Día Mundial del Síndrome de Down

La devoción más inclusiva

Las cofradías de la Borriquita de Rota y Castro del Río procesionan en sus pasos a niños hebreos con rasgos de Síndrome de Down. Sus autores narran la experiencia

Imagen de la niña hebrea de la Borriquita de Rota.

Imagen de la niña hebrea de la Borriquita de Rota. / El Correo

Bernardo Ruiz

Bernardo Ruiz

Aduana entre la Subbética y la Campiña del Guadalquivir de Córdoba. Son las coordenadas físicas de Castro del Río, semilla de la devoción inclusiva y cuya Semana Santa fue proclamada Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía en el año 2001. La ciudad-fortaleza, repleta de callejuelas pintorescas y cuna de uno de los reñideros de gatos más antiguos de Europa, fue testigo de un suceso que hoy, una década después, es sinónimo de innovación e inclusión.

Imagen del niño hebreo con rasgos de síndrome de Down de la Borriquita de Castro del Río.

Imagen del niño hebreo con rasgos de síndrome de Down de la Borriquita de Castro del Río. / El Correo

2013. La cofradía de la popular Borriquita de Castro del Río encarga a José Antonio Cabello, autor del Gran Poder de Jaén, el Cristo de las Almas del Traslado al Sepulcro de Córdoba o la Virgen de la Caridad de Cabra, la hechura de un niño hebreo para continuar con el proceso de ejecución del misterio del Señor, que desfila durante la jornada del Domingo de Ramos. El consiliario espiritual de la corporación de la Campiña Este en aquel momento, Nacho Sierra, ejerce de gancho entre la junta de gobierno y el imaginero cordobés.

“Ellos querían que la imagen final representara a todas las personas con discapacidad”, confiesa el imaginero en una conversación con El Correo de Andalucía. Tras el exhaustivo análisis de la posible obra y de barajar diferentes opciones, Cabello consensuó con la corporación que la talla fuese un niño con rasgos propios de síndrome de Down. El reto era mayúsculo, ya que suponía la ejecución de una pieza que hasta aquel momento no existía en ningún paso de la Semana Santa de Andalucía.

Detalle de la niña hebrea de la Borriquita de Rota que talló Jonathan Alonso.

Detalle de la niña hebrea de la Borriquita de Rota que talló Jonathan Alonso. / El Correo

Un modelo especial

Cabello aceptó el reto y eligió a Adrián, un niño especialmente vinculado a su familia, para gubiar al hebreo a imagen y semejanza de un pequeño con síndrome de Down. “Un primo de mi mujer que en aquel tiempo tendría 8 o 9 años fue quien posó durante la ejecución”, recuerda con cariño una década después. “Fue una experiencia muy bonita”, añade antes de explicar que el desenlace fue fiel a la idea original de la hermandad: “Adrián tenía unas características muy parecidas a las que la hermandad quería representar”.

A 260 kilómetros de Castro del Río se alza Rota, paisaje de postal de la Costa Noroeste de Cádiz y cuna de Jonathan Alonso Niño, discípulo de la gaditana Ana Rey, uno de los iconos de la corriente del realismo contemporáneo, y que se distingue por su brillante capacidad para representar la discapacidad en obras de la Semana Santa. El autor finalizó en 2020 la tierna figura de una niña para el misterio de la popular cofradía de la Borriquita, que procesiona el Domingo de Ramos.

El covid aplazó su bendición

Alonso esculpió una dolorosa en 2017, a la que bautizó como María Santísima del Amor, que supuso su bautizo como imaginero. Fue unos años después cuando, tras contemplar en directo la obra, Jesús Alegre, hoy hermano mayor de la Borriquita de Rota y en aquel momento hermano de la cofradía, propuso al escultor la realización de una niña hebrea para el paso de misterio. “Como había una niña muy vinculada a su familia con síndrome de Down me dijo que querían fomentar la inclusión con la hechura de una joven con esos rasgos”, recuerda Alonso.

Las alusiones a la modelo en el paso de misterio son especialmente curiosas. “En el broche que porta en el pelo aparece escrito Lola -nombre de la niña que ejerció de modelo- en hebreo”, explica un imaginero que en 2023 añadió a su colección de méritos una nueva obra que apuesta por la inclusión.

Primer plano del ángel querubín con rasgos de síndrome de Down de Constantina.

Primer plano del ángel querubín con rasgos de síndrome de Down de Constantina. / El Correo

Cartelas inclusivas en Constantina

La hermandad del Cristo del Amor de Constantina encargó a Alonso Niño la ejecución de cuatro ángeles querubines para el canasto del trono del Señor con los que pretendía representar a través de las cartelas la diversidad. “En el paso aparecen cuatro ángeles infantiles: uno blanco, uno negro, uno asiático y otro con rasgos de síndrome de Down”, recuerda apenas un año después de presentar la obra en la Sierra Morena de Sevilla.

El joven artista roteño, de 30 años, alcanzó recientemente fama a nivel estatal tras tallar una dolorosa con los rasgos identificativos de la mujer morena plasmada en las pinturas del insigne pintor cordobés Julio Romero de Torres. En verano gubió a una imagen mariana que recibió la advocación de la Virgen de la Pasión y cuyos trazos se inspiraron en el ideal de belleza del famoso cuadro de la Chiquita Piconera.