EL FUTURO DEL TÉCNICO

¿Se irá Xavi del Barça? Del 'me marcho' de enero al 'me quedo' de abril

Xavi cabizabajo en la banda durante el partido de Liga contra el Villarreal, tras cuya derrota anunció su marcha del club en junio.

Xavi cabizabajo en la banda durante el partido de Liga contra el Villarreal, tras cuya derrota anunció su marcha del club en junio. / Jordi Cotrina

Marcos López

A Xavi le cuesta irse del Barça. Es comprensible Se trata de su casa. Y no es ninguna exageración. Le costó como jugador (planeó marcharse en 2014 tras el difícil año con el Tata y lo hizo un año más tarde convertido en el capitán del triplete del 2015) y le cuesta ahora también como entrenador. Aunque ya no depende de él. Está todo en manos de Joan Laporta, por lo que el margen de acción del técnico se ha reducido al máximo. No está para pedir sino para esperar la decisión del presidente.

Tiene Xavi 44 años y ha pasado más de media vida en el club. Al inicio, estuvo 24 recorriendo todas las categorías (empezó en el Alevín A) hasta convertirse en el segundo jugador tras Messi (778) que más veces ha vestido la camiseta del primer equipo con 767 partidos.

Se fue a Catar y volvió en noviembre de 2021 ya como técnico para ocupar el banquillo de Koeman sin pasar previamente por el filial como pretendía el presidente Joan Laporta, siendo además la bandera electoral de Víctor Font, el candidato derrotado en las elecciones. O sea, Xavi lleva ahora casi 27 años instalado en el club, por lo que le resulta complejo abandonarlo, a pesar de que fue él mismo quien se puso fecha de caducidad.

"Me voy, el club necesita un cambio de dinámica. Esto liberará a los jugadores. Me siento aliviado"

Xavi

— 27 de enero

No hay precedentes en la historia contemporánea del Barça de un entrenador que se despida a sí mismo. Algunos, como Guardiola, Luis Enrique o el Tata Martino, no quisieron seguir. Pero nadie se despidió como hizo Xavi el 27 de enero. Fue entonces, tras la derrota con el Villarreal (3-5), cuando firmó su finiquito porque entendía que "era lo mejor para el club".

Señales contradictorias

Ahora, ni tres meses han transcurrido desde aquella noche en la que Laporta le pidió, sin éxito alguno, que no se precipitara. Nada más irse ("me siento aliviado", confesó), ya transmitió señales contradictorias en su mensaje. No se había marchado y dejaba, casi de forma inmediata, la puerta abierta a su retorno.

Xavi, en el Barça-Villarreal del pasado 27 de enero cuando anunció su marcha tras la derrota en Montjuïc (3-5).

Xavi, en el Barça-Villarreal del pasado 27 de enero cuando anunció su marcha tras la derrota en Montjuïc (3-5). / JORDI COTRINA

"No descarto volver. Ya lo he dicho muchas veces: soy un hombre de club y el club me tendrá a disposición para lo que me necesite. Pero ahora no me necesita", contó el pasado 30 de enero, admitiendo, eso sí, que "necesitamos más ilusión, otro tipo de entrenador y de persona, de ahí mi anuncio".

"No descarto volver. Ya lo he dicho muchas veces: soy un hombre de club y el club me tendrá a disposición para lo que me necesite. Pero ahora no me necesita"

Xavi

— 30 de enero

Poco a poco, el mensaje de Xavi ha ido virando, coincidiendo con la reacción del equipo hasta el punto de que ahora se plantea continuar, a pesar de que el Barça está a punto de cerrar la temporada en blanco. No depende ya solo de él. El poder lo tuvo hasta el 27 de enero. Y el presidente, que lo mantuvo por ser quien es, tiene la última palabra.

Laporta se dirige a la plantilla del Barça ante Xavi, Yuste y Deco, en el vestuario de Sant Joan Despí.

Laporta se dirige a la plantilla del Barça ante Xavi, Yuste y Deco, en el vestuario de Sant Joan Despí. / FCBARCELONA

Ahora la decisión debería estar en manos de Deco, el director deportivo, que no tiene la complicidad que sí exhibían Mateu Alemany y Jordi Cruyff con el técnico. Tendría que ser el ejecutivo portugués quien eligiera al nuevo entrenador.

Sea manteniendo a Xavi, algo cada vez más difícil, escogiendo a Márquez o apostando por otra vía más rupturista, que no trabaja ahora en el Barça. Y después, una vez explorado el mercado y las posibilidades económicas de la entidad (son mínimas), trasladara esa resolución al presidente.

Las dudas del club

Ese debería ser el orden jerárquico de la elección, aunque el poder casi exclusivo que ostenta Laporta altera notablemente esa hoja de ruta. Desconcertado anda el club por el súbito cambio de opinión del técnico. En estos tres meses, Xavi ha ido intentando borrar las huellas que trazó en enero.

Al inicio, era rotundo en su postura. "Me voy y ya está. El proceso de ser entrenador del Barça no compensa. En el día a día no se disfruta. He visto a entrenadores en este club sufrir incluso ganando. Yo no disfruto de lunes a viernes", dijo.

Era el 30 de enero. "Es cruel y desagradable. Te hacen sentir que no vales a diario. Ya me lo dijo Pep, Valverde, vi sufrir a Luis Enrique... tenemos un problema en cuanto a la exigencia. No se disfruta... te juegas la vida en cada momento. Es cruel", apuntó apenas tres días después del adiós.

"Ha sido una decisión acertada. Lo dejé claro sobre mi adiós. No tiene qué cambiar nada"

Xavi

— 10 de febrero

A partir de ahí, y durante casi todo febrero, mantuvo su opinión de que "había sido una decisión acertada y no tiene que cambiar nada”, hasta que semanas más tarde introdujo un matiz: "A día de hoy no ha variado nada. No hay tema. Paso a paso y a pensar en el Athletic", comentó el técnico a inicios de marzo, mientras iba modulando el tono incluyendo matices temporales antes de gestarse el gran cambio.

"A día de hoy no ha variado nada. No hay tema. Paso a paso"

Xavi

— 10 de marzo

Primero, diseñado en la intimidad del vestuario de la ciudad deportiva cuando el equipo iba reconstruyéndose ganando partidos y a punto como estaba de sortear la barrera de los cuartos de final de la Champions tras el 2-3 de la ida en el Parque de los Príncipes con el PSG. Fue ese momentos, en los días en que ganó al Atlético en el Metropolitano (0-3), en que se sentía con más fuerza para defender su figura para pilotar el proyecto.

Laporta i Xavi se saluden en l’entrenament previ al partit de tornada de la Champions contra el PSG.

Laporta i Xavi se saluden en l’entrenament previ al partit de tornada de la Champions contra el PSG. / Marcos López

Por eso, el técnico trasladó al club que lo dicho en enero no tenía por qué repetirse en abril. Aunque en público mantenía la misma postura. Y no hace tanto. "Con mi decisión estaba convencido de que estaríamos aquí, si no habría sido un desastrea. Ha habido mucha más tranquilidad en el entorno. Todos estamos tranquilos sabiendo que tengo fecha de caducidad. ¡Yo, también! Y la decisión no va a cambiar”, argumentó el pasado 12 de abril.

"Todos estamos tranquilos sabiendo que tengo fecha de caducidad. ¡Yo, también! Y la decisión no va a cambiar"

Xavi

— 12 de abril

Era su último mensaje antes de que se supiera el cambio porque luego el técnico se refugió en una frase para esquivar un asunto estructural en el futuro. "Lo importante no soy yo, lo importante es el club", solía decir justo antes de que llegaran los cinco días (PSG y Madrid) en que el Barça lo perdió todo. Pero no modificó en nada el original e inesperado plan de Xavi, quien colocaba nueva fecha de caducidad a su futuro: verano 2025. Aunque ya no está en sus manos. Ni mucho menos. Depende más que nunca de Laporta.