El PP de Sevilla cesa a su número dos y nombra en su lugar a un hombre de la confianza de Moreno

Había gran expectación sobre el desenlace desde que el sábado llegó la convocatoria del Comité Ejecutivo del PP de Sevilla y de su Junta Directiva. El secretismo ha sido máximo. Veinticuatro horas antes llegó el orden del día con solo dos puntos. El primero: nombramientos. El segundo: informe de gestión del secretario general. En paralelo a la convocatoria oficial, corrió un anónimo que cargaba duramente contra el número dos del PP sevillano.

El resultado de esta jornada, según han confirmado a este periódico fuentes del PP regional, ha sido el cese del que era número dos del PP de Sevilla, José Ricardo García, quien retiró la documentación de las cuentas del partido de la notaría el pasado mes de noviembre. En su lugar ha sido nombrado Agustín Aguilera, actualmente director de la Oficina Técnica de Hacienda y persona de la máxima confianza de la consejera y portavoz del Gobierno andaluz, Carolina España. Hasta ahora ha ejercido como vicesecretario de Economía, Hacienda y Empleo del PP de Sevilla. Aguilera fue en las listas del PP de Sevilla al Parlamento andaluz y, de hecho, renunció a incorporarse como diputado tras el fallecimiento de María Díaz Cañete el pasado septiembre para continuar en la gestión autonómica.

García, que es diputado andaluz y concejal del Ayuntamiento de Carmona, será "responsable del área de formación del PP autonómico", informó el partido en una nota. El gran ausente en la cita interna fue Javier Arenas.

La tensión se apodera del PP de Sevilla

A diferencia de otros tiempos, presumía su presidente, cuando las cuitas internas se adelantaban en la prensa, esta vez se habían esmerado para que primero sucediera todo internamente y solo después saliera a la luz. Junto al presidente del PP de Sevilla, Ricardo Sánchez, el secretario general del PP andaluz, Antonio Repullo, hombre de la máxima confianza de Juanma Moreno. También acudió el alcalde, José Luis Sanz.

La reunión llegaba en un momento de gran tensión interna después de que las familias del PP sevillano volvieran a desenfundar las armas. El origen: su secretario general y número dos, José Ricardo García, diputado andaluz, había retirado de una notaría de la capital hispalense las cuentas del partido referidas a 2011, 2012 y 2013, tal y como adelantó El Correo de Andalucía. Se había llevado los papeles que allí había depositado en 2018 la expresidenta del partido, Virginia Pérez, y su entonces número dos, Juan de la Rosa, hoy hombre fuerte del alcalde en el ayuntamiento de Sevilla.

Operación contra Sanz

Se depositaron en notaría, según cuentan los implicados, para evitar que se usaran como arma en la eterna guerra del PP sevillano. Tres meses después de que García retirara esos papeles, el pasado noviembre, a primeros de febrero se hicieron públicos poniendo en el punto de mira principalmente al alcalde Sanz y a su número dos, Juan Bueno, que en aquella etapa, a la que se refieren las cuentas filtradas, ostentaban importantes responsabilidades orgánicas en las filas populares sevillanas. La contabilidad, revelada por Diario de Sevilla, habla de pagos desde el grupo de la Diputación de Sevilla que se han calificado de sobresueldos, de facturas de comidas, autobuses, mítines y actos para los entonces ministros del PP en sus viajes a la capital andaluza. Los afectados han negado que haya nada ilegal en estos pagos, aseguran que son gastos de representación, dietas y desembolsos que permitía entonces la ley de financiación de los partidos políticos. El escándalo estaba ya servido y mientras, dentro del PP de Sevilla, la bomba acababa de estallar.

Cuando se preguntó de dónde había salido esa información que apuntaba contra el alcalde, todo el mundo miró a Virginia Pérez, que retirada de la primera fila política, negó que fuera ella quien había organizado esas revelaciones. En la misma notaria donde se habían depositado las cuentas hace siete años se tuvo la respuesta. En nombre del PP de Sevilla, sin encomendarse ni a su presidente, Ricardo Sánchez, ni al secretario general del PP andaluz, Antonio Repullo, que no estaban al tanto del movimiento, el número dos, José Ricardo García, hombre de Javier Arenas, se había llevado esos papeles. No dio cuenta a nadie y cuando empezaron a salir en la prensa, se dedicó a llamar a los afectados para ofrecerles su apoyo y a los responsables para señalar a Pérez, recordando que ella era quien custodiaba la información pero sin contar que él también tenía esa documentación. Contabilidad que había retirado, según su versión, para "proteger" al partido.

Moreno se cansa de las traiciones del PP de Sevilla

A partir de ahí, los movimientos internos se sucedieron. No se escribía un capítulo más de guerra interna sino que la ejecutiva regional de Juanma Moreno tomaba directamente cartas en el asunto. El secretario general del PP andaluz llamó a la sede regional al número dos del PP sevillano. Desde el grupo parlamentario, su portavoz, Toni Martín, dejó claro que había que "depurar responsabilidades" sobre lo ocurrido. Moreno, que lejos de intervenir en el PP de Sevilla había decidido darles margen para arreglar sus cuitas internas y restaurar la paz sin venganzas ni ajustes de cuentas, ha sentido lo ocurrido en este último episodio como una "traición". Se advirtió de que se iban a tomar medidas y Moreno ha dicho basta harto de las deslealtades del PP sevillano.