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Opinión | El Lugarico

Sevilla

El disparate del cupo catalán

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. / Eduardo Parra - E.P.

Si el jefe de campaña del PP para las elecciones andaluzas me pidiese alguna idea a desarrollar en vísperas de los comicios autonómicos le recomendaría reeditar La factura del cupo catalán, de Francisco de la Torre, inspector de Hacienda, y Jesús Fernández-Villaverde, profesor de la Universidad de Pensilvania. Se trataría de hacer una tirada de miles de ejemplares para repartir gratuitamente entre los andaluces, destinando para ello el presupuesto de los mítines que no sirven para nada, con lo que se conseguiría que el electorado quedase informado de lo que los autores denominan el disparate catalán y de las consecuencias que su aprobación tendría para el resto de las Comunidades Autónomas.

Ningún andaluz debería ignorar que esas consecuencias repercutirán en las cuentas de nuestra Comunidad Autónoma, es decir en nuestros bolsillos, al cambiarse de hecho la forma de Estado para transformarlo en una confederación asimétrica que extiende los privilegios fiscales históricos del País Vasco y Navarra a Cataluña. Lo que en la práctica significa que habrá ciudadanos de primera y de segunda. No cabe la menor duda de donde quedaremos clasificados los andaluces.

Será un cambio de forma de Estado para transformarlo en una confederación asimétrica que extiende los privilegios fiscales históricos del País Vasco y Navarra a Cataluña

Pero si todo este modelo del cupo catalán es, como dicen y demuestran los autores, un puro disparate no lo es menos que la ministra de Hacienda consentidora de tal injusticia sea la actual candidata a la Presidencia de la Junta de Andalucía, lo que pone de manifiesto la desvergüenza de Sánchez de ni tan siquiera guardar las formas para no ofender a los ocho millones y medio de españoles que integramos esta gran región el Sur peninsular. El líder socialista sigue instalado en el tópico de la incultura de este pueblo y cree que a la hora de votar la gente no estará informada del protagonismo que la candidata Montero tiene en esta maniobra cuya única finalidad es mantener algún tiempo más a Sánchez en la Moncloa. De ahí la conveniencia de que se divulgue lo que de verdad significa el cupo catalán para el resto de España y muy particularmente para Andalucía.

Es de imaginar que los equipos de campaña socialistas estén preocupados al tener que presentar como cartel electoral de las autonómicas a María Jesús Montero, coautora y responsable de un modelo que conduce al desastre, a juicio de todos los expertos consultados. Pero, una vez más, Sánchez juega a la ceremonia de la confusión envolviendo en la entelequia de falsas promesas lo que no deja de ser un agravio que alimentará la idea de la economía de dos velocidades. El batiburrillo de la actualidad nacional contribuye a la desinformación general de la gente. Y bajo ese telón quiere esconderse la candidata Montero para que cuando se abran las urnas muchos electores ignoren la traición que la ministra de Hacienda, nacida en Triana, habría perpetrado contra su pueblo caso de que esta propuesta de financiación singular, según el eufemismo oficial, llegue a ser aprobada por las Cortes Generales.

Olvidarse de la rutina de los actos y mítines tradicionales y soporíferos y dedicarse a hacer pedagogía del cupo catalán sería la mejor campaña electoral para un Partido Popular que según la última encuesta del Centra no tiene asegurada la mayoría absoluta.

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