Callar, pensar y actuar

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12 jul 2017 / 23:10 h - Actualizado: 14 jul 2017 / 17:59 h.
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Las decisiones en caliente casi nunca acaban con buen resultado. Eso debe tener claro ahora el Sevilla y su presidente, José Castro. Tras el caso Vitolo todo está incandescente en el Sevilla, dentro del estadio y fuera, en la calle, donde la hinchada clama enfervorecida. Contra Castro, por su imprudencia, y sobre todo contra el jugador. Porque no olvidemos que el malo malísimo de esta película es el infame comportamiento de Vitolo. El asunto tiene todos los ingredientes como para que la irritación sea extrema, así que más que nunca toca callar, pensar y actuar, aunque el corazón le pida a los sevillistas otra cosa. Llegados a este punto, al Sevilla le toca pensar mucho antes de moverse para no dejar su imagen aún más tocada, de ahí la prudencia de Castro ayer.

El documento escrito que dice poseer el Sevilla tiene visos de ser totalmente vinculante. Con eso en la mano, la directiva debe ir a por todas, sin titubeos, hasta el final, caiga quien caiga. Pero con la máxima discreción, la que no ha tenido filtrando y anunciando la renovación de marras. Por ese camino jurídic-administrativo, el Sevilla podría conseguir dos cosas: 15 millones de euros más y, lo más importante de todo, proclamar su dignidad y lavar su imagen. Si lo que tiene carece de valor contractual toca agachar la cabeza, no hacer más el tonto y depurar responsabilidades hasta el extremo que determinen los propios sevillistas, no otros. Incluso aplaudiría que ‘ayudara’ a la FIFA a esclarecer posibles irregularidades en esta extraña operación. Públicamente, a rematar la plantilla y hablar sólo de la primera eliminatoria de la Champions, donde el Sevilla se juega muchísimo. Romper con Bahía tampoco aportaría demasiado en este mundillo de intereses.

Y luego está el aficionado. La furia del sevillismo en las redes sociales, la ventana por la que se expresan los hinchas de manera más o menos pública sobre todo cuando no hay partidos, es arrasadora. Pero debe quedar ahí. Calma y cerebro. Sería imperdonable que cuando regrese Vitolo, tarde o temprano, el sevillismo le diera carnaza a sus enemigos en los despachos. Inteligencia, que para eso están las neuronas. La torpeza no tiene cabida en una hinchada que tiene injustísimas heridas por casos parecidos, uno de ellos muy fresco. La vida está repleta de injusticias, hay que asumirlo y aprender a convivir de la forma más inteligente posible. La barbaridad del Camp Nou a Figo jamás sería pasada por alto en el sur. Callar, pensar y actuar. Nada más.