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FÚTBOL

El ‘annus horribilis’ de Vinícius: de acariciar el Balón de Oro a acostumbrarse al banquillo con Xabi

El brasileño regresará a la titularidad este sábado ante el Espanyol asumiendo su nuevo rol y con la renovación empantanada

Vinícius saluda a Xabi después de ser sustituido en el partido del Mundial de Clubes ante el PSG

Vinícius saluda a Xabi después de ser sustituido en el partido del Mundial de Clubes ante el PSG / Real Madrid

Fermín de la Calle

Fermín de la Calle

Madrid

La llegada de Xabi Alonso al banquillo ha sido una mala noticia para Vinícius Júnior. El brasileño, que tenía una relación casi paterno-filial con Carlo Ancelotti, ha pasado de ser el jugador franquicia que acarició el Balón de Oro a convertirse en una víctima de las rotaciones. Una pérdida de estatus llamativa que se puede justificar por su pérdida de protagonismo en el juego en los últimos meses. Pero que además se produce en un momento estratégicamente complicado para el jugador y sus agentes al encontrarse en plena negociación para renovar su contrato con el Real Madrid.

Opacado por Mbappé y rebajado por Xabi

En estos once meses que van desde el 28 de octubre de 2024, fecha en que Rodri levantó el Balón de Oro que las portadas de los periódicos habían concedido a Vinícius, hasta el día de hoy, el brasileño ha ido declinando futbolísticamente a la sombra de Kylian Mbappé. Proceso que constatan unas estadísticas que arrojan un bagaje de 22 goles y 19 asistencias en 58 partidos para el carioca, con una mengua llamativa en el último tercio del pasado curso, frente a los 44 goles y 5 asistencias en 59 partidos del galo en su primera temporada de blanco. Aún así, Carletto le mantuvo la jerarquía hasta que se fue a Brasil al finalizar la Liga.

El problema es que el aterrizaje de Xabi ha rebajado su estatus perdiendo su rol de intocable y teniendo que jugarse la titularidad con su compatriota Rodrygo. El técnico tolosarra advirtió a Goes que tendría oportunidades, pero que le veía compitiendo en la izquierda con Vinícius por el puesto. La apuesta del entrenador generó mucha expectación en el vestuario, donde existían serias dudas de que Xabi fuese capaz de mover la silla a una de las estrellas del club. Pero tras cinco partidos, Vinícius sumar tres titularidades y dos suplencias (Oviedo y Marsella). Casualmente, ha sido en los dos partidos en los que ha salido del banquillo, en el Tartiere y en el Bernabéu ante el Olympique, donde ha sido más decisivo al anotar un gol y dar una asistencia en el primero y forzando un penalti clave en el segundo. Un detalle que no es menor y que le da argumentos el entrenador para colgarle la etiqueta de revulsivo.

En todas las ruedas de prensa hasta el día de hoy se ha preguntado a Xabi por Vinícius y su respuesta, después de cambiar el rictus y de tragar saliva, siempre ha sido parecido. “Nadie va a jugar todos los partidos. Nadie tiene que sentirse ofendido por no jugar un partido. ‘Vini’ está entrando bien y Rodrygo ha hecho buenos minutos. Los cambios están teniendo un impacto muy bueno. No es una cuestión de que los que inician son los importantes, el fútbol no va en esa dirección”. El de Tolosa ha instaurado la meritocracia en el vestuario para tener implicados a toda la plantilla y, por el momento, le está saliendo bien. “Estamos en un tramo exigente, necesitamos a todos y va a haber momentos para todos. Lo importante es que todos se sientan preparados e importantes porque lo son y lo van a ser durante toda la temporada”, apuntaba el pasado martes al borde de la medianoche en la sala de prensa del Bernabéu.

Pero la realidad es que Vinícius ha perdido la electricidad, la chispa, la alegría. Incluso ha perdido ese fuego interno que le hacía enfrentarse a rivales, árbitros y aficionados durante los partidos. La versión 2025-26 de Vinícius es la de un futbolista resignado que ha perdido brillo y conexión con la grada. Su imagen el martes recogiendo con indolencia el balón tras la señalización del penalti para dárselo a Mbappé está muy alejada de la del futbolista que encendía a la grada con sus gestos y sus desbordes. En el juego de rotaciones de Xabi este sábado le toca ser titular a Vinícius ante el Espanyol. Siete partidos ha jugado el carioca ante los ‘pericos’ anotando tres goles y dando dos asistencias. Todo ese bagaje lo acumula en el Bernabéu, salvo un gol que anotó en Cornellà hace tres años, en un triunfo blanco por (1-3) que se completó con un doblete de Benzema y el tanto del exmadridista Joselu para los españolistas.

No tiene la sartén en la mano en la renovación

Si en el campo Vinícius atraviesa por un momento complicado, fuera de él la situación no es mejor. La negociación abierta para renovar su contrato, que finaliza el 30 de junio de 2027, está totalmente empantanada. Las altas exigencias del jugador, que ha pedido un sueldo que le convertiría en el jugador con mayor salario de la plantilla por encima de los 15 millones netos anuales de Mbappé, está muy lejos de la oferta del club. Y ahora el Real Madrid juega sus cartas posponiendo la negociación hasta el próximo verano, conscientes de que cuanto más tiempo pase más se debilitará la posición de un Vinícius que nada tiene que ver con el crack que iba a recibir en París el Balón de Oro el año pasado.

El próximo verano el club y el jugador tendrán que desencallar la situación porque el Madrid no permitirá que Vinícius quede libre para negociar su futuro a partir de enero de 2027. Florentino sigue queriendo renovarle, pero no a cualquier precio. Y en caso de que no acepte las condiciones que ponga encima de la mesa el club, Arabia Saudí se ha convertido en una opción real para optimizar su venta. Hace meses que en el club hay una corriente de opinión favorable a venderlo a la Saudi Pro League para hacer caja con su marcha. Su cláusula de rescisión de 1000 millones de euros hace pensar que Florentino y José Ángel Sánchez puede sacar un jugoso traspaso a los jeques por su adiós.

Vinícius, suplente en el estreno de Xabi Alonso en Champions

Vinícius, suplente en el estreno de Xabi Alonso en Champions / EFE

El panorama, por tanto, no es alentador para un Vinícius que parece haber caído en la misma ‘saudade’ futbolística que su compatriota Rodrygo. Emocionalmente es un jugador inestable que necesita atención y ahora el brasileño está notando la pérdida de relevancia en un once en el que Xabi tiene a siete u ocho titulares fijos (Courtois, Militao, Huijsen, Carreras, Valverde, Tchouameni, Arda y Mbappé), y tres posiciones por las que compiten varios jugadores: el carril derecho y las posiciones de banda en ataque.

En esas llega este sábado al Bernabéu un Espanyol crecido que no querrá pagar los platos rotos de este Vinícius que no conecta con el entrenador que ha entregado los galones y el liderazgo a Mbappé. Kylian ha respondido con goles (seis de los diez tantos del equipo) y con un cambio de mentalidad que ha disparado la ilusión del madridismo que reconoce en este Mbappé al que deslumbraba con Francia y con el PSG. Un futbolista estratosférico que no deja de regalar sonrisas. Justo al revés que Vinícius.

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