Sánchez acusa a Ayuso de “desviar” dinero público a Quirón y multiplicar ingresos a “conseguidores como González Amador”

Pedro Sánchez ha pedido a los suyos que declaren la guerra a las privatizaciones de servicios públicos. Una práctica que describió como generaliza en las comunidades autónomas gobernadas por el PP. Con hasta cinco de sus ministros compaginando funciones en el Gobierno con la de candidatos para las próximas elecciones autonómicas y sentados en las primeras filas de la reunión interparlamentaria del PSOE, el jefe del Ejecutivo los instó a pasar a la ofensiva con el foco puesto en “compartir este ataque al Estado de bienestar y encontrar entre todos formar para frenar su desmantelamiento y denunciar a quienes quieren convertir los derechos de la mayoría en negocios de unos pocos”.

Tras cuestionarse a dónde han ido a parar los recursos del Estado transferidos a las administraciones autonómicas, que cifró en 300.000 millones más que los aportados durante la etapa de Mariano Rajoy en Moncloa, Sánchez se respondió acusando al PP de “desviar el dinero de la Administración General del Estado” para “beneficiar a unos pocos privilegiados, los mismos que financian sus campañas, plataformas propagandísticas y contratan familiares con contratos estratosféricos”.

Un discurso marcadamente ideológico y con tono mitinero tras el que se detuvo en señalar a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. De los 43.000 millones “adicionales” transferidos en los últimos siete años, más de la mitad, apuntó, “los ha devuelto” a través de “regalos fiscales” y contratos como la empresa Quirón y otras muchas. Un “negocio redondo”, remachó, “para conseguidores como Alberto González Amador”, pareja de la presidenta madrileña, “que multiplicó por siete sus ingresos en un año”.

De la ofensiva contra ciertos jueces “haciendo política” con la que Sánchez arrancó el curso político, en la primera reunión de trabajo con los diputados, senadores y europarlamentarios para fijar la hoja de ruta de este periodo de sesiones, Sánchez ha pasado a meter el dedo en la llaga del caso por presunto fraude fiscal de la pareja de Ayuso. En lugar de reducirse las listas de espera o aumentar las plazas en colegios públicos, según puso como ejemplo, esta financiación a las arcas autonómicas acabaría en manos privadas. Empresas, ironizó, que “acaban vinculadas con algunos de sus familiares”.

Sánchez eligió confrontar con Ayuso, en lugar de hacerlo con el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, entrando al juego de la presidenta de la Comunidad de Madrid que ya utilizó el Debate sobre el Estado de la Región para mostrarse como receta frente al Gobierno central. Los socialistas entienden que Ayuso está liderando e imponiendo una línea dura en Génova.

Lo que el presidente del Gobierno calificó como una conversión de la derecha "en marca blanca de la ultraderecha". Un "colapso" de la derecha que no solo es ideológico, avisó, sino también político. De ahí que levantase la agenda socialista como más necesaria que nunca. "Nosotros estamos para hacer, no para desahacer y desmantelar", concluyó.

Agenda legislativa

Entre los deberes que Sánchez marcó a los parlamentarios socialistas, destacan la lucha contra el problema del acceso a la vivienda, con nuevas iniciativas para icentivar el alquiler y la compra para los jóvenes, la subida del salario mínimo o la revalorización de las pensiones o normativa en igualdad como la ley contra la violencia vicaria y la de abolición de la prostitución. "Frente a todas las zancadillas que nos traten de poner, antes o después, este grupo hará realidad muchas de estas demandas que están en la calle y se materializarán en las Cortes", animó sin mencionar directamente los últimos varapalos parlamentarios.

Tras el pleno celebrado la pasada semana, en el que Junts unió sus votos al PP y Vox e impidió tramitar la rebaja de la jornada laboral, los socialistas abordarán en esta reunión interparlamentaria el calendario legislativo que tienen por delante y la estrategia para intentar sacar adelante unos nuevos Presupuestos Generales del Estado tras dos años con las cuentas prorrogadas. Sánchez mantiene en su hoja de ruta la presentación de los Presupuestos y los grupos parlamentarios que apoyaron la investidura se preparan ya para unas negociaciones que se auguran complicadas.