La exconsellera balear del PP Pilar Bonet acepta dos años y medio de prisión por el desfalco millonario a Globalia

La exconsellera insular de Hacienda y Función Pública del Partido Popular, Pilar Bonet acepta dos años y medio de cárcel por el desfalco de 2,1 millones de euros al grupo empresarial turístico Globalia, al que pertenece la aerolínea Air Europa, para el que había trabajado durante más de veinte años y en la última época había desempeñado el cargo de responsable del departamento de Contabilidad y Control.

Fiscalía, acusación particular y defensa han alcanzado un acuerdo, que se materializará en los próximos meses en la Audiencia de Palma, el órgano competente para este caso, y que evitará la celebración íntegra del juicio. La pena con la que se conforma la antigua política popular implica el cumplimiento en prisión, por lo que probablemente tendrá que ingresar durante un tiempo en la cárcel hasta obtener los primeros beneficios penitenciarios.

Bonet ha admitido ser autora de un delito de falsedad documental en concurso con otro de estafa, ambos en continuidad delictiva. Además de los dos años y medio de cárcel, también acepta una multa de siete meses con una cuota diaria de seis euros, así como una indemnización de 2,177 millones de euros al grupo de empresas que comprende Globalia.

El magistrado Juan Manuel Sobrino, del juzgado de instrucción número 1 de Palma, ha abierto juicio oral contra la antigua consellera de Hacienda del Consell de Mallorca del PP por falsedad y estafa y ha fijado una fianza de responsabilidad civil de 2,177 millones de euros, la cantidad defraudada.

Según se desprende del auto dictado ayer, el juez solicita a Bonet para que abone la caución millonaria en el plazo de un día hábil. Además, le informa de que, si no presta la fianza, “se le embargarán bienes en cantidad suficiente para asegurar la suma señalada”. Por último, declara órgano competente para conocer esta causa la Audiencia Provincial de Palma.

Escrito de acusación

Tras el auto de transformación a procedimiento abreviado, el ministerio fiscal presentó su escrito de acusación contra la expolítica popular y pidió para ella una condena de dos años y medio de prisión, multa y la indemnización de 2,177 millones de euros.

El abogado de la acusación particular, en representación del grupo empresarial Globalia perjudicado, se adhirió al escrito de la fiscalía y lo ratificó. Y el letrado defensor, en nombre de la investigada, prestó su conformidad con los hechos y las penas. Las partes personadas en el procedimiento judicial ya llevaban un tiempo negociando para llegar a un acuerdo.

De hecho, a principios de 2025, Pilar Bonet, que también fue concejala en el ayuntamiento de Llucmajor tiempo atrás, compareció de forma voluntaria ante el juez de instrucción de Palma y confesó el desfalco millonario en Globalia. Durante esta comparecencia, la encausada reconoció la mayoría de los hechos, salvo determinadas partidas económicas, y exculpó a su hija de lo sucedido, ya que en esas fechas era menor de edad. El magistrado archivó el caso para su hija.

Un año antes, en abril de 2024, la exconsellera insular fue citada a declarar en el juzgado como imputada, pero en esa ocasión se acogió a su derecho a guardar silencio.

Según la querella de Globalia, la expolítica presuntamente desvió dinero de la empresa donde trabajaba a cuentas corrientes que ella controlaba valiéndose de un sistema de doble facturación. Bonet está acusada de efectuar diversas operaciones hasta hacerse presuntamente con 2,177 millones de euros de Globalia entre 2019 y 2023, cuando trabajaba como responsable del departamento de Contabilidad y Control. En el verano de 2023, Bonet pidió una excedencia en su empresa para ejercer el cargo de consellera insular de Hacienda. Luego, se destapó el escándalo económico.

La querella de Globalia supuso el cese de Pilar Bonet el 8 de febrero de 2024 como consellera de Hacienda y Función Pública en el Consell de Mallorca. Cuando el presidente de la institución insular, Llorenç Galmés, fue informado del presunto desfalco en Globalia, forzó su dimisión. El cese de Bonet fue disfrazado como una dimisión por motivos personales en un comunicado de prensa que difundió el Consell de Mallorca.

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