HUELGA DEL METAL

Piden tres años de cárcel para los trabajadores que se enfrentaron a la 'tanqueta' en Cádiz

Ocho trabajadores se sientan en el banquillo acusados de desórdenes públicos y atentado a la autoridad por la huelga de noviembre de 2021 que ocasionó graves incidentes

El portavoz de la Coordinadora del Metal (CTM), Jesús Galván

El Correo

I.M.

Barricadas con fuego, lanzamiento de piedras, contenedores ardiendo, cargas con botes de humo, pelotas de goma de los antidisturbios y hasta una tanqueta del Ejército cedida a la Unidad de Intervención Policial (UIP) y desplegada por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, durante las protestas. Aquella huelga de noviembre de 2021 de los trabajadores del metal en Cádiz, que se extendió durante nueve días hasta cerrarse un acuerdo, vuelve a estar en la primera línea informativa.

Este martes se sientan en el banquillo ocho de aquellos trabajadores del metal acusado de desórdenes públicos y atentado a la autoridad. La Fiscalía pide para cada uno de ellos tres años de cárcel. Estos trabajadores fueron detenidos por la Policía por causar altercados durante aquellos días de protestas.

Los disturbios se extendieron por varios puntos de Cádiz pero fue en la barriada de San Pedro donde se vivieron los episodios más violentos. Un campo de batalla entre los manifestantes y la Policía, que fueron atacados con botellas, bengalas y piedras. Una veintena de agentes de la Policía Nacional resultaron heridos.

"Esto anima el conflicto"

En rueda de prensa, los compañeros de los trabajadores del metal han salido este lunes en defensa de los encausados. Jesús Galván, de la Coordinadora de Trabajadores del Metal (CTM), uno de los sindicalistas que capitaneó aquella huelga, ha mostrado solidaridad con los detenidos. “Son ocho imputados pero nos deberían imputar a todos, porque todos salimos en defensa de unos derechos que cada vez están más pisoteados”, avisó Galván.

El portavoz del sindicato CTM, el más duro de los que convocaron aquellas protestas, pidió hacer memoria de los hechos ocurridos durante una huelga que, enfatizó, era legal, “como legales eran los piquetes”, sostuvo. Sobre los episodios más violentos, defendió que la Policía acudió creyendo que iban a cortar la carretera cosa que finalmente no se produjo, y “hubo unas cargas policiales desproporcionadas”. “Nos metieron hasta una tanqueta en un barrio obrero, en horario de guardería, colegios, con los vecinos comprando el pan y los mayores haciendo su vida diaria”, rememoró.

Aquel conflicto, que negociaba el convenio colectivo del metal, se cerró con un acuerdo pero aquella tregua terminó en enero del pasado año y ahora se vuelven a negociar las condiciones entre los trabajadores y la patronal. “Querían apagar el fuego”, sostuvo Galván, pero “no lo van a conseguir porque somos organizaciones dispuestas a seguir defendiendo nuestros derechos”. “Se está negociando el convenio y van a animar el conflicto”, declaró en unas declaraciones a los medios de comunicación. “Si los astilleros están en pie es por los compañeros que salieron a la calle para que esto no se cierre”, sostuvo.