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Tras las dos prórrogas

Montero confirma que el Gobierno "presentará" los Presupuestos aunque no tenga los apoyos atados: "Hay que poner de manifiesto nuestras prioridades políticas"

El Ejecutivo se muestra pesimista sobre la aprobación de las cuentas públicas del año que viene ante las condiciones de los socios, pero quiere elaborar un proyecto como carta de presentación ante las próximas elecciones generales

La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, atiende a los medios en Rota (Cádiz).

La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, atiende a los medios en Rota (Cádiz). / FRANCISCO J.OLMO/EUROPA PRESS

Madrid

María Jesús Montero ha insistido este lunes en que el Gobierno piensa “presentar” los Presupuestos Generales del Estado, como ya anunció hace unas semanas Pedro Sánchez. Pero al mismo tiempo la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, principal responsable del proyecto, ha dejado claro cuál es el objetivo de la activación de las cuentas públicas, tras las dos prórrogas de los últimos años: plasmar y transmitir cuáles son las “prioridades políticas” del Ejecutivo, en una suerte de embrión de programa electoral ante los próximos comicios generales, que el presidente insiste en que no tendrán lugar antes de 2027.

“El Gobierno va a presentar unos Presupuestos que permitan poner de manifiesto las prioridades políticas dirigidas al bienestar de los ciudadanos. El Gobierno trabaja por el interés de la mayoría, en contraposición al PP, que atiende a los sectores minoritarios, a las élites, en lugar de usar los recursos públicos para mejorar la sanidad, la educación, la dependencia”, ha señalado Montero en Rota (Cádiz).

Pero “presentar” los Presupuestos no es someterlos a la votación del Congreso de Diputados, llevan tiempo dejando claro en la Moncloa. Las condiciones que plantean los socios para empezar a negociar provocan que el Ejecutivo se muestre muy pesimista sobre la posibilidad de que se puedan aprobar.

Las peticiones

Podemos, por ejemplo, reclama la bajada por ley de los alquileres en un 40%, romper relaciones diplomáticas y comerciales con Israel y no gastar en defensa “ni un céntimo más de euro”. Junts, que antes de nada el Gobierno salde la deuda pendiente en inversiones en Catalunya, que el partido de Carles Puigdemont cifra en 50.000 millones de euros, un cálculo que los socialistas no reconocen. Y ERC condiciona el destino de las cuentas públicas a la recuperación del acuerdo para una financiación singular de Catalunya pactado con el PSC el año pasado, que hizo posible la llegada de Salvador Illa al Palau de la Generalitat, un texto mucho más ambicioso que el sellado este julio entre el Gobierno central y el Govern.

Así que el Gobierno solo se atreve a asegurar que piensa “presentar” los Presupuestos, lo que significa, explican los colaboradores de Sánchez, elaborarlos de forma tentativa, intentar negociarlos con los aliados parlamentarios y a lo mejor aprobarlos en el Consejo de Ministros. Pero no someterlos a una votación si la derrota está asegurada. Porque la prioridad, como ha subrayado Montero, es “poner de manifiesto” cuáles son las “prioridades políticas” de la coalición del PSOE y Sumar.

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