Sequía

Las últimas lluvias en Doñana continúan siendo insuficientes para la recuperación de la marisma

Los investigadores de la EBD subrayan que es necesario que llueva mucho más, ya que aún "hay zonas de la marisma que no se han inundado", y el total del agua que ha caído continúa siendo muy inferior a la media histórica

El cauce del río Guadiamar a su paso por la localidad sevillana de Gerena camino de Doñana, donde es el principal surtidor de agua desde Sevilla al parque nacional.

El cauce del río Guadiamar a su paso por la localidad sevillana de Gerena camino de Doñana, donde es el principal surtidor de agua desde Sevilla al parque nacional. / Fermín Cabanillas / EFE

Ana Carretero

Ana Carretero

La Estación Biológica de Doñana (EBD) ha dado a conocer este martes el agua recogida por las abundantes lluvias de finales de marzo en el espacio protegido, uno de los meses más lluviosos de este siglo, según la Aemet.

Los datos del agua recogida procedente de las precipitaciones son los siguientes: La estación meteorológica ubicada en el Palacio de Doñana, en pleno Parque Nacional, ha registrado 145,3 l/m² de agua de lluvia en los últimos días de marzo. La información recabada indica que, a estas alturas del ciclo hidrológico (de septiembre a agosto), se han recogido un total de 404,4 l/m², cifra muy inferior a la media histórica, que se sitúa en 500 l/m².

A la vista de esta situación, los investigadores de este centro dependiente del CSIC mantienen una situación de expectativa y cautela. Desde la EBD se ha realizado una valoración "muy positiva" de las precipitaciones caídas durante los días de Semana Santa, aunque advierten que es necesario que llueva mucho más para la recuperación hídrica de Doñana, un humedal que sufre una grave sobreexplotación del acuífero, agravado por la sequía persistente en los últimos años.

Las lluvias "no solucionan el problema de la sobreexplotación"

El director de la EBD, Eloy Revilla, ha recalcado que "es muy difícil hacer una predicción de cuál va a ser el estado del humedal dentro de unos meses, habrá que esperar a verlo. A la que sí que está entrando agua de manera importante es a la marisma, que sí que depende de la escorrentía y es mucho más directo el efecto".

A estas alturas del ciclo hidrológico, se han recogido un total de 404,4 l/m2 de agua de lluvia, cifra muy inferior a la media histórica

Según Javier Bustamante, investigador de la Estación Biológica de Doñana, "coyunturalmente, las lluvias han aliviado en parte los problemas de sequía más inmediatos, pero no solucionan el problema invisible de la sobreexplotación de las aguas subterráneas. Habrá que esperar al devenir de las precipitaciones y las temperaturas en los próximos meses para valorar su efecto en conjunto".

Los investigadores de este centro afirmaron a principios de abril que era pronto para valorar los efectos de la borrasca Nelson en Doñana porque "hay que esperar a que llegue toda el agua a la marisma". Diez días después, mantienen que "se necesitaría que lloviera más durante la primavera para superar la media histórica". Habrá que esperar hasta agosto para conocer cómo se cierra el actual ciclo hidrológico.

Desde Ecologistas en Acción, por su parte, sostienen que estas lluvias "deberían haber supuesto la inundación masiva" de la marisma del Parque Nacional, pero "la realidad es que el encharcamiento es muy superficial debido a que ni el Guadiamar entra con suficiencia, ni La Rocina aporta lo que debería".

Otro ciclo hidrológico atípico en Doñana

Estas últimas precipitaciones han permitido que las lagunas más grandes como Santa Olalla, El Sopetón o la Dulce se inunden casi totalmente y Doñana recupere una imagen similar a la que tenía en estas fechas hace algunos años.

Eso sí, la inundación de esta primavera llega a tiempo para permitir un crecimiento de la vegetación, favoreciendo la cría de aves acuáticas, principalmente especies como las fochas, calamones, somormujos, zampullines, cigüeñas y ardéidos.

Los sensores automáticos de la ICTS-Doñana (Infraestructuras Científicas y Técnicas Singulares) detectan una inundación de 38 cm, en Honduras del Burro, de alrededor de 32 cm, en Resolimán, y de algo menos de 5 cm, en Cancela Millán. Sin embargo, desde la EBD alertan de que aún hay zonas de la marisma que no se han inundado.

Normalmente, las lluvias en Doñana se concentran en otoño e invierno, pero este año han llegado más tarde. Este marzo ha sido el segundo más lluvioso desde que se tienen registro, sin embargo, durante este ciclo hidrológico, las precipitaciones durante los meses anteriores han sido bastante escasas y han provocado, por ejemplo, que se registren cifras muy bajas en los censos de aves acuáticas durante la invernada.

Tal como revela el último informe el Estado de la biodiversidad de Doñana, el espacio natural lleva más de diez años con cifras de precipitación por debajo de la media, lo cual evidencia un problema de sequía casi estructural.

Durante estos últimos tres años, las lluvias han sido especialmente escasas, lo cual ha dejado datos muy preocupantes sobre el estado de la vegetación y la biodiversidad de la joya natural.

Una inundación más lenta por la sobreexplotación de las aguas subterráneas

Ecologistas en Acción presentó la pasada un potente informe sobre las amenazas de la agricultura intensa en el Espacio Natural de Doñana, El verdadero precio de los alimentos. La cara oculta de la agroindustria en la Península Ibérica.

En relación con esto, desde Ecologistas sostienen que "toda la zona de recarga del acuífero de Doñana, centrada en la zona fresera, norte de El Rocío y sur de Villamanrique, está sobreexplotada por el regadío legal e ilegal, dando como consecuencia descensos del nivel freático de cerca de 40 metros en algunas zonas, por lo que todo lo que llueve en esas zonas se infiltra y no corre, de forma que al día siguiente de dejar de llover no hay zonas encharcadas", han apuntado.

Esta organización social sigue defendiendo que es "prioritaria" la renaturalización de Doñana y de sus sistemas hídricos. Según su portavoz, Juan Romero, "el Guadiamar tiene que entrar nuevamente en el corazón de la marisma como siempre lo hizo". "Hay que recuperar los brazos de Guadalquivir, principalmente el brazo de la Torre, y algo que no contemplan las administraciones: todas las llanuras de inundación del Guadalquivir", profundiza. "Si queremos a una Doñana con futuro tenemos que acometer con carácter de urgencia este tipo de actuaciones", ha concluido.