Literatura

Gonzalo Giner: “Nada es lo que parece en esta novela de aventuras, todo es un gran truco de magia”

El escritor madrileño recupera la figura de Saladino y el poder del caballo

Presenta ‘La sombra de los sueños’, una obra de acción e historia en la que un emir pretende, entre otras cosas, revivir la yegua del histórico héroe islámico

Gonzalo Giner con su libro, junto a un caballo, en la Yeguada La Cartuja

Gonzalo Giner con su libro, junto a un caballo, en la Yeguada La Cartuja / Editorial Planeta

Rafa Aranda

Rafa Aranda

“¿Te has preguntado alguna vez qué serías capaz de hacer por cumplir tus sueños? ¿Estarías dispuesto a saltarte alguna barrera ética para cumplirlos?”. Un sueño es algo que trasciende a cualquier ser humano, es algo que todo el mundo tiene. La diferencia está en cómo es cada sueño, cómo lo gestiona cada persona, y qué capacidad tiene el soñador para llevarlo a cabo.

Son los planteamientos sobre los que un sonriente Gonzalo Giner (Madrid, 1962) comienza a presentar su última novela, La sombra de los sueños, publicada por la Editorial Planeta. Una obra de aventuras, acción y suspense que gira alrededor del arte, la ciencia o la historia, con dos protagonistas principales: una ladrona de obras artísticas con fines filantrópicos y un atractivo emir obsesionado con la figura del gran héroe islámico Saladino y con los caballos que pertenecieron a grandes personajes históricos. 

El mismo Giner, que demuestra pasión por su novela en cada palabra que pronuncia, da una primera respuesta: “Hay sueños que es mejor no cumplir”. “Pueden ser buenos o malos, según las consecuencias. El fin no debería justificar los medios, pero en esta novela sí, todos los necesarios", añade.

Gonzalo Giner junto a un caballo negro en la Yeguada La Cartuja

Gonzalo Giner junto a un caballo negro en la Yeguada La Cartuja / Editorial Planeta

El lugar elegido para desvelar a los medios de comunicación algunos detalles de su último libro, tras éxitos literarios como El sanador de caballos (2008), El jinete del silencio (2011), Pacto de lealtad (2014) o La bruma verde (2020, ganadora del Premio de Novela Fernando Lara), no es casual. 

La Yeguada Cartuja (Jerez de la Frontera), una de las más importantes de Europa, donde protegen la raza histórica del caballo cartujano, reúne todos los valores que Giner quiere transmitir en cada párrafo de su obra. "Este lugar tiene algo de sueños, historia, ciencia y caballos, las cuatro patas que se repiten en los cinco protagonistas", afirma, mientras observa al fondo el galopar de las yeguas cartujanas, de carácter dócil y noble. En un paraje que nació fruto del sueño de unos monjes hace más de 500 años, y en el que se une el talento, la excelencia y los últimos avances científicos en el sector para hacer historia en torno al caballo.

Gonzalo Giner, en la Yeguada de La Cartuja, junto a caballos

Gonzalo Giner, en la Yeguada de La Cartuja, junto a caballos / Editorial Planeta

La inspiración del autor se desvela en el final

"Si cinco son los protagonistas de la trama, cinco serán las palabras que dirá el lector al terminar de leer la novela. No me lo puedo creer...La clave está en el final, ahí arrancó la idea. No puedo contar de dónde viene porque se entiende en el final”, afirma, con suspense, Gonzalo Giner.

La historia, que él define como “una novela histórica dentro de otra novela no histórica”, tiene como punto de partida a Sarah Ludwig, una empleada de la lujosa tienda de Hermès en París, que a la vez usa trucos de ilusionismo heredados de su abuelo, un judío que robó la mítica Lanza de Longinos a Hitler, para hacerse con valoradas obras de arte.

La novela es como una escalera. Los peldaños conducen a un sueño increíble pero de consecuencias peligrosas

Gonzalo Giner

— Autor de 'La sombra de los sueños'

Ella es la primera que se une al equipo formado por el emir de Fuyarja, Jalid bin Ayub, junto a otros eminentes científicos, para intentar hacer realidad los sueños del magnate, como son recuperar el esplendor de los tiempos de Saladino y revivir, gracias a la ciencia, a Shujae, la amada yegua del histórico héroe islámico.

“La novela es como una escalera. Los peldaños conducen a un sueño increíble pero de consecuencias peligrosas”, describe un Giner que, al igual que alguno de sus personajes, confiesa haber tirado de ilusionismo continuamente. “Nada es lo que parece, y nada de lo que parece, es. Es un gran truco de magia toda la novela. Va por un lado y puede ir por otra dirección. Desviar y dirigir la atención del público. El arte de hacer posible lo imposible”, cuenta.

Pero además de ese juego contante con la realidad y la ilusión, detrás hay un gran trabajo de documentación. “Se ha escrito mucho sobre Saladino, pero yo quería conocer las declaraciones desde el lado musulmán. Por ejemplo, con crónicas de la época y sus cartas con Maimónides, en las que descubres sus miedos y sueños", asegura. Promete que “va a fascinar” porque “es un personajazo”.

La importancia de Saladino y los caballos

Toda la obra gira en torno a la figura de Saladino y el poder de atracción que ejerce sobre el emir. Es un viaje a 1181, cuando Saladino, el gran Sultán de Egipto, consigue por primera vez la unificación del islam en la Guerra Santa contra los cristianos, a lomos de su admirada yegua, con la que logró gran parte de sus conquistas. Pero también es un viaje a algunas de las más míticas y desconocidas ciudades de Oriente que gozaron de gran esplendor, al París del siglo XXI, a Florencia, a Tanzania, a El Cairo o a un emirato bañado en dinero por el petróleo. 

Gonzalo Giner con coches de caballos

Gonzalo Giner con coches de caballos / Editorial Planeta

Y como en obras anteriores de Giner, no podía faltar el culto a la figura del caballo, a los que acaricia en Jerez al tiempo que explica el resto de secretos de su novela. Restos arqueológicos de equinos históricos como Marengo, Incitatus, Bucéfalo o Palomo, pertenecientes a Napoleón, Calígula, Alejandro Magno y Simón Bolívar, servirán para intentar llevar a cabo el proyecto científico de Jalid de devolver la vida la yegua Shujae.

“Pero, hay algo más…”, deja caer con suspense Giner en algún momento, muestra de su ilusionismo. La novela, además de reflexión y aprendizaje, propone liberar la mente y soñar. Y es que los mejores trucos de magia son los que te dejan con la boca abierta hasta el final.