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QUE NO TE FALTE CALLE

Qué queda de la emblemática calle Feria con la llegada del turismo: "Ha cambiado mucho pero mantiene su esencia"

En la calle que retrató Chaves Nogales, templo de la Amargura y Montesión, los vecinos y comerciantes luchan para mantener el equilibro de la vida local antes la invasión turística

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Rocío Soler Coll

Rocío Soler Coll

Rocío Soler Coll

Decía Manuel Chaves Nogales en su biografía de Juan Belmonte que la calle Feria es una de esas que "milagrosamente llevan varios siglos de vida intensa". El periodista sevillano, que se conocía bien los confines de la calle, la describió en su libro como una vía "vibrante" con "la inquietud de todas las horas". Casi 100 años después, la intensidad, el bullicio y la alegría siguen siendo la impronta en uno de los rincones más emblemáticos de Sevilla, aunque ahora sí -insisten los vecinos- "ha cambiado mucho".

Luis León lleva 44 años levantando la persiana de su local en el corazón de la calle Feria, en la parte "ancha", como diría Chaves Nogales. Esta vía que conecta el centro con el barrio de la Macarena fue testigo hace casi medio siglo de la apertura de Dado, un emblemático negocio especializado en figuras de Semana Santa y belenes. "Por mis aspiraciones empresariales esta era una de las calles comerciales más importantes, por eso me vine", recuerda.

Luis León, propietario de la emblemática tienda de belenes Dado de la calle Feria.

Luis León, propietario de la emblemática tienda de belenes Dado de la calle Feria. / Rocío Soler Coll

Cuando Luis llegó a este rincón, el mítico Casa Vizcaíno ya congregaba a multitud de parroquianos en su local pegado a la capilla de Montesión. El Mercado de Feria, el más antiguo de Sevilla, rebosaba de público todas las mañanas y el mercadillo de antigüedades, ropa y coleccionismo bautizado como El Jueves todavía no había experimentado el declive que viviría años después.

La realidad es que la calle sufrió en la década de los 80 y, de eso, Luis también se acuerda. Hace ya años que Feria dejó atrás las drogas y el ambiente degradado para pasar a una mejor vida intentando adaptarse a los tiempos de hoy: la irrupción del turismo que necesita pisos y pide bares, bares y más bares. "Es una calle de contrastes", subrayan los vecinos. En esta vía habitan todas las Sevillas: en la puerta de sus bares el clásico cofrade se codea con el ateo, el rancio con el hippie, el turista con el vecino que no sale de intramuros

Una turista ojea libros en la Librería Baena de la calle Feria.

Una turista ojea libros en la Librería Baena de la calle Feria. / Rocío Soler Coll

"El 50% de las tiendas están pensadas para el turista", asegura Luis, que fue presidente de la Asociación de Comerciantes de la calle Feria durante años. No se refiere a propuestas como La Locanda di Andrea o a Fatouch, que también han conquistado al público sevillano, si no a bazares, locales de porciones de pizza, kebabs, heladerías o sitios de café de especialidad.

El fundador de la Feria del Belén de Sevilla no quiere resignarse a que su negocio deje de estar presente en la calle porque los emblemáticos "ya solo se cuentan con los dedos de una mano". "Estoy esperando a que mi nieto de 18 años se decida para quedarse con el negocio, si no espero que mi nieta de 11 se lo planteé", sostiene frente a su escaparate, bajo un cartel que reza: "Aquí siempre es Semana Santa".

"Se ha convertido en una calle de bares"

A escasos pasos de la casa del belén, un estrecho local de libros antiguos y de segunda mano se deja entrever. Es la archiconocida Librería Baena, regentada por Carmen Baena, segunda generación de su familia detrás del mostrador. Este espacio, repleto de libros, cómics y tebeos antiguos es toda una institución en la calle y un local archiconocido para los coleccionistas. "Viene gente de todos los rincones de Andalucía y turistas de todo el mundo", presume.

Entrada de la Librería Baena en la calle Feria.

Entrada de la Librería Baena en la calle Feria. / Rocío Soler Coll

Eso es, precisamente, lo que más le gusta a esta librera de su propia calle: la diversidad de la gente. "Es una de las más abiertas que hay en Sevilla, y mantiene su propia esencia a pesar de todo. Sevilla está muy vinculada a las tradiciones y a lo clásico, pero aquí se respira esa cara alternativa y más bohemia de la ciudad", explica. Precisamente, la cantidad de tiendas de ropa de segunda mano son una prueba irrefutable de que quienes frecuentan esta calle buscan ese carácter heterodoxo. "La gente es muy divertida y dispar".

Sevilla está muy vinculada a las tradiciones y a lo clásico, pero aquí se respira esa rama alternativa y más bohemia de la ciudad

Carmen Baena

— Propietaria de la Librería Baena

Carmen ama su tienda y le sorprende la gente, pero cada vez le gusta menos la calle. "Tienda que cierra... automáticamente es un bar y al final esto se ha convertido en una calle de bares". Como consecuencia, el pequeño comercio desaparece y sobrevivir es todo un logro. "El 90% de los locales llevan como mucho tres años".

Según los vecinos, el 50% de los locales están pensados para turistas, quedan escasos negocios emblemáticos y el 90% llevan menos de tres años en la zona

Ante la desaparición del pequeño comercio, la librera reclama más ayudas para los negocios de los sevillanos al Ayuntamiento de Sevilla. "Está muy bien que cuide el turismo porque es un pilar económico importante para Sevilla, pero no tiene que dejar de cuidar a los que vivimos aquí".

Un mercado que no se rinde

Si alguien nota a diario la falta de vecinos en la calle son los vendedores del Mercado de Feria. "Antiguamente, aquí no se cabía", recuerda Silvia Portillo, copropietaria de una pescadería. Ahora, ese mismo pasillo que señala no solo no está abarrotado, sino que está prácticamente vacío, como toda la nave. Podría decirse que es como un mercado fantasma: de los más de 20 puestos de pescado que había hace 20 años, solo quedan cuatro.

Una vecina compra pescado de uno de los puestos del Mercado de Feria.

Una vecina compra pescado de uno de los puestos del Mercado de Feria. / Rocío Soler Coll

"Tiene una explicación: han subido los precios de las viviendas, cuando se vende una se convierte en piso turístico y mucha gente del barrio o se ha muerto o se ha ido", argumenta la pescadera.

De los más de 20 puestos de pescado que había hace 20 años, ahora solo quedan cuatro

Con el fin de impulsar la compra en este espacio y mantener su aspecto, que se conserva desde el siglo XIII, el Ayuntamiento de Sevilla lo está sometiendo a una renovación integral con una inversión de más de 900.000 euros.

El rincón de lo 'vintage'

La iglesia de San Juan de la Palma, la capilla de Montesión, el Omnium Sanctorum, el Archivo de Protocolos o el mercado de abastos son los principales inmuebles históricos que reúne la calle Feria. Hoy, a lo largo y ancho de esta vía donde destacan las antiguas casas unifamiliares y los balcones llenos de buganvillas, ciclamen y geranios, se ubica el gremio de los comercios de ropa de segunda mano.

Rocío Arias abrió su tienda, Rómula Vintage, hace ocho años y en 2023 consiguió instalarse en la calle Feria. "Esperé mucho para encontrar un local en esta zona [próxima a la plaza Montesión] porque no es lo mismo esto que la calle después del Mercado de Feria", puntualiza.

Un pasillo del Mercado de Feria.

Un pasillo del Mercado de Feria. / Rocío Soler Coll

Para esta vendedora, el turismo le ha quitado lo mismo que le ha dado a la calle. "A los turistas les gusta mucho la ropa de segunda mano y cuando vienen aquí en busca de una tienda al final acaban entrando en todas", afirma. Sin embargo, todo merece un equilibrio. "Yo creo que le da vida a la calle, pero quiero que se controlen los pisos turísticos porque si no se perderá la esencia y eso es precisamente lo que le gusta a los turistas", reflexiona.

Hace tan solo unos días salió a la luz la secuencia que grabaron los hermanos Lumière en 1898 de la calle Feria. Lo que se ha considerado como "la primera imagen costumbrista que tuvo Sevilla" es una prueba visual de lo que era y lo que es este enclave. Todo es diferente a lo que se ve en esas imágenes, pero como decía Chaves Nogales "el volumen de su pasado no la ha envejecido".

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