Toreros y empresarios redondean las jornadas de la cátedra Sánchez Mejías

La última sesión del ciclo organizado bajo el paraguas del 90 aniversario de la Generación del 27 estuvo protagonizada por Perera, Ventura y Ginés Marín

27 oct 2017 / 09:07 h - Actualizado: 27 oct 2017 / 09:07 h.
"Universidad de Sevilla"
  • Miguel Ángel Perera, Ginés Marín y Diego Ventura mostraron su poder de convocatoria en la mesa que clausuró el ciclo. / Manuel Gómez
    Miguel Ángel Perera, Ginés Marín y Diego Ventura mostraron su poder de convocatoria en la mesa que clausuró el ciclo. / Manuel Gómez

Toreros y empresarios: las dos caras de una misma moneda en la que sólo se echaba en falta la visión del ganadero, pilar fundamental de un hermoso mundo –el universo de la Tauromaquia– que vive años decisivos para su futuro. La segunda jornada incluida en el ciclo organizado por la cátedra Sánchez Mejías detentaba el perfil más taurino de un programa vertebrado en torno al 90 aniversario de la Generación del 27. Los poetas y literatos de la víspera cedieron el testigo a los que se ponen delante y a los que se juegan los cuartos para organizar el espectáculo.

Ese programa se había iniciado temprano, prácticamente en la sobremesa, con la visita organizada en la plaza de toros de la Maestranza que anda metida en obras para rehabilitar las cubiertas de los tendidos 6, 8 y 10. No había que moverse de allí: el Salón de los Carteles acogió la primera mesa propuesta que sentó –bajo la moderación del periodista Emilio Trigo– a los empresarios Rui Bento Vasques, de la plaza de Campo Pequenho de Lisboa; Jorge Buendía, del coso de Palos; y Mariano Pascal, miembro de la Comisión Taurina de la Casa de la Misericordia de Pamplona. Los gestores taurinos avanzaron ideas interesantes sobre el presente y el futuro del mundo taurino. Rui Bento, responsable de la actual pujanza del coso lisboeta, defendió la seriedad del espectáculo. «Es la única forma de conseguir que la gente no se sienta defraudada», afirmó el antiguo matador recalcando que «la dignidad del espectáculo es necesaria para pedir respeto».

Buendía, por su parte, se refirió a los tiempos «convulsos» que atraviesa el mundo del toro y alertó del «cambio de valores» de la sociedad actual. El gestor choquero rompió una lanza para bajar los costes de producción –y la consiguiente rebaja de precios– en aras de conseguir que «a los toros acudan todo tipo de clases sociales». Pascal, remachando, aportó un dato significativo: «el presupuesto taurino de San Fermín es de un millón de euros; un tercio del presupuesto global de las fiestas».

Y los toreros

El tirón de los que se ponen delante se notó en el Salón de Carteles que se llenó por completo para escuchar en directo las inquietudes de Perera, Marín y Ventura bajo la ágil moderación de la periodista Elena Salamanca. Hablamos de tres toreros vinculados por la Puerta Grande de Las Ventas. Marín y Ventura la abrieron en San Isidro; Perera, en otoño. Resumían el orto y el ocaso de una extraña temporada que en el caso del joven matador extremeño ha sido de eclosión; de su veterano paisano –como acertó a advertir la moderadora– de remontada. En el caso de Ventura, de reafirmación de su primacía en el rejoneo.

Los toreros hablaron de la difícil implicación en la Tauromaquia de esos personajes famosos que, en tantas ocasiones, forman parte de su círculo de amistades. Se mencionó la flamante Fundación del Toro; la necesidad de potenciar su radio de acción y la identificación de los actores del toreo con el proyecto. Ventura, Perera y Marín reconocieron la necesidad de sacar la Tauromaquia de sus estrechos moldes para llevarla a la calle, la Universidad, los colegios... La cátedra que dirige Juan Carlos Gil podría marcar el camino. El año que viene más.