Los Alumbrados: La secta misteriosa que escondía Sevilla

En la tranquila ciudad de Sevilla, una sombra se extiende sobre la comunidad. Se habla en susurros sobre una secta misteriosa conocida como los Alumbrados. Con prácticas enigmáticas y seguidores devotos, esta secta ha captado la atención de los lugareños, despertando tanto fascinación como temor. En este artículo, exploraremos quiénes son los Alumbrados, su historia, creencias y el impacto que han dejado en la sociedad sevillana.

Secta Alumbrados / ECA

Secta Alumbrados / ECA / José Manuel García Bautista

José Manuel García Bautista

Los Alumbrados, también conocidos como iluminados, emergieron en los siglos XVI y XVII, durante un periodo de intensa religiosidad en España. Sevilla, como epicentro de la fe católica, se convirtió en el escenario perfecto para el surgimiento de esta secta. Se cree que los Alumbrados fueron influenciados por las ideas de místicos y teólogos como San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Ávila.

Los alumbrados fueron perseguidos al ser considerados heréticos y relacionados con el protestantismo. Su origen se encuentra en Castilla alrededor de 1511, si bien adquirió carta de naturaleza a partir del Edicto de Toledo de 1525, promulgado por el inquisidor general, el erasmista Alonso Manrique.

Los alumbrados tenían relación ideológica con el iluminismo, nacido en Europa en los siglos XVI y XVII, no debiéndose confundir con los Illuminati.

Los Iluminados “preconizan un abandono sin control a la inspiración divina y una interpretación libre de los textos evangélicos. Afirmaban que actuaban movidos únicamente por el amor de Dios y que de él procede su inspiración; carecen de voluntad propia: es Dios el que dicta su conducta; de ello se sigue que no pueden pecar. Los alumbrados rechazan la autoridad de la Iglesia, su jerarquía y sus dogmas, así como las formas de piedad tradicional que consideran ataduras: prácticas religiosas (devociones, obras de misericordia y de caridad), sacramentos...” en palabras de Joseph Pérez.

“Los franciscanos abogaban por un método místico llamado «recogimiento» –la unión del alma con Dios- y los que lo practicaban, «recogidos». Su versión más radical, que fue condenada por los propios franciscanos, resaltaba la unión pasiva del alma con Dios, método que era conocido con el nombre de «dejamiento» y a sus seguidores, como «dejados» o «alumbrados». Algunos nobles protegieron a estos grupos que buscaban una religión interior más auténtica. Destacaron el que estuvo bajo el mecenazgo del duque del Infantado en su palacio de Guadalajara y el de Escalona, protegido por el marqués de Villena”.​

Pedro Ruiz de Alcaraz, Isabel de la Cruz y Gaspar Bedoya eran del núcleo Escalona de 1511 con la proclamación del “amor de Dios” no como idea mística, en su lugar lo entendían como una certeza absoluta de que Dios guía a la mente humana para poder leer la Escrituras con entera libertad.

Al grupo de Escalona se le acusó de herejías medievales, como los husitas, y se manifiestan sus doctrinas: “se resucitan eregias porque aquel ynterior dexamiento aquella suspensión occiosa de pensamiento aquel no hazer mas de dexarse a que Dios obre y no ellos error fue de Ioannes hus y de Ioannes flirseso por Leuterio seguido que niegan el libre alvedrio para obrar puniendo la perfeezion en padezer y aquella perfeczion falsa que dogmatizan... de los bigardos y biguinos emano pues propone con ellos que los perfectos no son obligados a ayunar, a orar, ni a humana obediencia subjetos, ni a preceptos de yglesia obligados porque ubi pus dñi ibi libertas (ubi opus domini ibi libertas) y a la adoración y herimiento de pechos que niegan claro es se de los mismos y si el zelo del santo officio no lo ataja es cierto llegara a yntroducir la abominable caridad que almerico y fray alonso de meya dogmatizaron. Lo tercero es sy bien es el cevo del anzuelo en los hereticos mayor cevo es el mayor bien todos los ereges antepasados pretendían la evangelica verdad o bondad y esto el que mas lo pretendía el Leuterio perfido que pretende evangelica libertad...”

La principal creencia de los Alumbrados es que la iluminación divina podía ser alcanzada en esta vida a través de una relación íntima con Dios. Se consideraban a sí mismos como «alumbrados» o «iluminados» debido a la conexión directa que creían tener con lo divino. Su enfoque principal era la búsqueda de la unión mística con Dios y la purificación del alma.

Los Alumbrados llevaban a cabo prácticas espirituales que incluían la meditación, la oración contemplativa y el abandono total de los deseos terrenales. Se decía que buscaban experimentar la presencia de Dios en cada aspecto de sus vidas, convirtiéndose en canales de su divinidad en el mundo.

A pesar de su devoción religiosa, los Alumbrados se enfrentaron a la persecución y controversia a lo largo de su historia. Sus creencias y prácticas, consideradas heréticas por la Iglesia Católica, los llevó a ser vistos como una amenaza para el orden establecido. En el siglo XVI, la Inquisición española persiguió y condenó a muchos de los seguidores de esta secta, considerándolos herejes y brujos.

Aunque los Alumbrados en Sevilla era una secta relativamente pequeña, su influencia en la sociedad sevillana no debe subestimarse. Su enfoque en la espiritualidad y la búsqueda de una conexión más profunda con lo divino ha generado un interés creciente en la espiritualidad y la búsqueda de un propósito más allá de las prácticas religiosas convencionales. Esto captó la atención de populares imagineros de la época que se debatían, en muchas ocasiones, entre la fe y la herejía.

Sus obras reflejan una profunda espiritualidad y una búsqueda de la belleza divina. Incluso en la actualidad, los artistas sevillanos se inspiran en la estética de aquellas obras de los artistas Alumbrados.

La secta de los Alumbrados sigue siendo un enigma en Sevilla en muchos sentidos dada que la información es muy limitada. La persecución los sumió en el olvido pues en su fe e inspiración se veía una fuente de amenaza.