El president de la Generalitat, Pere Aragonès, y su esposa ante la tradición de los gigantes. Tradición arraigada desde el siglo XV. Es Sant Jordi y las flores hasta en los dulces. Para ellos un libro, para ellas una rosa con el rubor inocente de un niño. Los políticos se echan a la calle, se hacen fotografías y se juntan con la gente. Si la fiesta es especial en Cataluña, ésta más, a las puertas de unas elecciones. Independentistas que luchan entre sí y con los demás. Feijóo acompañando a su candidato y repartiendo rosas e inmortalizándose con todo aquel que lo deseara, y lo cierto es que fotos fotos ha habido muchas e incluso también regalo, pensado para alguien. Es precampaña. El viernes es cuando se da la salida para conseguir el Gobierno de Cataluña.