Toros en la Maestranza

Todos los días no son fiesta

Tomás Rufo firmó los mejores momentos ante el tercer toro de la tarde

Manzanares y Talavante se fueron de vacío ante el pobre juego de los animales de Jandilla

Antonio Muñoz

Antonio Muñoz

Era el quinto cartel de No hay billetes. Otra tarde que generaba una gran expectación en este miércoles de Feria de Abril y además festivo para los sevillanos. No cabía ni un alfiler. El tendido estaba lleno hasta la bandera y los más despistados seguían entrando aún en el tercer toro. Tampoco se perdieron mucho. 

Cuando la luz caía, los toros de Jandilla pasaron sin pena ni gloria, Tomás Rufo quería cambiar el destino del festejo en el sexto de la tarde. Se fue a portagayola muy decidido para iluminar la Maestranza. Recetó un gran toreo a la verónica aplaudido por los asistentes. Había algo de esperanza. Pero, igual que nos vino se fue. Con la muleta, el toro volvió a demostrar los mismos defectos que sus hermanos: descastados, sin fondo en el último tercio y desrazados.

Ficha del festejo

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Novena corrida de la Feria de Abril 2024. Lleno de No hay billetes de entrada. Toros de Jandilla y Vegahermosa:

JOSÉ MARÍA MANZANARES, ovación y silencio.

ALEJANDRO TALAVANTE, silencio y silencio.  

TOMÁS RUFO, ovación y ovación.

Tomás Rufo intentó levantar el festejo

Antes, Tomás Rufo firmó los mejores momentos de la tarde en el tercer toro. El talaverano comenzaba la primera de sus dos actuaciones en la Feria. El pasado año enamoró al público sevillano con dos Puertas del Príncipe y una puerta grande en las Ventas. El cariño de la afición se notó desde los primeros lances de salida.

El toro Zacateca salió con mucha casta llevando la emoción al tendido. Rufo dejó al toro desde los medios para que acudiera al caballo. El picador Manuel Ruiz Román pasó un apuro en su primer choque. De no ser por Manzanares se hubiera caído desde el caballo. El toro seguía demostrando su bravura y Rufo quería aprovecharlo. Brindó a los medios, con la montera en mano y la ilusión por las nubes. Se puso de rodillas, desde el centro de los ruedos, para atemperar las embestidas de Zacateca y, entre medias, luchar con el viento. 

El público cantó los primeros olés de la tarde. Sonó el pasodoble Churumbelerías para ponerle ritmo a la obra. El viento perjudicó la muleta del talaverano y Rufo se tuvo que llevar al toro al tercio para refugiarse de la brisa. Allí, continuó para llevar el toro muy enganchado desde delante. El temple, la capacidad y el poderío de Rufo fueron las principales dosis a este toro tan enrazado, el único potable del encierro. No hubo ningún enganchón en toda la faena. En ocasiones, el toro embestía desigual y parándose en mitad de la tanda. El mejor momento de la faena llegó cuando paró la música. Ahí se coordinaron toro y torero. Pinchó el toro y perdió el trofeo.

Feria de Abril en la Maestranza de Sevilla

Tomás Rufo lidia al segundo de la tarde este miércoles de Feria / José Manuel Vidal (EFE)

Manzanares se va de vacío en la Feria

Abría plaza Manzanares en la tarde. Algo que estamos poco acostumbrados. El toro Picarón salió de salida echando las manos por delante en el capote de Manzanares. Derribó al picador Ángel Bernal en el primer choque, en el segundo puyazo estuvo más tiempo empujando en el peto lo que atemperó las fuerzas del animal.

Manzanares, con buen acierto, comenzó su faena de muleta en el tercio, donde el viento le dejó. En la muleta supo dosificar las tandas con la mano diestra, cuatro y el pase de pecho enroscándose a la hombrera contraria. Por la izquierda, el animal tenía más calidad, pero salía con la cara desentendida al final del muletazo. El alicantino insistió con la mano diestra para dejar tandas de mayor calidad. Hizo una faena justa en su medida que remató con una magnífica estocada, lo que la afición lo premió con una gran ovación desde el tercio.

Con el cuarto toro no tuvo opciones. El toro llegó al último tercio desfondado y sin casta alguna. El alicantino lo intentó sin éxito por ambos pitones. Con buen criterio se fue a por la espada. Resulta extraño no haberlo visto triunfar en la Maestranza. José María no ha tenido suerte con ninguno de sus lotes en esta feria.

Feria de Abril en la Maestranza de Sevilla

El primer toro de Manzanares derribó al picador / José Manuel Vidal (EFE)

Talavante no tuvo suerte

Talavante se estrenaba en la tarde con un quite por gaoneras al toro de Manzanares. Ahí ya demostró sus intenciones. En el tercer toro no tuvo opción ninguna. Mientras seguía entrando gente en esta tarde de No hay billetes, Palangrero salió con mucho genio y temperamento. Javier Ambel supo templar sus embestidas manejando las telas de su capote a gran nivel. Talavante, en un intento de ralentizar ese genio, le pegó cuatro doblones con la rodilla genuflexa y ahí el toro se frenó en seco. No pudo hacer nada ante un toro descastado y agarrado al piso. Habría que esperar al siguiente.

“No hay quinto malo”, decían los tópicos taurinos. El extremeño salió con ganas y pudo lancear a la verónica al quinto toro de la tarde. Rufo aprovecharía su turno de quites para realizar unas gaoneras desde el centro del ruedo. El toro galopaba y eso ya era una buena señal. Javier Ambel completó una buena tarde y se pudo lucir en el tercio de banderillas. Se fue andando hasta el animal y colocó los palos con gran eficacia. El público se lo reconoció y le regaló una gran ovación. 

Ya con la muleta, Talavante comenzaría por doblones por debajo para enseñar al animal. Le ocurrió algo similar que en su toro anterior. El animal de Jandilla mostraba nobleza y regalaba alguna que otra embestida pero sin llegar arriba. Así era muy difícil llevar la emoción a los tendidos. El extremeño, de forma acertada, se fue a por la espada para finiquitar su turno. Buenas estocadas en sus dos toros. 

Acabó la tarde de este Miércoles de Feria y el público se fue espantado de la plaza por la decepción de los toros de Jandilla. Firmaron el récord con la corrida más rápida en lo que llevamos de Feria: dos horas justas.

Feria de Abril en la Maestranza de Sevilla

Alejandro Talavante lidia el primero 'jandilla' de su lote / José Manuel Vidal