Opinión | Tribuna

Juan Franco

Por primera vez nuestra voz está llegando

Señales de trafico que indican la llegada a la pista del Aeropuerto Internacional de Gibraltar

Señales de trafico que indican la llegada a la pista del Aeropuerto Internacional de Gibraltar / Nono Rico - Europa Press

Que La Línea de la Concepción, como hemos venido insistiendo históricamente desde esta ciudad, es una cuestión de Estado lo refrendan acontecimientos como los que estamos viviendo actualmente – y desde hace varios años ya – en relación al futuro de Gibraltar tras el Brexit. El contencioso del Peñón, que viene de largo y seguramente se extenderá durante las próximas generaciones, sigue generando importantes consecuencias a este lado de la Verja. Una Verja que, si nos atenemos a la información que nos trasladan quienes tratan de cerrar definitivamente el Tratado sobre Gibraltar, está viviendo sus últimos días

Precisamente esa cuestión y sus efectos, el uso conjunto del aeropuerto, el amplio número de trabajadores transfronterizos que son de La Línea o viven en nuestra ciudad (o incluso ambas cosas), el futuro de sus pensiones, los asuntos medioambientales que sufrimos ante el importante tráfico de vehículos que genera un punto turístico de la envergadura el Peñón o el impacto que en la economía de nuestra ciudad tiene toda la actividad que genera Gibraltar son algunos de los asuntos que hemos puesto en el foco de nuestra reivindicaciones desde que el Brexit fue una realidad y desde que Reino Unido y la Unión Europea comenzaron a dirimir en qué situación quedaría Gibraltar tras este giro absolutamente inesperado en materia de política internacional. 

Tras el encuentro con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, celebrado este pasado lunes en la capital de España, comenté a los medios de comunicación que me sentía “moderadamente optimista”. La principal razón de mis declaraciones es que todas esas cuestiones, fundamentales para nuestra ciudad, están sobre la mesa del jefe de nuestra Diplomacia. Y lo están por primera vez en años. Y es que desde aquel día de junio de 2016 en el que los británicos votaron que sí al Brexit, hemos tenido no sé cuántos ministros y decenas de reuniones, la mayoría vacías y sin ningún tipo de contenido específico para nuestra ciudad. Ahora, sin lanzar las campanas al vuelo, parece que sí comenzamos a contar. Que nuestra voz está llegando. 

La Línea reclama un status propio. Se dice pronto, pero nuestra ciudad mantiene a día de hoy la única frontera terrestre con un territorio que pertenece a un país que ya no forma parte del bloque comunitario. Los temores y las amenazas a las que muchas veces nos referimos ya tienen un precedente: el cierre de esa Verja en el año 1969, que arrasó con un municipio que, hasta entonces, era de los más próspero de todo el territorio nacional. 

Los temores y las amenazas a las que muchas veces nos referimos ya tienen un precedente: el cierre de esa Verja en el año 1969

Aquella decisión de Estado – como decía al principio – se cobró los puestos de trabajo de miles de personas que tuvieron que marcharse de nuestra ciudad, rompió familias y sobre todo dejó sin identidad y desolado a un municipio que, medio siglo después de aquello, todavía no ha podido recuperarse del todo.  

Por eso, en nuestras conversaciones al más alto nivel político, hemos insistido en que la situación de La Línea no se le parece en nada a cualquier otro municipio. Ni siquiera a la de nuestros siete municipios hermanos del Campo de Gibraltar. La Línea no puede ser obviada de nuevo. Y solo hemos reclamado lo que nos pertenece: somos una localidad muy singular y como tal, queremos que se nos trate. 

Es nuestro deber y obligación construir, como dirigentes locales, el futuro de una ciudad que tiene un sentimiento muy arraigado. Desde mi posición como alcalde, y al hilo de mi trabajo a lo largo de estos nueve años en el cargo, hemos tratado de hacer creer a nuestros ciudadanos que La Línea sí tiene futuro. Sí tiene solución. Estamos inmersos en numerosos proyectos ilusionantes, estamos trabajando en sanear la maltrecha economía de nuestro Ayuntamiento, estamos tratando de mejorar y relanzar la imagen de nuestro municipio mucho más allá de nuestros límites geográficos. Y lo estamos consiguiendo. 

Desde mi posición como alcalde hemos tratado de hacer creer a nuestros ciudadanos que La Línea sí tiene futuro

Por eso, contar con un aeropuerto como parece que establece el futuro acuerdo sobre Gibraltar, o sencillamente poder mirar de tú a tú a posibles inversores llegados desde dicho territorio nos hacen ver este asunto que ahora nos ocupa como una oportunidad. Como una gran oportunidad. 

Abogamos por un acuerdo que mantenga el bienestar de nuestra comunidad vecina, Gibraltar, con la que queremos seguir conviviendo en paz, pero no aceptaremos que nada de lo que se pueda firmar pueda menoscabar el futuro de un municipio único en el mundo y por el que estamos dispuestos a dejarnos la vida.  

Espero contar con el apoyo de todas las administraciones en nuestras reivindicaciones y que el ansiado Acuerdo Sobre Gibraltar sea también el documento que haga relanzar definitivamente a La Línea de la Concepción.

Juan Franco es alcalde de La Línea de la Concepción (Cádiz) por la formación política La Línea 100x100