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Conflicto en Oriente Próximo

Siria detiene miembros de sus ministerios de Defensa e Interior por la violencia sectaria en Sweida

En julio y durante una escalada de combates entre milicias drusas y tribus beduinas, fuerzas de seguridad de Damasco protagonizaron varios ataques y matanzas contra la minoría drusa del sur sirio

Drusos de Siria e Israel protestan en la frontera sirio-israelí, en los altos del Golán, en julio pasado.

Drusos de Siria e Israel protestan en la frontera sirio-israelí, en los altos del Golán, en julio pasado. / Leo Correa / Ap

Adrià Rocha Cutiller

Adrià Rocha Cutiller

Estambul

El comité formado por el Gobierno sirio encargado de investigar la ola de violencia sectaria ocurrida este mes de julio en el sur del país árabe, en la región de Sweida, ha confirmado este miércoles haber “interrogado y detenido” un número indeterminado de milicianos y miembros de las fuerzas de seguridad de los ministerios de Defensa e Interior.

Este julio, tras tensiones, secuestros, y violencia entre la minoría drusa de Sweida y varias comunidades beduinas, soldados leales a Damasco entraron a la ciudad fronteriza con Jordania —controlada por milicias drusas que no han aceptado aún disolverse y entregar las armas— para apaciguar las escaramuzas existentes.

Sin embargo, según organizaciones de derechos humanos, grupos de soldados leales al Gobierno sirio empezaron entonces a cometer robos, humillaciones y violencia y hasta asesinatos y matanzas contra civiles drusos. Las milicias drusas también cometieron crímenes contra civiles, aunque en un número menor, según cataloga el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), que recuenta que más de 1.000 personas murieron en Sweida este julio, en una semana de violencia sectaria.

Las personas detenidas fueron confrontadas con imágenes y vídeos de ellos mismos cometiendo dichos actos. Ahora han sido detenidos por los propios ministerios de Defensa e Interior, y serán transferidos a la Justicia cuando las investigaciones concluyan. Entonces serán juzgados públicamente por los crímenes que han cometido contra ciudadanos sirios”, ha declarado este miércoles a la televisión Al Hadath el portavoz de la comisión, Ammar Izzedin, que no confirmó el número total de detenidos.

Una transición con curvas

Desde la caída del régimen de Bashar al Asad, en diciembre del año pasado, y la llegada al poder del actual presidente sirio, el islamista Ahmed Al Sharaa, Damasco ha tenido que lidiar con un país aún dividido, en llamas y en bancarrota, sin apenas infraestructura en pie y, por supuesto, en ruinas tras cinco décadas de gobierno de los Asad y 13 años de guerra civil. 

Al Sharaa, durante la guerra, era el líder de Hayat Tahrir al Sham (HTS), antigua filial de Al Qaeda en Siria y la mayor de un gran número de milicias opositoras sirias. En la actualidad, estas milicias han aceptado unirse al nuevo Ejército sirio comandado por Al Sharaa. No obstante, cada una sigue su propia comandancia y jerarquía, lo que dificulta la cadena de mando y facilita la violencia contra la población civil.

“Queremos que cualquiera que haya abusado o transgredido la ley pague por ello. La protección de todos los ciudadanos sirios, cualquiera que sea su origen, es responsabilidad del Estado. Los drusos son una parte fundamental de esta nación, y proteger sus derechos y libertades es una de nuestras prioridades”, declaró Al Sharaa cuando su Gobierno, con la mediación de Estados Unidos, consiguió sofocar la violencia en Sweida.

Este último episodio, sin embargo, no fue el primero de ataques sectarios tras la caída de Asad. En marzo, tras un levantamiento de milicianos leales al expresidente sirio, soldados de Damasco se desplazaron a la región mediterránea de Latakia y Tartús, poblada mayormente por la minoría alauí del país. De ella provenían los Asad. 

Según otra comisión de investigación del gobierno sirio, 1.400 alauís fueron asesinados mayormente por soldados leales a Al Sharaa en cinco días de ataques. Esa misma comisión, en una investigación publicada este verano, aseguró que 298 sospechosos han sido identificados, y que los responsables de esas matanzas actuaron sin seguir órdenes de sus superiores.

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