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CRISIS CRIBADO

Así se custodian las pruebas diagnósticas del SAS: "Máxima seguridad" para 15.000 análisis diarios

Andalucía tiene dos Centros de Procesamiento de Datos para tratar y almacenar mamografías y el resto de pruebas diagnósticas a las que se someta un paciente en alguno de los 1.800 del Servicio Andaluz de Salud

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Así se custodian las pruebas diagnósticas del SAS: "Máxima seguridad" para 15.000 análisis diarios / El Correo

Rocío Soler Coll

Rocío Soler Coll

"Las historias clínicas de los pacientes andaluces jamás han desaparecido del sistema". Hace una semana dejaron de estar disponibles de forma temporal las pruebas de imagen del ClicSalud, la aplicación a la que tiene acceso la ciudadanía para consultar su historial médico. La desaparición de datos ocurría en un momento de alta tensión por la crisis sanitaria por los retrasos en el cribado de cáncer de mama. Aquellas mujeres que recopilaban sus pruebas con la intención de interponer una demanda a la Junta de Andalucía se dieron cuenta de que no estaban disponibles al intentar descargárselas y la Asociación Amama puso una denuncia ante la Fiscalía. La preocupación se disparó creándose una alarma social y la gran pregunta era: "¿Están desapareciendo las pruebas del SAS?". La Consejería de Sanidad negó tajantemente la "eliminación de pruebas" y alegó una "caída del sistema informático" debido al "altísimo número de accesos" que se estaban llevando a cabo después de que la denuncia se diera a conocer en los medios.

Una semana después de lo sucedido, un grupo de periodistas se han acercado hasta el Centro de Procesamiento de Datos de la Sociedad Andaluza de Telecomunicaciones (Sandetel), la gran sede que custodia las pruebas diagnósticas que se generan en los 1.800 centros que tiene el Servicio Andaluz de Salud (SAS). La visita tenía un objetivo claro: conocer el recorrido de los datos desde que el paciente se somete a la prueba hasta que el médico especialista revisa la información y genera los informes en el Diraya.

Servidores donde se procesan y almacenan con disco duros las pruebas diagnósticas y de imagen del SAS.

Servidores donde se procesan y almacenan con disco duros las pruebas diagnósticas y de imagen del SAS. / Rocío Soler Coll

¿Cuántas copias se hace de cada prueba? ¿Dónde se almacena? ¿Qué sucede cuando un disco duro falla? ¿Es posible manipular una prueba? Estas son algunas de las principales preguntas a las que ha respondido Luis Santiago Sánchez, responsable de infraestructuras digitales del SAS y encargado de acompañar a los periodistas durante la visita. "Queremos transmitir un mensaje de tranquilidad y transparencia sobre el procesamiento y almacenamiento de los datos".

En Andalucía hay dos centros de procesamiento de datos, ambos en la provincia de Sevilla. Tiene una explicación: "No es ecológico ni óptimo a la hora de planificar el consumo de los recursos que los datos no estén concentrados". El centro que se ubica en la capital es el más grande de la comunidad, pero por razones de seguridad no se pueden compartir detalles de su localización. Cámaras de seguridad, identificación al entrar y al salir del edificio y fotografías de seguridad al acceder a las salas de procesamiento de datos.

Es un edificio autónomo, con una capacidad informática muy superior y una red de soporte preparada para soportes millones de gigabytes. "Para que os hagáis una idea, aquí el dia del apagón no hubo ningún problema", ha explicado Sánchez.

Un "gran cerebro" de altísima capacidad

Todas las radiologías y pruebas como electros o retinografías que se hacen en los 1.800 centros del SAS están almacenadas en este edificio. Cada día recibe unas 15.000 pruebas nuevas. Es precisamente por su altísima capacidad a la hora de obtener y almacenar datos que este centro está próximo a uno de los nodos de ciberseguridad de la Junta.

Cuando un paciente se hace una prueba automáticamente se generan, por lo menos, tres copias: una se queda en el hospital o centro de salud, otra llega a este centro y la otra llega al segundo centro en la provincia

Luis Santiago Sánchez

— Responsable de infraestructuras digitales del SAS

La tecnología ha cambiado "muchísimo" en los últimos 20 años y eso influye directamente en la resolución y calidad de las pruebas de diagnóstico. Del mismo modo que la cámara de un móvil ha evolucionado drásticamente en los últimos años, también lo han hecho las cámaras de radiología. "Hemos pasado de 100 megawatios a decenas de gigabytes en tres décadas, nuestros datos se llaman petabytes", ha puntualizado Sánchez.

Discos duros donde se almacenan unas 15.000 pruebas de imagen diarias del SAS.

Discos duros donde se almacenan unas 15.000 pruebas de imagen diarias del SAS. / Rocío Soler Coll

Esta cuantía inabarcable de los datos se reciben y almacenan en dos servidores o CPU (unidades de procesamiento de datos). Se trata de una pequeña sala donde la temperatura, la humedad y la presión están calculadas y controladas al milímetro para que nada falle en el sistema informático. La sala se mantiene a unos 23 grados, pero la sensación térmica es baja por una corriente de aire constante y un ruido elevado producido por la propia maquinaria. Además, hay un sistema antiincendios de gran potencia con numerosas bombonas de nitrógeno seco.

En las Unidades de Procesamiento de Datos (CPU) se ubican lo procesadores, los "grandes cerebros" que reciben y tratan la información, y los discos duros donde se almacenan los datos

En cada una de estas dos salas hay procesadores, que son los "grandes cerebros" que procesan toda la información y decenas de discos duros. "Por ejemplo, hay tres discos duros que reciben los mismos datos, por lo que si falla uno no pasa nada, hay dos que siguen trabajando". Lo mismo sucede con la gran cantidad de cables que enfilan por el techo, las paredes y las salas refrigeradas. "En cada uno de esos armarios con cableado cada cable puede tener 100 gigabytes de capacidad, lo normal es que el cable en una casa tengo un solo gigabyte", señala.

El viaje de las pruebas diagnósticas

En estas pequeñas salas especialmente acondicionadas es donde se procesan y almacenan los datos de las pruebas diagnósticas. "Cuando un paciente se hace una prueba automáticamente se generan, por lo menos, tres copias: una se queda en el hospital o centro de salud, otra llega a este centro y la otra llega al segundo centro en la provincia", ha destacado Sánchez. Este no es un detalle menor, significa que la seguridad de las pruebas "es absoluta". "Las pruebas no se pueden modificar y hay una total trazabilidad para tener control de todo el proceso al que se somete cada prueba", ha relatado Sánchez.

El responsable de infraestructuras digitales del SAS, Luis Santiago Sánchez, en el pasillo del Centro de Procesamiento de Datos de Sadentel.

El responsable de infraestructuras digitales del SAS, Luis Santiago Sánchez, en el pasillo del Centro de Procesamiento de Datos de Sadentel. / Rocío Soler Coll

Una vez enviadas las copias, las pruebas se ponen a disposición de los radiólogos y los médicos en la aplicación de Diagnóstico por Imagen y, por lo tanto, "están disponibles para cualquier especialista de Andalucía". Cuando el radiólogo tiene un resultado de la prueba lo informa a través de la aplicación y el informe se almacena en la Base de Datos de Diagnóstico por Imagen (PDI). El siguiente y último paso antes de que el paciente obtenga el resultado es la revisión del médico especialista y la posterior aplicación del informe en Diraya.

Según la Junta de Andalucía, lo ocurrido con la desaparición de las pruebas diagnósticas nada tiene que ver con el procesamiento y almacenamiento de los datos en este centro. Por lo tanto, "nunca han desaparecido historiales clínicos del sistema del SAS". "Lo que falló fue la aplicación de ClicSalud, que recibe una media de 300 visitas cada hora y ese día recibió 4.000. Esa avalancha hizo que cayera el sistema, pero los datos nunca se perdieron".

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