TENIS | MUTUA MADRID OPEN

Lo que esconde el vendaje en el antebrazo de Alcaraz: "No juego con el freno de mano, sino diferente"

El murciano, que se enfrenta este martes a Struff en la revancha de la final del año pasado, reconoce que los pensamientos sobre la lesión "siguen ahí y tardarán en irse", obligándole a acondicionar su estilo de juego por el temor a una recaída

Carlos Alcaraz, en el Mutua Madrid Open.

Carlos Alcaraz, en el Mutua Madrid Open. / EP

Daniel Gómez Alonso

Aunque a veces lo pueda parecer, no todo es diversión y sonrisas en los mundos de Carlos Alcaraz. Estos días, Madrid está conociendo a otro Carlitos en la pista de tenis. Uno más contenido, contra natura frente a lo que siempre ha mostrado y le ha convertido ya un jugador de culto a sus 20 años. Uno, en palabras del propio tenista español, "diferente, distinto".

El por qué, la clave de todo, está en su brazo derecho, cubierto estos días por un aparatoso vendaje compresivo que protegue su musculatura. Su golpe de derecha (drive), la llave que le permite dominar a su antojo a casi cualquier rival y abre la puerta a la creatividad que le caracteriza, no está al cien por cien por las molestias que arrastra en el antebrazo desde que acabó la gira estadounidense de marzo. Y eso le obliga a acondicionar su juego hacia otro tipo de tenis más sobrio y ordenado pero menos virtuoso.

"Estamos acostumbrados a verme pegar la derecha al 200 por ciento, y muchas veces Juan Carlos (Ferrero) me dice que no hace falta tanto, incluso estando bien, que hay que relajar y sacar la mano adelante. Y eso es lo que hago ahora", explicó tras ganar a Seyboth Wild en segunda ronda del torneo. “A lo mejor no estoy al cien por cien con mi derecha habitual, pero estoy cerca pegando de otra manera, más hacia delante y golpeando rejalado. Estoy contento por el modo en el que estoy jugando; corre la bola, que es lo que venimos trabajando desde hace mucho tiempo”, se explayaba el tenista de El Palmar, que en Madrid busca conseguir lo nunca visto: conquistar el torneo tres veces seguidas.

De hacerlo, eso sí, no será como las dos anteriores. Es momento de usar otras armas, de mostrar una evolución como tenista imprescindible para ser un fijo en la cima del tenis. Esa que le permita ganar también cuando no está en plenitud física. Y Alcaraz está transitando ese camino, de momento con éxito.

“No voy a decir que esté jugando a bajo porcentaje o con el freno de mano, sino de una manera diferente”, recalcaba antes de admitir que sigue sin fiarse "del todo" del antebrazo: “No da problemas y seguimos mejorando, pero esos pensamientos de cómo va a ir siguen, y creo que van a tardar en irse".

"Aún está en mi mente"

Roland Garros asoma en el horizonte en menos de un mes y la situación que atraviesa tensa al murciano, que todavía no se olvida. "Sigo pensando en ello. Aún está en mi mente”, reconoció el de El Palmar, obligado a jugar estos días con un punto más de precaución. "Cuando pego una derecha más agresiva de lo que estoy haciéndolo, me viene el pensamiento de cómo va a reaccionar el antebrazo. Contra Seyboth Wild era una prueba de fuego porque no sabía cómo iba a reaccionar, y al final ha ido superbién”.

Por ello, Alcaraz está lidiando con una lección que es necesaria ahora por su situación física pero que, en perspectiva, le vendrá bien también de cara a futuro. La de apreder a dosificarse, a regular sus esfuerzos, a controlar su instinto en determinados momentos para ser más sobrio, menos espectacular, pero igual de ganador.

Un revés muy entrenado

Con la derecha limitada, Alcaraz ha edificado sus victorias en los dos partidos que ha jugado en lo que va de Mutua Madrid Open sobre un revés que está funcionando a pleno rendimiento. "Llevaba un mes entrenando solo de revés, por eso he hecho un partido de revés espectacular", dijo tras su estreno en el torneo, poniendo en valor un nuevo arma en su repertorio a la que volvió a dar lustre en la segunda ronda.

Sobre él ha construido sus dos victoria en Madrid, que a pesar del punto extra de conservadurismo sigue dando retales de su esencia. Ante Seyboth Wild alcanzó los 20 golpes ganadores, 11 más que su rival, y estuvo cerca del plena en las subidas a la red: 8 de 10. A ello sumó un alto porcentaje de solidez en la línea de fondo: 32 de 57. Una efectividad que deberá mantener ante el alemán Jean Lennard Struff si quiere seguir avanzando en el torneo. En la que será la reedición de la final del año pasado, Alcaraz encontrará la primera piedra de nivel en el camino hacia su tercera corona en Madrid.

"Es un poco incómodo. Hace saque y volea, y tiene buenos tiros de fondo. Sé que no va a ser fácil, pero a la vez sé que a este nivel puedo hacer grandes cosas, aunque ahora no sea lo prioritario en mi cabeza. A este nivel voy a darme oportunidades de ganar el partido, de tener opciones", analizó el murciano sobre un rival al que rindió el año pasado en la final tras un durísimo encuentro en el que cedió un set y estuvo contra las cuerdas.