Cultura

No a la tasa turística, sí a cobrar entrada en los museos: Turismo y Cultura caminan por separado

La Consejería de Turismo y Cultura rescata la propuesta de precios en museos y yacimientos que se dejó en el cajón en 2020 por la pandemia

Arturo Bernal ha calificado la tasa turística de "tapón" para "la gallina de los huevos de oro"

Imagen de la exposición "Murillo y los Capuchinos de Sevilla", en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, uno de los hitos del Año Murillo, con el que se conmemora el IV centenario del nacimiento del pintor sevillano.

Imagen de la exposición "Murillo y los Capuchinos de Sevilla", en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, uno de los hitos del Año Murillo, con el que se conmemora el IV centenario del nacimiento del pintor sevillano. / Jose Manuel Vidal / Efe

Patricia Godino

Patricia Godino

Turismo y Cultura llevan estrategias dispares en la consejería que dirige Arturo Bernal; que sus competencias se escriban bajo el mismo epígrafe no significa que sus políticas corran la misma suerte en esta legislatura.

En Turismo, la negativa a incorporar la tasa turística por parte del consejero andaluz, por la que ha comparecido en comisión parlamentaria este jueves, choca de frente con la medida que acaba de conocerse relativa a la política de precios de la Cultura: la Consejería quiere cobrar entrada en los museos y yacimientos arqueológicos de Andalucía, hasta ahora gratis para todos los ciudadanos de la Unión Europea.

La propuesta de la Consejería es, según ha adelantado Europa Press, fijar tramos de precios, una suerte de gradación en función de la calidad y cantidad de los servicios ofertados en los museos o conjuntos arqueológicos y en la que se tengan en cuenta criterios como la ubicación, si es zona urbana o rural, o la accesibilidad, en el caso de conjuntos arqueológicos de difícil acceso.

El cobro de la entrada a partir de ahora fijará un precio para lo que ya es una realidad: en Andalucía hay museos y conjuntos arqueológicos de primera, de segunda y de tercera regional. Pero esta gradación no sólo se refiere a la calidad de sus colecciones y estado de conservación, lógico en una comunidad con un patrimonio amplísimo en sus museos y yacimientos; sino, sobre todo también, a la atención que dispensa la Junta de Andalucía a cada uno de ellos.

Quizá esta gradación ilustre, al fin, el abandono y falta de atención con que la Junta de Andalucía lleva castigando desde hace años (antes de la llegada Juan Manuel Moreno al Gobierno de la Junta) algunas colecciones museísticas y enclaves arqueológicos de la comunidad.

Sólo hay que pasearse por algunas de las salas o hablar con algunos responsables y directores de estos espacios para conocer de cerca el crónico abandono en materia de personal (pero no sólo) de la política museística en Andalucía.

Con esta medida, lo cierto es que Bernal recupera un proyecto que puso sobre la mesa su antecesora en el cargo, Patricia del Pozo, y que hubo de cancelarse o postponerse sine die por los efectos que la pandemia produjo en la economía española y, de manera directa, en el sector turístico.

Entrada gratis en los museos andaluces salvo contadas excepciones

En el ámbito de la gestión de la Junta de Andalucía, se entra gratis en todos los museos de titularidad estatal y gestión autonómica (Museo de Bellas Artes de Sevilla, Museo de Málaga, Museo de Cádiz, por ejemplo) y se cobra la entrada en aquellos espacios cuya gestión depende de un consorcio o patronato, caso del Museo Picasso de Málaga (financiado por la Junta y cogestionada con la familia Picasso) o caso de la Alhambra, uno de los monumentos más visitados de toda España, en cuyo patronato se sientan distintas administraciones pero cuya vida diaria rige un profesional designado por la Junta. 

La excepción sería el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, al margen de los sevillanos, que tiene acceso libre a todo el recinto, es de de entrada libre al espacio de abierto del monasterio de la Cartuja, pero cobra un pago testimonial para el acceso a las salas expositivas. 

¿Tiene sentido que se pongan peros a la tasa turística pero se cobre la entrada a un museo?

Ésta es quizás la pregunta que muchos se hacen al conocer la propuesta de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte. ¿Por qué cobrar en un museo y no la al turista que los visita?

La razón argumentada por la Junta para incorporar esta política de precios es que con estos recursos "adicionales" será posible contar, en palabras de la Administración autonómica, con instituciones culturales "más modernas y de mayor calidad, tanto respecto de sus fondos como de sus propias infraestructuras y de las actividades que puedan ofertar a la ciudadanía con el objetivo último de convertirlas en referentes de una cultura de calidad para el siglo XXI"

Si se necesitan fondos para mantener el patrimonio y para revertirlo en su conservación y modernización, ¿por qué no empezar con el cobro de la tasa turística y que los Ayuntamientos hagan lo propio con los monumentos espacios y enclaves que requieren un esfuerzo mayor de mantenimiento?

Si en argumentos de Bernal, expuestos durante su intervención en el Parlamento, la tasa turística "espanta al turista" y significa "un tapón" a "gallina de los huevos de oro" que es el turismo, ¿significa eso que se espantará, por seguir la terminología del consejero, al belga o al francés que hasta ahora sabía de la gratuidad de la visita a los maravillosos patios del Museo de Bellas Artes de Sevilla, contempla los zurbaranes que cobija el antiguo Convento de la Merced o se pasea por las galerías, rehabilitadas y reabiertas al público en 2016, del Museo de Málaga en el Palacio de la Aduana?

Demasiadas preguntas en lo que a la postre es un choque de legitimidades, cuando no un escenario de incoherencias que habitan en la misma casa, preguntas que deja esta propuesta que ha estado en el cajón desde 2020.

Arturo Bernal rescata la propuesta de cobro de entrada a museos que Del Pozo planteó pero guardó en el cajón por la pandemia

Entonces, Del Pozo planteó un cobro lineal en museos de unos tres euros. La propuesta de tasa turística -ecotasa es como le llama el gobierno balear a un impuesto que revierte a las arcas autonómicas unos 350 millones anuales- es de entre 0,50 euros a tres, dependiendo de la gradación del establecimiento hotelero, según algunos de sus principales defensores.

Arturo Bernal lo único que ha hecho es rescatar y actualizar una propuesta que, según muchas voces, es lógica: cobrar al visitante la entrada a los museos. Pero y ¿por qué no aplicar el cobro al turista que visita la ciudad que acoge esos museos? y, quizás la otra pregunta necesaria, ¿y por qué ahora, en pleno revuelo por el debate de la tasa?

"Parece un comercial del sector hotelero", ha espetado en la comisión parlamentaria Maribel Mora, diputada de Adelante Andalucía, el grupo que presentó en diciembre pasado una proposicion de ley sobre la creación de la tasa turística que duerme en un cajón de Turismo desde entonces.