Jueves Universitario

El joven que pasó de la escudería de la Universidad de Sevilla a trabajar de ingeniero en BMW

Gonzalo López cursó Ingeniería Mecánica y Eléctrica en su ciudad natal y luego obtuvo una beca para hacer prácticas en la marca de coches alemana, donde le ofrecieron un contrato profesional

Gonzalo López Díaz

Gonzalo López Díaz / El Correo

Carlos Doncel

Carlos Doncel

Gonzalo López cursaba en 2018 un Doble Grado en Ingeniería Eléctrica y Mecánica y aún tenía tiempo para participar en ARUS, el equipo de competición automovilística de la Universidad de Sevilla. Solo un año después, este joven obtuvo una de las dos becas de un programa de formación que ofertaba BMW. Hoy vive en Múnich y a sus 27 años trabaja como ingeniero para esta marca de coches de alta gama.

“Siempre me ha atraído la ingeniería, desde pequeño me han gustado las matemáticas y la física”, recuerda este joven criado en el barrio de Sevilla Este. “Vi este Doble Grado en la Escuela Politécnica de Los Remedios y decidí cursarlo”, cuenta López. “Estudiar ambas carreras me dio una visión más amplia de todo”.

“El año en ARUS fue muy importante para mí”

La primera vez que Gonzalo pasó del papel a lo material fue en 2018, durante su último curso académico. “Aquel año en ARUS fue muy importante para mí. No solo era calcular el voltaje o la intensidad, también aprendí que había que tener medidas de seguridad, el montaje de piezas y otros muchos pequeños detalles”, detalla este ingeniero. “Me abrieron el camino y ahí pude comprobar que este mundo era mi pasión”.

Gonzalo López participó en el segundo año de desarrollo del monoplaza con motor eléctrico, el ART-19E. Este coche, tal como se explica en la web de ARUS-Andalucía Racing Team, “consiguió llegar algo más lejos que su predecesor, pasando la inspección técnica mecánica y del acumulador, pero no así el resto”.

Estos incumplimientos en los requisitos impidió al equipo correr en las competiciones universitarias, algo que se conseguiría con la versión eléctrica del monoplaza justo a la temporada siguiente. Un hito que Gonzalo, aunque fuera ya de la escudería compuesta por estudiantes, ayudó a alcanzar.

De ir a clase a BMW en unos días

Este joven sevillano presentó el trabajo fin de grado a principios de septiembre de 2019, y solo unos días después comenzó las prácticas en la sede de BMW. Meses antes había solicitado la beca ¿Te gusta aprender?, un programa de formación financiado por la marca alemana. Tras pasar varias pruebas y con un currículum académico cercano al sobresaliente de media, López fue uno de los españoles seleccionados.

“Durante un año trabajé en el departamento de desarrollo de funciones para vehículos eléctricos e híbridos. Me dieron alojamiento y un sueldo de becario”, explica este ingeniero. Estas prácticas, señala Gonzalo, diferían de las habituales en un aspecto esencial: “Al acabar, si tu tutor te ponía una evaluación positiva, tenías ventaja a la hora de solicitar un puesto de trabajo en la empresa”. Y se la dieron.

“Tuve la suerte de obtener la recomendación y empecé en septiembre en 2020 como ingeniero de pruebas para prototipos de motores eléctricos”, detalla. Su trabajo consiste en definir los exámenes para comprobar que este tipo de motores cumplen con los requisitos de calidad exigidos cuando llegan a la producción en serie. Aunque no por mucho tiempo: “Estoy en proceso de buscar otro puesto dentro de BMW. Es algo común en la compañía explorar otros retos, no conozco a nadie que lleve 15 años en el mismo sitio”.

Como tantos otros jóvenes graduados, Gonzalo López emigró a otro país, Alemania, para tener oportunidades laborales en el ámbito en que se había formado. Después de cinco años en Múnich, no olvida su tierra: “Me gustaría volver a Sevilla, pero no sé si tengo posibilidad de desarrollar mi carrera allí. Es una pena la falta de industrialización que tenemos en Andalucía”, lamenta. Un plan “a largo plazo”, aclara Gonzalo. De momento, aquel ingeniero que ayudó a correr un monoplaza de su universidad seguirá a más de 2.000 kilómetros de casa.