"Hemos empapelado el colegio": Los padres del centro del Polígono de San Pablo se vuelven a concentrar para "evitar su cierre"

Los padres del CEIP San Ignacio de Loyola no se han quedado de brazos cruzados desde que la Delegación Territorial de Educación de la Junta de Andalucía les notificara el pasado 3 de febrero que el próximo curso el colegio no abrirá sus puertas. Este lunes se vuelven a concentrar a primera hora de la mañana en las puertas del centro del Polígono de San Pablo para exigirle a la Junta que "no cierre el centro el curso que viene".

"Hemos empapelado el colegio", dice Anabel, presidenta del AMPA del San Ignacio de Loyola y madre de una niña de ocho años a El Correo de Andalucía. Tal como explica esta madre, un grupo de padres se han reunido este domingo en la entrada del colegio para cubrir la fachada del centro con cientos de carteles con mensajes en símbolo de protesta contra la medida de la Delegación Territorial de Educación, cuyo responsable es Miguel Ángel Araúz. "Va a ser un cambio muy grande para los niños, no queremos que lo cierren", insiste la presidenta del AMPA.

Padres, madres y alumnos se han congregado durante la jornada del domingo para pegar una multitud de carteles donde se puede leer "El futuro del mundo está en este cole", "La educación no se vende, se defiende" o "Unidos por nuestro centro".

Un cierre por "falta de alumnado"

Desde hace unos años, aulas de los colegios públicos de la zona están "prácticamente vacías" con ratios de 3 y 5 alumnos en cada clase. La incesante "falta de alumnado" -en la última década ha caído un 55,4% en el Polígono de San Pablo- ha sido la razón por la cual Educación ha decidido cerrar colegios "que no pueden rentabilizarse".

Educación cierra el colegio San Ignacio de Loyola y no garantiza la reubicación de toda su plantilla fija

En este barrio, donde actualmente hay cinco centros públicos y dos concertados, se ubican el CEIP San Ignacio de Loyola y el CEIP San Juan de Ribera, a escasos 300 metros el uno del otro y con 123 y 64 alumnos respectivamente. El pasado mes de diciembre Educación notificó a ambos centros la decisión de "fusionar" ambos colegios en un solo edificio unificando la plantilla fija y el alumnado.

Tal como adelantó este periódico, el pasado 3 de febrero la Delegación Territorial de Educación hizo público el cierre del San Ignacio de Loyola el próximo curso, después de valorar cuál de los dos centros tenía "las mejores instalaciones". Por lo tanto, el curso que viene el CEIP San Juan de Ribera concentrará a los alumnos de ambos centros -unos 180 en total- y obtendrá un código y un nombre nuevo.

"Trasladar a 40 niños con necesidades especiales es muy complicado"

Ante esta situación, cabe destacar que de los 120 alumnos que acuden todos los días al San Ignacio de Loyola 40 forman parte del programa de Educación Especial. En conversaciones con este medio, el propio profesorado de colegio lo describe como un "centro inclusivo y pionero en la zona" en la atención a niños con autismo, TDH combinado, trastornos de conducta o dificultad con desarrollo evolutivo.

La Junta se compromete a "reforzar la Educación Especial" por el cierre de colegios en el Polígono San Pablo

Según Anabel, los padres se concentran por segunda vez en menos de una semana en la entrada del colegio porque "no están de acuerdo con el cierre del centro". "Tampoco queremos que cierren el otro colegio, queremos que mantengan los dos. Es importante que se sepa que aquí hay 40 niños con necesidades especiales y en el San Juan de Ribera hay dos. Trasladar a 40 niños con enfermedades como el autismo o TDH es complicado", dice la presidenta del AMPA.

Tampoco queremos que cierren el San Juan de Ribera, queremos que mantengan los dos

Anabel

— Presidenta del AMPA del CEIP San Ignacio de Loyola

Otra de las grandes preocupaciones de los padres y del profesorado en torno a este cambio es el mantenimiento de la plantilla fija de ambos colegios. Según fuentes de la Consejería de Educación consultadas por este periódico, está fusión permitirá "mantener ambas plantillas fijas y reforzar los recursos, dando continuidad a los dos maestros de Pedagogía Terapéutica (PT) de ambos colegios".

Sin embargo, fuentes del San Ignacio de Loyola aseguran que si bien en un principio la Jefatura de Planificación y Escolarización se comprometió a mantener todo el profesorado, en la última reunión "dejaron en el aire" reubicar la plaza fija de la profesora de Música. Ante esta situación, Educación insiste en que "se van a mantener las plantillas fijas".

"Este cambio será un retroceso muy grande para mi hijo"

El profesorado especializado, las instalaciones preparadas y los protocolos del San Ignacio de Loyola han sido hasta ahora una "fuente de tranquilidad" para los padres con niños con necesidades especiales. Así se lo explica a este medio Inma Bermúdez, la madre de un niño de cinco años con autismo. "Sé que este cambio será un retroceso muy grande para mi hijo y tendrá una mala racha", relata Bermúdez.

El año que viene el edificio del CEIP San Juan de Ribera concentrará a los alumnos de ambos centros y obtendrá un código y un nombre nuevo

Esta madre insiste en que desde que su hijo entró en este colegio "ha experimentado muchos avances". "Ahora en el colegio es muy feliz, todo el mundo sabe cómo tratarle, desde el portero hasta la directora. Están todos súper preparados para que él esté tranquilo", dice. Por ello, la posibilidad de que cambie el equipo directivo "le preocupa mucho".

Hasta este "cambio forzoso", Bermúdez no se planteaba ningún tipo de cambio porque según relata, las terapeutas y psiquiatras le han aconsejado en varias ocasiones que no cambie de colegio a su hijo porque "podría crearle traumas". "La verdad, yo tengo muchísimo miedo", reconoce apenada.

Incertidumbre entre los vecinos

El ambiente que se respira estos días en esta zona del Polígono San Pablo de preocupación e incertidumbre. La presidenta del AMPA del San Ignacio de Loyola sostiene que "más allá del enfado de los padres, los vecinos también están muy inquietos". "Nos preguntan constantemente qué va a hacer el Ayuntamiento y la Junta con este edificio", sostiene Anabel. Tanto es así que algunos vecinos han colgado en las terrazas de sus casas pancartas con mensajes de apoyo al colegio [como se puede ver en esta imagen].

Esta situación de "nerviosismo e incertidumbre", como la presidenta del AMPA lo describe, se ha intensificado entre los padres de los niños que padecen enfermedades, quienes, según Anabel, "van a llegar hasta donde sea necesario" para frenar el cierre del colegio porque "no ven viable ese cambio para los niños".