Opinión | Tribuna

Cineastas, levantaos

Imagen de la película 'Modelo 77'

Imagen de la película 'Modelo 77' / El Correo

El pasado martes se publicó en El Correo de Andalucía la noticia de que la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía había devuelto un millón y medio de euros (intereses incluidos) al Instituto de las Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA), organismo dependiente del Ministerio de Cultura, porque no se había gestionado a su debido tiempo y se habían cumplido los plazos para convocar unas ayudas destinadas al desarrollo y la escritura de guiones. Desde entonces, ha habido tibias reacciones en redes y algunas publicaciones en otros medios, pero da la sensación de que la noticia no acaba de calar en el sector. O que éste permanece callado sin saber qué hacer. O peor aún: que tiene miedo.

Vaya por delante que escribo esto como director, productor y guionista andaluz, y no como presidente ni socio de ninguna asociación (pertenezco a muchas; a veces, creo, a demasiadas). Y lo escribo porque estoy triste (más triste que un personaje de Hovik Keuchkerian entrando en un bar), y bastante cabreado, (igual de cabreado que cualquier personaje de Hovik Keuchkerian). Honestamente, no entiendo que, ante una noticia así, el sector audiovisual andaluz permanezca callado, sobre todo, en círculos concretos, aunque gran parte de profesionales sepamos que en algunos corrillos y grupos de whatsapp hay muchísimo enfado.

¿Cuándo lo vamos a hacer?

Y estoy triste y cabreado porque tengo la sensación de que, si no nos vamos a posicionar ante esto, si no nos vamos a levantar ahora a pedir explicaciones, a exigir responsabilidades y a expresar nuestra total incomodidad con una gestión que nos ha dejado sin un millón y medio de euros, ¿cuándo lo vamos a hacer? Ese dinero, además, no era sólo pagar a guionistas por su trabajo (sin duda, el principal sector afectado, como casi siempre). Como bien sabemos, el dinero que va a desarrollo se dirige a productoras, y comprende --además de los costes de escritura-- un trabajo de búsqueda de localizaciones, elaboración de dosieres, sinopsis, tratamientos, viajes a festivales, venta en mercados y otras gestiones relaciones con el germen de un proyecto. En resumen: tiempo. Al mismo tiempo, se podría haber destinado una parte a los laboratorios, lo que significa que ese importe hubiera fortalecido muchísimo uno de los pilares más débiles de nuestra industria, salvado la economía anual de gran número de pequeñas y medianas empresas (sin duda, el otro principal sector afectado) y permitido el crecimiento de cineastas y proyectos que necesitan ese impulso para conseguir salir a flote.

Durante el Encuentro de Guionistas de Valencia de 2022, una compañera me contó que, cuando en el País Vasco intentaron quitar las ayudas a la escritura, la asociación de guionistas de Euskadi se echó a la calle y consiguió evitarlo. En Andalucía, se eliminaron las de desarrollo hace años y nadie dijo nada. Ahora, más de una década después de que desaparecieran, iban a volver con un apoyo económico que jamás hubiéramos podido imaginar: exactamente, 1.491.966,03 euros, o lo que es lo mismo: un millón y medio. Un dinero que ya no va a llegar a nadie porque la Junta de Andalucía no lo ha gestionado a tiempo a pesar de haber tenido más de seis meses para hacerlo. ¿Y tampoco vamos a decir nada?

Quitarnos el miedo

Honestamente, creo que ha llegado el momento de plantearse si tienen sentido tantas asociaciones en Andalucía cuando luego parece tan difícil agruparnos de verdad y defender unos derechos comunes a varias parcelas de nuestro oficio. Ha llegado el momento de quitarnos el miedo a las represalias institucionales y expresar nuestro malestar de manera conjunta, agrupada, transparente y clara.

¿Qué puede pasar? ¿Nos castigarán en próximas ayudas? ¿Nos boicotearán? Si es así, ¿cómo? Las comisiones que deciden qué proyectos tienen subvención o no deben ser independientes y, en caso de que no lo sean, tampoco debemos permitirlo. Muchos y muchas sabemos el trabajo que cuesta justificar y solicitar cualquier ayuda a la Junta de Andalucía. Todos y todas sabemos el escrupuloso trabajo administrativo que hay que hacer para justificar después cada céntimo al mismo tiempo que adelantamos parte de esa financiación asumiendo riesgos y comprometiéndonos con entidades bancarias. Si la Junta de Andalucía es tan exigente y meticulosa con nuestras empresas, ¿por qué no podemos ser igual de rigurosos con ella? ¿Por qué callarnos y aceptar así un agravio de este tipo?

La Junta de Andalucía argumenta que el dinero entró tarde. La realidad es que desde antes del verano de 2023 sabían que ese ingreso llegaría en diciembre y que tenían más de seis meses para redactar las bases y sacar una convocatoria. La realidad es que todas las comunidades recibieron el dinero en esa fecha y trece de diecisiete lo han gestionado. Las otras tres son Murcia, Melilla y Aragón, comunidades que recibían cantidades mucho menores que la región andaluza, lo que no deja de ser menos grave pero sí refleja el daño hecho en nuestra tierra. La realidad es que la administración podría haber pedido un certificado al ICAA que asegurase que ese dinero iba a llegar para adelantar las cuestiones legales y que, si Andalucía no tenía preparados borradores para ayudas de este tipo era tan fácil como estudiar los existentes en otras regiones y adaptar el formato. La realidad es que no se ha hecho el trabajo a tiempo y que el sector andaluz se ha quedado sin millón y medio de euros afectando así a profesionales, a muchas empresas y, en última instancia, a un público que jamás disfrutará esas historias. La realidad es que ha llegado el momento de unirse, exigir y reclamar. Andaluces y andaluzas, levantaos ya. Si no, corremos el riesgo de que nos lo levanten todo.

Jorge Naranjo es director, guionista y productor.