Cultura

Jorge M. Pérez, el inmigrante que se hizo mecenas del arte contemporáneo: "Los latinos tenemos que tener un rol cada vez más importante"

El CAAC busca desmontar tópicos en el arte latinoamericano actual con 'Territorios'

Este hijo de padres cubanos que llegó a EEUU "sin un centavo" es hoy una de las hombres más ricos y da nombre al museo de Miami tras una histórica donación

El empresario, coleccionista y mecenas estadounidense Jorge Pérez

El empresario, coleccionista y mecenas estadounidense Jorge Pérez / EFE / CAAC

Patricia Godino

Patricia Godino

Están los ricos, los muy ricos, los muy muy ricos y luego están todos aquellos que no hablan de dinero en público, sino de arte. 

En esta última categoría entraría Jorge M. Pérez, nacido en Argentina en 1949 de padres cubanos y hoy una de las grandes fortunas de Estados Unidos tras haber protagonizado, a sus 75 años, una biografía que da para biopic. Hay épica, la construcción de un imperio como magnate inmobiliario (su principal empresa es el gigante The Related Group) y hay espacio, desde muy joven, para el arte, la herramienta con la que quiere reivindicar el papel de Latinoamérica y sus creadores en los libros de Historia. 

Es este mensaje el que recorre la exposición Territorios, en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, una selección de un centenar de obras de las dos mil que conforman su colección y que ha sido comisariada por su directora, Jimena Blázquez, en la que es la primera gran muestra que lleva su sello desde su llegada al antiguo monasterio de La Cartuja en Sevilla. 

La muestra está comisariada por la nueva directora del CAAC, Jimena Blázquez Abascal.

La muestra está comisariada por la nueva directora del CAAC, Jimena Blázquez Abascal. / JUNTA DE ANDALUCIA

Como latinoamericano, que estas obras se expongan en el espacio que cobijaron a Cristóbal Colón durante la preparación de su viaje al Nuevo Mundo tiene un sentido mayúsculo. “Miami es una ciudad joven, no tenemos arquitectura colonial, y para mí la relación entre el arte contemporáneo latinoamericano de mi colección y esos espacios monumentales es esencial”. Pero no es sólo mostrar, sino, sobre todo, hacer pensar y abrir caminos: “Es muy importante que el arte latinoamericano aparezca más y más en los museos de España, que es la madre patria, por eso este proyecto es tan importante para mí. Quiero trabajar para que el arte latinoamericano venga acá y para que el arte español sea conocido en los Estados Unidos”.

En ese trabajo por acercar el arte latinoamericano a las grandes instituciones españolas, el empresario cita al Reina Sofía, museo al que asesoró, dice, para “comprar arte latinoamericano en Sudamérica”. “Los directores Manuel Borja-Villel, antes, y ahora Manuel Segade se han empapado del arte americano más nativo, de indígenas que no conoce nadie, ni siquiera sus propios países. La otra cuestión es cómo podemos hacer que el arte español contemporáneo sea conocido en los Estados Unidos. Pienso en nombres como Ignasi Aballí, por ejemplo, Rafael Canogar o Luis Gordillo. Me gustaría darlos a conocer al público americano”. 

De Frida Kahlo a la gran donación al Museo de Miami

Su vinculación primera con el arte vino a partir de la colección de sus padres, de origen cubano, su madre relacionada con la vida intelectual de la isla y su padre, de linaje industrial. El estallido de la Revolución castrista en 1959 removió los cimientos y motivó un periplo que los llevó primero a Colombia y luego, a Argentina. Un periplo que es también como se define una colección de arte, un viaje sin destino preciso.

Y si así es Jorge M. Pérez empezó el camino con la colección familiar, de la mano de los mexicanos Frida Kahlo, Diego Rivera y Orozco, el pintor argentino Pettoruti, o el chileno Matta… hasta llegar a una colección inmensa que ha legado al Museo de Miami, donación que la gran institución cultural de la ciudad más latina de Estados Unidos agradeció adoptando su nombre. Si en Nueva York está el Museo Guggenheim, en Miami está el suyo. 

Con estos gestos se construyen los nuevos tiempos para un mundo plagado de desigualdades que le preocupan, y mucho, a este inmigrante en el país donde el color de la piel condiciona la mirada. "Pero para mí EEUU ha sido muy generoso y por eso uno debe devolver lo que le han dejado ganar, no sólo en lo económico sino en lo social. Es muy importante que un museo llevara el nombre de un latino, pues hasta el Pérez Art Museum Miami esto no había ocurrido. Los latinos tenemos que tener un rol cada vez más importante en la sociedad".

“Quiero mucho a Estados Unidos por las oportunidades que me dieron, llegué sin un centavo y sin educación, y me dieron becas en todas las universidades, nunca me pusieron peros en mis negocios por ser latino… Aunque es cierto que existen prejuicios en EEUU, sobre todo si eres negro", opina este empresario que defiende ese lema con el que se construye las grandes biografías en Estados Unidos: "Como en ninguna otra parte del mundo, una persona que no tiene nada puede llegar allí a triunfar".

La diáspora africana en la raíz del arte latino

"El arte cambió mi vida, me siento una persona más humana y que comprende mejor a los demás gracias al arte y el intercambio de ideas con los artistas", defiende Jorge M. Pérez cuando se le pregunta por la presencia del arte en la conversación social en la que los asuntos raciales son una constante. 

"La diáspora africana ocupa una parte importante de nuestra colección y hemos hecho exposiciones sobre el arte de África y la influencia de la religión, los símbolos y cosmogonías ancestrales en el norte de Brasil, en el Caribe…", explica el coleccionista sobre sus nuevos focos de atención a la hora de adquirir obras o de emprender proyectos. África, como América Latina, son mundos expoliados.

"Viajo entre dos y tres veces al año a Sudáfrica y recientemente hemos sido premiados mi esposa Darlene y yo allí por tener la que se considera la mejor colección de arte africano contemporáneo. Hemos trabajado mucho para conocer las mejores galerías y comisarios de museos. Tenía similitudes con el latinoamericano, porque han sido colonias, países explotados por Europa, una historia aún más triste en África porque fueron sacados de allí para ser esclavizados, pero su influencia actual pervive en el arte afrobrasileiro y afrocubano".

Hitos en 'Territorios' en el CAAC

La obra del mexicano Moris, la inmensa instalación del brasileño Jonathas de Andrade, donde reflexiona sobre cuestiones raciales, la artista peruana Claudia Coca denunciando cómo el National Geographic presentaba a las mujeres indígenas como salvajes son algunos de los hitos esenciales de una colección que podrá verse en el Monasterio de la Cartuja hasta el próximo 1 de septiembre. "Es una exposición muy comprensiva que cubre toda América Latina y también la huella indígena y africana. Tienes artistas jóvenes maravillosos como Ana Segovia, mujeres que denuncian la violencia en Colombia, como Doris Salcedo, y piezas que recuerdan la huella del modernismo en América Latina, el arte cinético y la abstracción cromática", destaca el coleccionista del casi centenar de obras de unos 60 artistas. El resultado, a su juicio, es una exposición bellísima que "da una lectura muy visual de nuestra colección que permite comprender esa polifonía de voces que constituye hoy el arte contemporáneo latinoamericano", subraya sobre el trabajo realizado por la dirección del CAAC, un equipo que "ha estado en permanente diálogo con los curadores de nuestra colección, han hecho un trabajo magnífico".