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EXCELENCIA

Cómo ser la mejor residente de un hospital referente en Andalucía: "Soy muy metódica, saco tiempo para todo"

Este año, de los 140 residentes que han finalizado su etapa de formación en el Hospital Virgen del Rocío, Marta Domínguez y Miriam Álvarez han sido distinguidas como los dos mejores expedientes del centro

Miriam Álvarez y Marta Domínguez, los dos mejores expedientes residentes del Hospital Virgen del Rocío.

Miriam Álvarez y Marta Domínguez, los dos mejores expedientes residentes del Hospital Virgen del Rocío. / Cedida

Rocío Soler Coll

Rocío Soler Coll

Tras cuatro y cinco años de residencia en el Hospital Virgen del Rocío, uno de los más solicitados en España para las plazas de especialización, Marta Domínguez y Miriam Álvarez han puesto punto y final a su etapa formativa con un broche de oro: el primer y segundo premio a mejores residentes del centro hospitalario. Son los expedientes más destacados y, a su vez, los curriculums más brillantes por su compromiso y excelencia en las comunicaciones científicas, su participación en investigaciones y sus estancias internacionales. Cuando conversan con El Correo de Andalucía sobre su experiencia reflexionan sobre la constancia, el sacrificio y la ayuda que han recibido de sus tutores, pero "por encima de todo" hablan de ilusión, entusiasmo y vocación.

De los 140 Especialistas Internos Residentes (EIR) que este año han finalizado su residencia en el Virgen del Rocío, Marta Domínguez, especialista en Ginecología y Obstetricia, ha sido reconocida con el primer premio de "Residentes Excelentes". Al otro lado del teléfono habla una doctora entusiasta, emocionada y decidida a seguir tan volcada en su carrera como estos últimos cuatro años. "Cuando empecé como R1, tenía muchas ganas, me apunté a un máster oficial de investigación, quería comenzar la tesis, pero todo lo que llegaba a mis oídos en boca de otros residentes era: "Va a ser muy complicado, no podrás hacer rotaciones fuera...", pero yo soy un culo inquieto y me empecé a mover", explica Marta.

Ese fue el impulso que necesitó para apuntarse a un congreso de Ginecología durante su primer año y aventurarse a hablar con un referente mundial en cirugía fetal, el ámbito en el que siempre quiso especializarse. "Me presenté ante el doctor Kypros Nicolaides y le dije que estaba entusiasmada con este mundo. Me dio el correo de su secretaría, le escribí, me respondió enseguida y a los meses hice mi primera estancia internacional cuando era R2 en el King's College Hospital de Londres", relata.

Marta Domínguez, ginecóloga

Esa experiencia, dice, fue muy enriquecedora, le abrió la mente y descubrió otras maneras de trabajar y de vivir. Al terminar, su interés por la cirugía fetal siguió empujándola y consiguió, gracias al doctor Nicolaides, trasladarse dos meses a Toronto y realizar su segunda estancia internacional. Lo que a inicio de su residencia le dijeron que sería casi imposible hacer durante los próximos cuatro años (hacer rotaciones internacionales), ella ya lo había logrado en dos ocasiones cuando cursó tercero. "De estas experiencias es de lo que me siento más afortunada, porque me permitieron continuar en la línea de la investigación en mi tesis doctoral, que la hice con el jefe de mi unidad, el doctor Guillermo Antiñolo", sostiene.

Marta, que ganó el premio a mejor expediente durante la carrera, fue distinguida por la Real Maestranza de Caballería y por la propia ciudad de Sevilla, no ha dejado de estudiar, formarse y apuntarse a "todos los cursos" que le parecían interesantes. "No tengo la clave del éxito, pero yo soy muy metódica, el día tiene 24 horas y saco tiempo para todo", insiste.

Su tesis no dejó indiferente a nadie: giró en torno a una técnica muy parecida a la cesárea pero que se lleva a cabo en aquellos bebés que durante el embarazo se les diagnostica un problema de mala formación en la cabeza y cuello. Ahora está inmersa en sus próximos pasos: la plaza que ha conseguido gracias al Virgen del Rocío y a la Fundación para la investigación Fisevi para un proyecto de investigación en medicina fetal sobre los trastornos del estado de ánimo en la mujer embarazada (ansiedad y depresión). Sus inquietudes la impulsan a ir más allá, por lo que también está desarrollando un proyecto de innovación en docencia en el propio hospital. "Vamos a analizar el papel de la IA para potenciar la investigación en los residentes y darles herramientas que, por ejemplo, yo no tuve en su momento".

Miriam Álvarez, cirujana

El segundo premio a mejor expediente ha sido para la residente de Cirugía General Miriam Álvarez. Es una de los 35 cirujanas que han terminado su residencia hace apenas unos días, a finales de septiembre. Natural de Lucena, Miriam llegó a Sevilla para estudiar la carrera en la Universidad de Sevilla. Cuando tuvo que escoger residencia se decantó por el Virgen del Rocío y durante estos cinco años asegura que ha aprendido mucho de los profesionales que están al máximo nivel. "Los profesores y médicos han dedicado mucho esfuerzo, tiempo y paciencia en que salga bien formada, tanto a nivel de cirugía como a nivel investigación", señala. De ellos aprendió a dar los primeros puntos en piel artificial su primer año y ha compartido cirugías complejas como un trasplante apático cuatro años después. "Me lo han enseñado todo, me han impulsado a estudiar, a cómo estudiar, me han ayudado a ir a congresos, a cómo presentar trabajos y a defender comunicaciones", añade.

Estos días, que vive con satisfacción este merecido reconocimiento, Miriam también recuerda los momentos más grises de su residencia. "Recuerdo ayudar en cirugías y en mi primera apendicitis pensar: "No sé si seré capaz de hacerlo alguna vez en la vida". Pero la realidad es que poco a poco llegas y tienes esa formación", relata la cirujana.

Miriam enfocó su tesis doctoral en el cáncer de colon, más concretamente en el impacto que tiene la microbiota de una persona en la capacidad de respuesta inmune contra el cáncer de colón. "Hemos conseguido información para ver como hay subtipos de bacterias que podrían influir en nuestra capacidad de luchar contra el tumor. Y, evidentemente, hay que ampliar los estudios, esto solo sienta las bases para seguir investigando", comenta Álvarez, que recuerda las incontables horas que se pasó en las bibliotecas de Sídney durante su rotación para sacar adelante su tesis doctoral.

Cuando se le pregunta por aquellos consejos que le daría a los residentes de primer año, esta joven cirujana destaca con rotundidad que "lo más importante es poner al paciente en primer lugar". "Que toda su formación y sus horas de estudio sean para darles la mejore atención a quienes están sufriendo la enfermedad", argumenta.

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