Un mercante navegando por el Guadalquivir.Tras diez años de anuncios y una propuesta rechazada por mayoría, el Puerto de Sevilla registró ayer ante la Consejería de Medio Ambiente su segundo proyecto de defensa de las márgenes del Guadalquivir, según la Autoridad Portuaria, el último paso para poder conseguir la autorización del Ministerio de Medio Ambiente para ejecutar el polémico dragado de profundización del río.Antes, la Consejería que lidera María Jesús Serrano debe dar el visto bueno al proyecto de las márgenes y el Consejo de Participación de Doñana emitir un dictamen, preceptivo, no vinculante, pero de gran importancia para los organismos internacionales. Nunca se hizo nada sin el visto bueno de este órgano formado por administraciones, científicos, ecologistas, ayuntamientos, consumidores, sindicatos, empresarios y agricultores.De hecho, este plan del Puerto para la protección de la margen derecha del cauce en el Parque Nacional de Doñana –condicionante incluido en la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de 2003 del proyecto para mejorar el acceso al Puerto: esclusa y dragado– ya contó con el rechazo del Ejecutivo autonómico y de la mayoría de los miembros del Consejo de Doñana, por lo que en esta ocasión el Puerto intentó consensuarlo con técnicos de la Consejería.Fuentes de la misma aseguraron que a partir de hoy estudiarán el texto para, después, presentarlo al Consejo de Doñana. Está por ver cuándo. En principio, la Junta tenía previsto convocar el Consejo el próximo día 19, según pudo saber este periódico, pero difícilmente llegará el proyecto de defensa de las márgenes a esta reunión de diciembre, puesto que antes tiene que pasar por la Comisión de Aguas y, en ésta, miembros como los ecologistas pedirán tiempo para analizar la propuesta del Puerto e incluso la comparecencia en la comisión de trabajo de expertos para que den su opinión.Así sucedió en abril cuando el Puerto presentó su primer proyecto. Se convocaron dos comisiones y en la segunda participaron Miguel Losada, Javier Ruiz y María José Polo, científicos responsables del mayor estudio que se ha realizado sobre el estuario, precisamente, a petición del Ministerio y para saber la conveniencia o no de dragar.El responsable de la oficina técnica de WWF en Doñana, Juanjo Carmona, aseguró a esta redacción que el proyecto «es muy complejo», por lo que necesitarán tiempo para estudiarlo «con calma». Sin embargo, tiempo es lo que no tiene el Puerto. Su calendario para no perder los fondos europeos (el 80 por ciento del coste total) pasa por licitar y adjudicar la obra del dragado antes de junio de 2015 para que esté listo a final de ese año, eso sí, en su versión reducida, dragando sólo a 85 centímetros de profundidad (no los 1,5 o 2 metros previstos) en los puntos conflictivos.