La hermosa talla atribuida a La Roldana cierra el cortejo del Santo Entierro que ayer puso un epílogo de luto a la Semana Santa ecijana, que se cerrará definitivamente hoy con la procesión del Resucitado, si el inestable tiempo primaveral lo permite.

Antes que La Soledad, salieron de la iglesia de El Carmen los pasos de la Quinta Angustia y el no menos espectacular del Santo Entierro, con el cuerpo yacente de Cristo en una vistosa urna de carey y plata. Acompañando a La Soledad para que no esté tan sola, la decuria romana, este Sábado Santo más numerosa y más vistosa, con nuevas corazas; una representación de varias hermandades –de El Cautivo, el Cristo de la Yedra (la única que se quedó sin salir, el Lunes Santo), el Confalón, San Juan y La Merced– y algunos concejales de la corporación, guardando el respetuoso luto. Volvió a impresionar como siempre la dificultad que para los costaleros supone la salida del templo de la Quinta Angustia y La Soledad.

La Virgen, enlutada y sola, inició a los sones de Margotuna estación de penitencia especialmente lucida en Santa Ángela de la Cruz, en la Plaza de la Constitución y en el estrecho paso por la calle Zayas.