La otra cara de Sevilla que está oculta bajo tierra: así son los túneles secretos que recorren la ciudad y servían para guardar tesoros

Casi cinco millones de personas visitaron el pasado año la capital de Sevilla para disfrutar de su gastronomía, belleza, patrimonio y cultura. Así, todos ellos recorrieron cada palmo de la ciudad para desentrañar los principales tesoros de uno de los municipios más visitados de todo el mundo. Sin embargo, lo que la mayoría de ellos desconoce es que bajo sus propios pies se encuentra la 'otra cara oculta' de Sevilla: sus túneles secretos, que recorren toda la ciudad.

Unos pasadizos secretos y galerías ocultas que atesoran historias en su interior y que fueron construidos siglos atrás por los motivos más diversos. Así, muchos de ellos sirvieron para el traslado de oro traído de América desde el río hasta un lugar seguro, otros para esconder tesoros almacenados o como forma de escape y comunicación entre los principales castillos y fortalezas e, incluso, como una posible guarida para brujas y "seres del más allá".

Los misteriosos laberintos de la Sevilla subterránea

Pero a pesar de las leyendas populares que se extienden por la ciudad, lo que sí es una realidad plena es el amplio uso que se hizo de estos enclaves tiempo atrás y los vestigios de la historia que aún encierran en su interior. De ese modo, entre estos entornos destacan los túneles de la calle Abades, conocidos como 'Horno de las brujas', ya que las leyendas aseguran que en ese lugar se encontraban las escuelas de "magia diabólica" y que posteriormente se conoció que se trataba de unas termas romanas.

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Pasadizos secretos que comunican las principales fortalezas de Sevilla

A este se suma el Real Alcázar, que contaba con su propio pasadizo que servía para la entrada y salida de personalidades sin la atenta mirada del exterior, así como las galerías que comunican la Catedral con la calle García de Vinuesa.

Entre el patrimonio subterráneo de Sevilla también se encuentran los pasadizos de Las Casas de la Judería, un hotel de 18.000 metros cuadrados conformado por 27 casas unidas entre sí no solo en su superficie, sino también por un increíble túnel bajo el suelo en el que se conserva incluso una muralla de la época.

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Pero estos no son los únicos rincones ocultos de Sevilla, sino que en el sótano del Santuario de María Auxiliadora se pueden encontrar varios túneles y habitaciones que se utilizaron en el pasado como cárcel, donde se asegura que se torturaron a las santas Justa y Rufina, y que podría llegar hasta los Jardines del Valle o a La Hiniesta.

A estos enclaves se unen el localizado en la calle Bustos Tavera, donde se ha localizado un entramado de túneles subterráneos que podrían unificar el antiguo convento de la Paz con el monasterio de Santa Paula; y la cisterna romana de cuatro metros de la Plaza de la Pescadería, que facilitaba la distribución del agua.

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Sevilla cuenta con infinidad de pasadizos secretos por toda la ciudad

Asimismo, la Sevilla subterránea incluye entornos como la Cueva de Hércules, que llega desde la iglesia de Santa María la Blanca hasta la calle Mateos Gago; o el propio río Guadalquivir, donde se pueden encontrar pasadizos tanto desde Sevilla como desde Triana que se utilizaban para el almacenamiento de comida y agua, y como método de escape y escondite.

Y uno de los más destacados de toda la ciudad se encuentra en el Hospital de los Venerables, en el barrio de Santa Cruz, que cuenta con una gran red de túneles y galerías subterráneas que se cree que fueron utilizados por los judíos de la Judería para huir tras ser perseguidos. Todo ello conforma un complejo entramado de pasadizos, túneles y galerías que logra esconder de la mirada ajena la visión más íntima e inexplorada de toda Sevilla.