron aficionados pero dejaron de ser antitaurinos.

–El infortunado Víctor Barrio decía que la Tauromaquia no hay que protegerla sino enseñarla.

–Sobre todo enseñarla, comentarla y luego protegerla. Y aquí es fundamental que el sector taurino se ponga las pilas de verdad. Tienen que hacer una inversión a largo plazo en su sector o esto tiene sus días contados?

–¿Qué respuesta encuentra en el medio académico?

–Frente a un grupo a favor o simplemente indiferente siempre hay otro sector, cada vez más numeroso, contrario y crítico. En ese grupo sí falta el concepto de tolerancia: nos quieren imponer a los demás su pensamiento.

–¿Se ha sentido desamparado por los profesionales del toro al frente de la cátedra?

–No me puedo quejar pero me cuesta un esfuerzo enorme. ¿Cuánto daría una gran firma por tener una cátedra gratuita en una Universidad? ¿Cuánto le cuesta al Santander o a Endesa patrocinar las suyas? Esto le sale a coste cero al sector taurino. Nosotros no sacamos ningún beneficio pero cada vez es más complicado.