Semana Santa: tradición, devoción y responsabilidad, un equilibrio necesario

Los recientes acontecimientos durante el Domingo de Ramos de la Semana Santa de Sevilla 2024 han suscitado un debate sobre la efectividad de los protocolos de lluvia en la gestión de las procesiones.

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La falta de uniformidad en su aplicación y la improvisación en algunos casos han generado situaciones preocupantes que han puesto en riesgo el patrimonio histórico y la seguridad de los cortejos, el patrimonio humano que tanto gusta citar a las cofradías en los días de lluvia. Ejemplar la Hermandad de la Hiniesta actuando con responsabilidad.

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Humildad y Paciencia

Un ejemplo destacado es el caso surrealista que se ha vivido con el Cristo de la Humildad y Paciencia de la Cena, donde se evidenciaron diversas deficiencias en la toma de decisiones.

El retraso en la colocación del capote expuso innecesariamente la imagen a la lluvia, mientras que la falta de coordinación y la improvisación durante el proceso pusieron en peligro la integridad de la talla, máxime cuando las puertas de la Catedral estaban a escasísimos metros. Los conservadores y restauradores con los que ha contactado El Correo de Andalucía desaconsejan una actuación como la llevada a cabo en este Domingo de Ramos.

Ante esta situación, surge la pregunta de si es necesario replantear integralmente los protocolos de lluvia y proporcionar formación específica al personal de las hermandades para gestionar estas situaciones de manera más efectiva. Y, sobre todo, dotar de formación académica a los priostes de las cofradías sobre cómo intervenir: no volcar peso sobre la talla, usar guantes y tener experiencia previa en el uso y colocación de los capotes.

Es muy difícil de entender y explicar que se encarguen capotes de colores en una paleta que llega hasta el rojo Salustiano y después no se sepa colocarlo.

Aunque existe un plan de acción coordinado entre las hermandades, las autoridades y los servicios de emergencia, salvo causa mayor, la soberanía de la Hermandad prevalece en la toma de decisiones, no siendo siempre la más afortunada, como se ha demostrado en este caso. Los partes meteorológicos, en un día como el de hoy, certificaban lo que ha pasado: un domingo roto por la lluvia y el barro.

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