John Le Carre: doble testamento, del espía e hijo-editor QEPD

Celebramos en Infraganti sus primeros 5 años con el legado del mejor escritor sobre espías. Estaremos, ininterrumpidamente, cada sábado. Como cuando empezamos, en diciembre de 2018

John Le Carre: doble testamento, del espía e hijo-editor QEPD

John Le Carre: doble testamento, del espía e hijo-editor QEPD / Juan-Carlos Arias

Juan-Carlos Arias

Las novelas sobre el espionaje son thrillers políticos donde pivota un personaje focal. Los autores lo aderezan con ideales (patriotismo, delación, traición, doble agente) talento, reflejos, ingenio y una capacidad de improvisación o de esfumarse que traspasa estándares y lógicas.

Tal literatura comenzó a popularizarse a principios del siglo XX, cuando se implantaron los servicios de inteligencia entre las principales potencias bélicas e imperios. Sus textos son didácticos sobre historia, geopolítica y la condición humana. Se añade a ese espía toques de gourmet, bon vivant, elegancia con éxito para seducir parejas ocasionales. In embargo, los contra agentes se dibujan cutres, torpes, misógenos y alcohólicos. Son los ‘malos’, omejores que los pseudo o contradetectives.

Los escritores británicos sobre la materia son legión y tiene marketing. Usaron, algunos, sus experiencias del espionaje activo para novelar casos y tramas cargados de credibilidad. Ian Fleming (creador del 007), Graham Greene, S. Maughan o K. Philby son buenos ejemplos. John Le Carré es el sobrenombre literario de David John Moore Cornwell (1931-2020). Palpitó en la cúpula de escritores con éxito independientes e insobornables.

La obra literaria de Le Carré-Cornwell trasciende lo convencional. Con su agente G. Smiley firmó Llamada para el muerto-61, Asesinato de calidad- 62, Espía que surgió del frío-63, Espejo de los espías-65, El topo-74, Honorable colegial-77, Gente-79, Peregrino secreto-90, y Legado de espías-17, dos autobiografías (Amante ingenuo-71 y Espía perfecto-86), libros independientes, relatos, de no ficción (¿Traidor del siglo?-91, EEUU se volvió loco-03, Sobre Kim Philby-14 y Volar en círculos-16), guiones de cine (End of the Line-70, Asesinato de calidad-91 y El sastre de Panamá-01), sin perjuicio que sus obras registraron adaptaciones al teatro, al cine y televisión con gran éxito der audiencia.

Tras fallecer de neumonía se publicó su obra póstuma (Proyecto Silverview-22). La trayectoria de Le Carré exprime siete décadas en las que narra el tiempo que lo tocó vivir (IIGM, Telón de Acero, Guerra Fría, Terrorismo yihadista, Brexit). Supo flotar cuando las novelas de espías decayeron tras derribarse el Muro de Berlín en 1989.

Su praxis de espía al servicio del MI5 y MI6 de Su Graciosa Majestad forjó una personalidad poco conformista. Aplicó criterio personal para no aceptar –merecido- premio alguno por su obra. Hasta para lograr la nacionalidad irlandesa. Se alejó del dogma british. Nunca lo entendió. Justificó a su colega Philby tras huir a su paraíso soviético. Ya languidecía el imperio británico. Mr. Cornwell convivió con el aplauso al bestseller de calidad y el rechazo de ortodoxos que hoy lamentan el Brexit.

El hijo editor

Tim (1962-2022), tercer vástago de David Cornwell con su primera esposa (Ann Sharp), fue periodista para varios medios en Inglaterra y los EEUU. Acabó su vida en Escocia reportando arte como freelancer. Heredaría, sospechamos, el talento de su padre qepd. Dedicó miles de horas a compilar cartas que encantaba enviar y recibir el escritor. En el empeño añadió fotos, dibujos, caricaturas y un memorialismo de escribano que colmata la obra con excelencia.

La intensa y longeva vida literaria de Le Carré entraña tarea titánica para ordenar el archivo de un escritor que fue mujeriego, ávido del saber y que no descartó relacionarse con toda clase de personas: políticos, lectores, periodistas, espías... El retrato privado que logra su fallecido hijo Tim se comparte en la recomendable obra de casi 800 páginas titulada Un Espía privado (Planeta, 2023).

Tim merece de la totalidad de sus hermanos (Simon, Stephen y Nick) un aplauso póstumo respetuoso porque heredan del padre el saber estar a la altura de las circunstancias vitales. Los Cornwell vivos concluyen en el prefacio del volumen que Tim ‘ensambló el relato partiendo del caos, y es responsable de todo lo que hay de excelente en esta recopilación. Estamos muy orgullosos de él.’ (página 31) La embolia que mató a Tim no regatea un homenaje, un último adiós, que se comparte al lector sobre Le Carré.

Una vida sobre huellas

En Un Espía privado vemos claramente la mejor radiografía de Le Carré sin que dicho autor la solicitara. Mr Cornwell Jr. sólo comparte apellido con el autor de la antología. Los avatares de la segunda mitad del siglo XX y los inicios del XXI están reflejados en esta monumental obra. Es pura literatura a pequeñas dosis. Y no se siguen los cánones del genuino relato vívido, ni de la novela-enigma (planteamiento, nudo y desenlace). La verdad más íntima se vuelca en cartas cuya redacción apasionaba al escritor.

Le Carré escribió sobre lo que tocó vivir al autor que lo concibió. Esta parte de la crónica no la elije quien la elabora. Como tampoco optamos, con libertad, sobre vecinos, hijos, padres, familia política, jefes, colegas o subordinados. Sólo elegimos pareja y amistades. Y fíjense como estamos con el divorcio y esos/as ex amigos/as que no queremos ver ni en pintura.

Obviamente, los días del espionaje que impregnaron a un agente de perfil medio-bajo (David Cornwell) forjaron a Le Carré. Como hábil agente se reinventa cuando flaquean las historias. El escritor nato de Cornwell se actualiza y documenta sobre lo que escribe. No imagina sin tasa sobre esos espías que parecen de pacotilla y escasa de otros autores más mediocres.

En las epístolas del libro que comentamos se posa un alma rebelde de insumiso al ‘pensamiento único’. Más el disenso que aplicaríamos para salir del rebaño con dignidad. Hoy el personal de toda edad pasa miles de horas ante pantallas con datos está manipulados por mentes o inteligencias artificiales debemos leer más a Le Carré. Para no ser parte del conformismo.

Días antes de fenecer y furioso por el Brexit, Le Carre-Cornwell Sr se hizo irlandés. Y se envolvió en la tricolor que abanderaba Eamon de Valera. Ser irish en la tierra british es más que rebeldía. El Balance de la última obra escrita por los Cornwell que no podrán seguir escribiendo es ampliamente positivo. En tiempos donde se compra mucho de lo prescindible, y lo que no ayuda o contraría al bienestar, no hay menor opción que leer lo que escribió, fotografió y dibujó un escritor irrepetible e inolvidable.