Así es el pueblo de Huelva que ha convertido una laguna de riego en una gigantesca piscina natural: está en mitad del municipio y es gratis

Con el paso de los años y la aparición de nuevos retos que enfrentar y superar, los municipios de todo el país tienen que ir renovando y modificando su fisionomía y naturaleza para adecuarse a las nuevas circunstancias. Una situación de la que saben, y mucho, en un municipio de Huelva que ha transformado su laguna de riego en una enorme piscina natural para el baño de todos sus habitantes.

Este pueblo que se ha convertido en uno de los más visitados y admirados por su innovadora idea es Cañaveral de León, un pequeño núcleo de apenas 400 habitantes localizado en el parque natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, que decidió convertir su antigua balsa de riego en una gran piscina habilitada en plena plaza del Ayuntamiento.

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Esta laguna de Huelva ha sido declarada Bien de Interés Cultural

Un hecho que le ha convertido en un entorno turístico de interés y que se ha presentado como la alternativa perfecta para los planes de playa, pozas y pantanos de la provincia gracias a esta piscina cuyo acceso es completamente gratuito y libre para todo el que quiera adentrarse en sus aguas cristalinas.

De ese modo, La Laguna del Cañaveral de León, convertida en uno de los puntos más famosos de Andalucía, cuenta con tal riqueza natural, histórica y cultural que ha sido declarada Bien de Interés Cultural (BIC) y reconocido como Lugar de Interés Etnológico en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Además, forma parte del registro de Paisajes de Interés Cultural de Andalucía.

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Esta piscina natural de Huelva, un punto de encuentro entre los vecinos del pueblo

Esta piscina que ya está abierta y disponible para el baño de sus vecinos y visitantes recibe sus limpias aguas de la Fuente Redonda, una infraestructura de origen árabe que lleva el manantial que emana de la Sierra de Aracena hasta llegar al centro del pueblo en esta piscina natural.

Un lugar que en la antigüedad era utilizado por las mujeres del pueblo para recoger agua en sus cántaros y botijos al carecer de agua corriente en sus casas, y que en la actualidad se ha convertido en punto de encuentro y diversión para niños y adultos, y un verdadero oasis de frescor en medio de las calurosas jornadas del verano onubense.