La recuperación de Veta la Palma es "la medida de conservación de humedales más importante en toda España"

Alrededor de la una de la tarde de este miércoles, cuando el sol estaba bien arriba en la zona norte de la finca Veta la Palma, en el término municipal de La Puebla del Río, en Sevilla, aparecía el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, en su primera visita a la que es la medida estrella medioambiental de su Gobierno: la compra de 7.600 hectáreas de terreno, con 3.000 de marismas, que han servido de refugio a miles de aves en los peores momentos hídricos de Doñana, y supondrán una garantía de agua para la biodiversidad de la joya natural andaluza.

Casi 50 millones de euros para la conservación de Veta la Palma

Casi 50 millones de euros con cargo a fondos europeos se destinarán a la restauración inicial de los terrenos. Un cartel con pinta de recién estrenado, clavado en una tierra todavía agrietada y ahogada, pese a las últimas lluvias, refleja la inversión que la Junta tiene prevista en este espacio, que en un futuro "sin prisa ninguna porque ya es de gestión pública", como ha recalcado el director del Espacio Natural, Juan Pedro Castellano, se incorporará al Parque Nacional de Doñana.

Juanma Moreno ha explicado a los periodistas, ante un horizonte espectacular de agua proyectando el verde de la vegetación con colonias de flamencos rosa detrás, que esta "es la acción de protección de los humedales más importante en España". 

Saca pecho el presidente de la Junta asegurando que fue el director de las emblemáticas Tablas de Daimiel, el otro gran humedal del sur de Europa de la vecina Castilla la Mancha, el que lo recalcó en la última convención de humedales en Doñana hace una semana, por lo que ha aprovechado su visita para parafrasearlo.

Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, visita la finca Veta la Palma en La Puebla del Río (Sevilla).

La primera vez del presidente

Moreno ha confesado que había visto fotos aéreas y que "por diferentes motivos" no había podido visitar antes en persona la finca."Probablemente es la medida de la que más orgulloso me siento de la legislatura", ha apuntado.

No ha dado nuevos datos la Junta sobre el futuro de Veta la Palma, más allá de que ya se ha creado una comisión específica en el Consejo de Participación de Doñana para estudiar el plan de actuación en la finca. 

Juanma Moreno ha remarcado el "potencial medioambiental" de los terrenos marismeños del espacio natural. También ha incidido en que "es la gestión pública de la finca la que garantiza mantener vivo un humedal, que llega a albergar hasta 300.000 aves, el 60% del censo de Doñana, muchas de ellas protegidas y delicadas". 

Es la gestión pública de la finca la que garantiza mantener vivo un humedal, que llega a albergar hasta 300.000 aves, el 60% del censo de Doñana, muchas de ellas protegidas y delicadas

Juan Manuel Moreno

— presidente de la Junta de Andalucía

Especialmente relevante será para los biólogos comprobar esa variedad de especies, pero el equipo del Espacio Natural de Doñana asegura que hay cercetas pardillas, en peligro crítico de extinción, malvasias, la gaviota picofina, o incluso otras especies acuáticas como la anguila. 

Cautela en los plazos de ampliación del Parque Nacional

No se ha querido mojar Castellano cuando Moreno le ha preguntado, delante del equipo del Gobierno autonómico; respaldado por el consejero de Sostenibilidad y Portavoz, Ramón Fernández-Pacheco, el director general de Espacios Naturales Protegidos, José Enrique Borrallo, la delegada territorial, Concepción Gallardo y los antiguos propietarios, cuántas hectáreas se sumarían a las 128.000 que ocupa el Espacio Natural de Doñana en la actualidad. 

Meses atrás se habló de que el total de su superficie supondría una ampliación del 14% del territorio de Doñana. Los técnicos del parque piden cautela sobre la ampliación del Parque Nacional, Veta la Palma ya es Parque Natural, y por eso podía tener uso acuícola, lograr la incorporación de estos terrenos al Nacional depende del Gobierno central y debe cumplir diversos requerimientos. 

Por ejemplo, el paisaje no debe estar transformado. Sin embargo, la zona sur de Veta la Palma, la colindante con los arrozales aún en manos de Hisparroz, la empresa que ha vendido al Gobierno andaluz estás 7.600 ha de alto valor ecológico, evidentemente ha sufrido cambios significativos para adaptarse al cultivo de lubinas, corvinas y otros peces de piscifactoría, la principal actividad de esta finca desde los años 90. 

Se da la paradoja que la modificación del paisaje, y los cambios provocados por el hombre en este humedal "artificial", es precisamente lo que permite que se haya convertido en el refugio de la avifauna de Doñana en estos años de sequía y altas temperaturas fruto de la crisis climática

Pese a ello, se da la paradoja que la modificación del paisaje y los cambios provocados por el hombre en este humedal "artificial", el más grande de Europa, es precisamente lo que permite que se haya convertido en el refugio de la avifauna de Doñana en estos años de sequía y altas temperaturas fruto de la crisis climática. 

Un sofisticado manejo hidráulico fruto del conocimiento de los arroceros

"La toma de agua del río Guadalquivir, permite inundar los canales o desaguar según las necesidades. Es así como la zona norte reproduce el comportamiento de las marismas naturales de Doñana", cuenta Juan Pedro Castellano al respecto. La zona sur, por su parte, cuenta con esas marismas mareales, las que tienen mayor salinidad, "el colchón de Doñana cuando no llueve", ha apostillado Castellano. 

Así es la finca Veta la Palma (La Puebla del Río, Sevilla), "el colchón de Doñana" durante la sequía

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Los retos ahora están claros: la clave del éxito real de esta operación del Gobierno andaluz es la adaptación del manejo hídrico de estas balsas. Estas parcelas reciben agua bombeada del río gracias a la concesión para uso agrícola de la Confederación Hidrológica del Guadalquivir a los nuevos usos.

Un manejo que, como han explicado los antiguos propietarios, con quiénes tampoco ha faltado la foto en esta visita, se ha perfeccionado a través del conocimiento del paisaje y el funcionamiento de la marisma de los arroceros. Sobre los nuevos usos, asimismo, el consejero de Sostenibilidad, Ramón Fernández-Pacheco, ha repetido hasta la extenuación serán "estrictamente ecológicos". 

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El reto del mantenimiento de las aguas

La pregunta del momento es si es sostenible económicamente el manejo artificial de esta lámina de agua (que encierra dentro 6.000 campos de fútbol, mucho más que algunos términos municipales), solamente con fines conservacionistas. 

Precisamente Hisparroz la vendió por la falta de rentabilidad de esta actividad, entre otras razones. Uno de los representantes de la antigua propiedad, Ricardo Araque, ha asegurado este miércoles en Veta la Palma que "al no ser los mismos usos, creo que será inasumible. Desde luego seguro que requiere de una inversión mucho menor que para el uso acuícola". 

Unos antiguos propietarios a los que el presidente Moreno ha reconocido en todo momento su "sensibilidad absoluta" en el proceso de compra venta, que venía "rumiándose" desde hace muchos años.

"Otro ejemplo de la vía andaluza"

Los valores ambientales de Veta la Palma están certificados a nivel nacional e internacional. Como ha dicho Juanma Moreno, su adquisión "puso de acuerdo a todas las fuerzas vivas", es Reserva de la Biosfera, está en la prestigiosa lista Ramsar de protección de humedales y es ZEC y ZEPA, zonas de especial conservación y proyección de las aves, de la Red Natura 2000. Juan Manuel Moreno ha vuelto a referirse en La Puebla del Río a su forma de hacer política, "la vía andaluza" del consenso y el diálogo.

Ahora serán las administraciones públicas, con la Junta a la cabeza, los que tendrán qué dirimir qué usos dar a este imponente humedal, si se mantienen o no los manejos de ganadería extensiva, o si se seguirá con la actividad camaronera que da trabajo a un puñado de empresas familiares en Isla Mayor.

Por otro lado, serán los científicos y los técnicos del parque los que estudiarán cómo controlar el llenado de las balsas y los índices de salinidad para que sean aptas para la avifauna y puedan aportarle nutrientes.