Ópera

La Susona de Carretero deviene de reto a triunfo

Tras varios años de gestación desde que la pandemia retrasara su estreno, la ópera del compositor sevillano ve finalmente la luz en el Teatro de la Maestranza con un sonado triunfo de talentos

'La Bella Susona' en el Maestranza

Jorge Jiménez

Tratándose de Alberto Carretero, no cabía esperar de La bella Susona uno de esos estrenos absolutos que programan periódicamente teatros como el Metropolitan de Nueva York, ni era previsible que echara mano de su particular, duro y exigente, universo musical, no muy al alcance de todo tipo de sensibilidades. Demostrando una vez más su indiscutible inteligencia, ha tirado por la vía intermedia, que ni traiciona su estilo ni la vanguardia para la que está comprometido, pero tampoco pide al público habitual de la ópera aceptar una estética que se antoje demasiado extremista y exigente. El resultado es hora y media casi de experiencia sensorial siguiendo los cánones tradicionales de un espectáculo operístico, teñido de una experimentación inquieta y atractiva.

Varios años han pasado desde que la Sinfónica de Sevilla, cuando la dirigía John Axelrod, encargó al compositor sevillano esta ópera de tema sevillano, un nuevo título a añadir a la suculenta lista de óperas ambientadas en nuestra ciudad. Durante todo este tiempo ha asumido su condición de work in progress, hasta que anoche se presentó ante el público seguramente en su versión definitiva. Con un aspecto ambicioso, rodeándose de un equipo de primera categoría, técnico y artístico, ha dado como resultado el triunfo del que anoche pudimos disfrutar en el escenario principal del Teatro de la Maestranza.

Una protagonista controvertida

Extraña sin embargo que para la ocasión se haya decantado por un personaje continuador de esa tradición que sitúa a la mujer en el centro de intrigas y traiciones, le hace purgar sus pecados y finalmente sacrificarse por amor y asumir su condición de víctima del hombre machista y maltratador. Sin embargo, el talento del libretista Rafael Puerto ha dado un pequeño vuelco al comportamiento de esta bella Susona, fundamental para eximirle de esos prejuicios y constantes que han lastrado tradicionalmente la condición de la mujer. Salvado este escollo, la leyenda que dio nombre a una calle sevillana en el Barrio Santa Cruz, viene servida con un trabajo espléndido en lo musical y en lo poético, que gracias a la dirección escénica de Carlos Wagner apoyada en la escenografía de Alejandro Andújar, la iluminación de Alberto Faura y los muy creativos videos de Francesc Isern con el río siempre como protagonista, nos sumergen en esa Sevilla tenebrosa que debió reinar cuando el catolicismo fue purgando cualquier otra creencia que se antojara amenazante.

La música de Carretero fluye con fuerza hipnótica y subyugadora, combinando y alternando electrónica, manipulada por él mismo, con orquesta sinfónica magníficamente dirigida por Nacho de Paz, extrayendo de sus instrumentos sonidos nuevos y embriagadores. La literatura es convencional, permitiendo licencias vocales e instrumentales que entroncan con la tradición operística, pero sin renunciar a sonoridades dispares y vanguardistas, todo envuelto en un halo místico e intrigante en el que todas las familias orquestales lucen resplandecientes.

Poesía y tinieblas al servicio de una música hipnótica

También se esmera mucho Rafael Puerto para dotar de poesía una historia que se presenta más como larga reflexión de la protagonista que como una narración convencional, donde los recuerdos se mezclan con los sentimientos en una Sevilla ocupada por la sinrazón y el fanatismo religioso, que renuncia a ser crisol de culturas para sumergirse en las tinieblas medievales que lastraron nuestro progreso y devenir. En un doble plano escénico, asistimos a la turba humana a la que presta voz y cuerpo un coro entregado al máximo, mientras en otro nivel a la altura del escenario entramos en la casa de Aben Susón y en el convento donde Susona recibe al apoyo y el consuelo de Sor Gregoria.

Soluciones inteligentes y atractivas para dar empaque a un estreno absoluto en el que brilló el talento de la artista multidisciplinar estadounidense Daisy Press, con voz lírica educada y presencia arrolladora también en sus espasmódicos movimientos. Frente a ella, José Luis Sola fue un Guzmán de dicción clara y fraseo preciso, y Luis Cansino luchó por destacar a pesar de la amplificación natural. Mucho mejores estuvieron Marina Pardo con voz potente y flexible, y la sedosidad del contratenor Federico Fiorio como escribano. Habitual del Maestranza, Andrés Merino cumplió tan favorablemente como el espléndido coro, completando un elenco a la altura de este estreno absoluto con el que el coliseo sevillano cumple una obligación consustancial a los buenos teatros de ópera.

La colaboración del Auditorio de Tenerife en la producción, asegura una representación en esa ciudad que esperemos se extienda a otras plazas. Aquí de momento queda otra oportunidad, el viernes, de asistir a un evento de este calado y ser testigo de su trascendencia. Entretanto, se complementa con un espectáculo en el Alcázar de la mano del Femás, con el grupo canadiense étnico-oriental Constantinople y el conjunto sevillano experimental Ocnos junto a la carismática voz de Ángeles Núñez, recreando sonidos de la Sevilla de entonces acompañados de un nuevo cancionero en cuatro partes del propio Carretero.

LA BELLA SUSONA ****

Música de Alberto Carretero. Libreto de Rafael Puerto. Nacho de Paz, dirección musical. Carlos Wagner, dirección escénica. Alejandro Andújar, escenografía y vestuario. Albert Faura, iluminación. Francesc Isern, diseño de video. Sylvain Cadars, ingeniero de sonido. Alberto Carretero, electrónica. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Con Daisy Press, Luis Cansino, José Luis Sola, Federico Fiorio, Marina Pardo y Andrés Merino. Coro Teatro de la Maestranza (Íñigo Sampil, director). Producción del Teatro de la Maestranza en colaboración con el Auditorio de Tenerife. Teatro de la Maestranza, miércoles 13 de marzo de 2024