Medio Ambiente
Así es Veta la Palma, la joya natural adquirida por la Junta en el corazón de la Doñana sevillana
El presidente del Gobierno andaluz, Juan Manuel Moreno, visita este miércoles este valioso humedal, comprado a finales de año por la administración andaluza para ampliar Doñana
Flamencos en el humedal de más de 3.000 hectáreas de la finca Veta la Palma, dedicada hasta la compra por parte de la Junta a acuicultura. / Juan Ferreras
La sequía, la situación límite del Acuífero 27 (el que nutre a Doñana), el robo de agua, la pérdida de biodiversidad, así como las nuevas concesiones mineras han puesto en el foco en los últimos años al Espacio Natural de Doñana.
En plena tormenta por la exclusión del espacio protegido de la prestigiosa Lista Verde de la Unión Internacional para la Naturaleza (UICN), y expectantes de un posible pronunciamiento de la UNESCO sobre su condición de Patrimonio en Peligro, la Junta de Andalucía movió ficha con la compra de la finca Veta la Palma, ubicada en el término municipal de La Puebla del Río (Sevilla) en el interior del parque natural.
Visita de Juanma Moreno
Este miércoles, tras las abundantes lluvias del mes de marzo, el presidente Juanma Moreno, anuncia su visita a este espacio. Zona Ramsar por ser un humedal de relevancia internacional, Estos terrenos forman parte de la Red Natura 2000 (Zona de Especial Conservación) y Zona de Especial Protección para las Aves. Veta la Palma es un humedal de alto valor ecológico, la lámina de agua artificial más grande de Europa.
El Ejecutivo andaluz tildó la operación como clave para la conservación y la supervivencia de Doñana, en un contexto de crisis climática y un escenario de sequía estructural. De hecho, se habló en términos del "mayor hito ambiental en Doñana desde 1978".
Veta la Palma es un humedal de alto valor ecológico, la lámina de agua artificial más grande de Europa
Cronología de una compra, "salvavidas" para Doñana
Esta finca ocupa una posición estratégica, no solo por su proximidad con las marismas naturales del Parque Nacional, sino también con su conexión con el río Guadalquivir, a través del Brazo de la Torre.
El Consejo de Gobierno autorizó la compra de 7.600 hectáreas de esta finca, las de alto valor ecológico del total de sus 11.300 hectáreas, el pasado 19 de diciembre, por un valor de 7,6 millones de euros, un 60% proviene de fondos europeos. La adquisición se publicó en el BOJA el 25 de enero.
El argumento fundamental de la Junta de Andalucía es garantizar la conservación de este humedal artificial, con usos acuícolas, agrícolas y ganaderos, que puede llegar a albergar hasta 300.000 aves en épocas de invernada.
El objetivo del Gobierno andaluz es ampliar un 14% el terreno de Doñana y "blindar los valores ecológicos del Parque Nacional".
A los pocos días del anuncio por parte del presidente de la Junta, Juanma Moreno, el Gobierno de España dio el visto bueno a la transacción y también al modelo de pago propuesto por el Ejecutivo autonómico.
El objetivo del Gobierno andaluz es ampliar un 14% el terreno de Doñana y "blindar los valores ecológicos del Parque Nacional"
Unos días antes, el consejero de Sostenibilidad y portavoz de la Junta de Andalucía, Ramón Fernández-Pacheco, aseguró que el "único uso" que tendrá la finca Veta la Palma será "el ecológico".
"Nuestra intención es potenciar la biodiversidad que allí se tiene y, sobre todo, analizar la potencialidad que tiene la finca, la cual está por determinar, pero los expertos nos dicen que es apasionante, puesto que nunca antes se había trabajado con una finca que contara con ese sistema, que permite un manejo tan exhaustivo de los flujos de agua", manifestó el portavoz.
De piscifactoría a ser la pieza fundamental para combatir el cambio climático en Doñana
El titular de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía explicó en una visita a Doñana en el mes de enero, precisamente, que "la envidiable lámina de agua" con la que cuenta la finca es el hogar de una riquísima biodiversidad, y será clave para la conservación de Doñana frente a los retos del cambio climático.
En los 90, Hisparroz, empresa propietaria hasta enero de estos terrenos ahora públicos, impulsó la actividad acuícola en la finca, con 3.200 hectáreas inundadas con agua que albergan una nutrida población de peces y crustáceos, la base de sus cultivos.
Debido a la pérdida de rentabilidad, el grupo empezó un proceso de reestructuración, que supuso la reducción de personal. Antes de la compra por parte de la Junta de Andalucía trabajan allí una veintena de empleados.
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