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El sarampión vuelve a salpicar España

El virus destruye las células de memoria inmunitarias

Puede ser desde leve a producir la muerte

El sarampión vuelve a salpicar España

La incidencia del sarampión está aumentando sensiblemente en los países más desarrollados y España empieza a contagiarse –valga la expresión– de esta tendencia. Se han detectado los primeros brotes de esta enfermedad infecciosa desde la pandemia, concretamente en Toledo y Alicante, según informó ayer el diario “El País”. En total se han confirmado desde el 1 de enero 15 casos, de los que siete son importados –en los que la transmisión se produjo en otros países– y ocho autóctonos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) había advertido a finales de enero del “aumento alarmante” de los casos en Europa. En el resto del continente, donde los movimientos antivacunas tienen mayor presencia que en España, los casos se multiplicaron por 30 en 2023. En nuestro país la adherencia a la vacunación es alta, pero para frenar la transmisión es necesaria una cobertura superior al 95%. Por eso los expertos, a la vez que llaman a la calman, advierten que no se puede bajar la guardia en la inmunización.

n bebé con exantema (manchas de color rojo) por sarampión

Según El País, Toledo y Alicante, con cinco y cuatro casos, respectivamente, han sido las dos primeras provincias en sufrir brotes –que ya se consideran cerrados– tras cuatro años sin apenas diagnósticos en España. Aragón y Cataluña, por su parte, investigan un caso cada una en el que el origen del contagio es por ahora desconocido.

“Por ahora no parece preocupante en España, ya que han sido brotes aislados, y es importante destacar que ha infectado a personas no vacunadas”, destaca la catedrática de Inmunología África González, investigadora del Centro de Investigaciones Biomédicas (CINBIO) de la Universidad de Vigo. En declaraciones a Science Media Centre España, González subraya que España tiene una muy buena cobertura vacunal de las dos dosis recomendadas, pero no ocurre así en otros países. “Puede haber casos importados o infección en personas con un sistema inmunitario deprimido si viajan a países donde no hay buena cobertura de vacunación”, señala la científica, que apunta que las personas que tienen más riesgo son “los niños muy pequeños que aún no han sido vacunados y las personas inmunodeprimidas”.

Eliminado en 2017

El sarampión se declaró eliminado en España el 26 de septiembre de 2017, cuando la oficina europea de la OMS declaró que España había alcanzado esa consideración al no registrar transmisión endémica del virus a lo largo de los años 2014, 2015 y 2016. Pero “eliminación” es diferente de “erradicación”. La única enfermedad humana que ha sido erradicada es la viruela. Y erradicar el sarampión es un objetivo difícil, dado que es un virus extremadamente contagioso, que se transmite por el aire (aerosoles) y hay quienes no reciben la vacuna porque no pueden o –lo que resulta absurdo– no quieren. “Se necesita una cobertura vacunal de casi el 100% para poder controlarlo –explica África González–. Los movimientos antivacunas y grupos religiosos están haciendo mucho daño en el control del sarampión. Ya se tenía bajo control y se pensó incluso que se podría erradicar, pero estos movimientos llevaron a muchas familias a no vacunar a sus hijos en diversos países (Israel, Estados Unidos, Francia...), incrementando de forma muy importante los casos de sarampión en sus países, y con brotes en otros países por el movimiento de personas infectadas”, añade.

“Las bajas tasas de vacunación en determinadas áreas geográficas hacen que los brotes de sarampión sean numerosos –confirma Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI)–. Estos casos se importan a nuestro país cuando se producen desplazamientos. Afortunadamente contamos con una tasa de vacunación muy elevada que sirve de barrera de defensa y evita la expansión en nuestro país”, agrega a SMC López Hoyos, quien también es profesor de Inmunología de la Universidad Cantabria.

“Las medidas higiénicas y de confinamiento tomadas durante la pandemia fueron muy eficaces, de manera colateral, contra el sarampión”, señala al mismo portal Ignacio J. Molina, catedrático de Inmunología de la Universidad de Granada. Resalta que “la vacuna de la que disponemos es muy eficaz”, pero que “para lograr la interrupción de la transmisión es necesario tener tasas de vacunación superiores al 95% de la población”.

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