Elogio de la primavera

Una de las últimas preguntas de García Márquez: “¿Es Sevilla una ciudad real o inventada?”

El periodista Julio Muñoz, Rancio, pregona la Semana Santa para Radio Sevilla en una intervención llena de anécdotas y vivencias

Gala 'Elogio de la Primavera' Rancio Sevillano

Gala 'Elogio de la Primavera' Rancio Sevillano / Curro Casillas / Radio Sevilla

Isabel Morillo

Isabel Morillo

Invierno en Nueva York. Otoño en París. Verano en Maldivas. Y primavera… Primavera en Sevilla. El periodista Julio Muñoz ‘Rancio’ ha sido el encargado este año de pronunciar el “Elogio de la Primavera” de Radio Sevilla dentro de la Gala de entrega de la Rosa de Pasión, que la Ser siempre organiza con gran éxito en los días previos a la Semana Santa. El pregonero no ha defraudado con un texto lleno de anécdotas, vivencias y curiosidades, puro estilo Rancio, que es también colaborador de El Correo de Andalucía y cada viernes descubre rincones de Sevilla en su “Mapa Rancio”.

El escritor ha sorprendido contando que el Nobel de Literatura Gabriel García Márquez leyó su primera novela, El asesino de la regañá y dejó una pregunta a la que siempre le ha dado muchas vueltas: “¿Es Sevilla una ciudad real o inventada?”.

La mejor primavera

Muñoz ha defendido que la de Sevilla es “la mejor primavera que existe en todo el planeta”. “Quién quiere un verano, un otoño o un invierno pudiendo elegir una primavera? Esto es como lo que me dijo un hombre cuando saqué mi novela El Evangelio Triana, ‘Rancio tiene sentido lo que dices, si Jesús podía elegir donde nacer, ¿cómo no iba a elegir Sevilla?’”, proclamó en el teatro Cajasol.

El periodista sevillano contó su primera Semana Santa de adolescente, la primera vez que salió con sus amigos y decidió “comprarse unos buñuelos con chocolate en el Dulio de la calle Sierpes” pero si sorprendió por algo es por la revelación sobre cuál era el último libro que leyó García Márquez.

Realismo mágico

“Yo escribí un libro, El Asesino de la Regañá, que por si alguien no lo conoce, cuenta los crímenes de un asesino en serie en una primavera de Sevilla”, fue efectivamente su primera novela. Luego han venido más, El crimen del Palodú o El prisionero de Sevilla Este, que suman ya miles de lectores. Con su último libro, Muñoz se adentra en la novela negra. True Crime (Paseo Editorial) es otro fenómeno literario de un periodista que cuenta por miles sus seguidores en las redes sociales. Muñoz colabora también en la Ser en Andalucía con otro espacio referente del humor en las ondas La Cámara de los Balones y el magacín No puede ser.

“Ese libro lo escribí en el paro y desde entonces me ha traído grandes alegrías: miles de libros vendidos, el cariño de mucha gente, poder hacer radio en la Cadena Ser y probablemente estar hoy aquí delante de ustedes. Pero quizá, la historia más extraordinaria que provocó esta novela, fue cómo llegó a las manos del premio Nobel colombiano, Gabriel García Márquez”, contó sobre su primera publicación. Un día en un bar de Madrid le pidieron saludar a una pareja que estaba leyendo el libro, se estaban divirtiendo mucho y querían conocerlo. Fueron ellos quienes le dieron el libro a García Márquez.

Madrid y un bar

“Oye, que García Márquez se está leyendo la Regañá y ya ha llamado varias veces a esta mujer para preguntarle las cosas que no entiende. Me ha dicho que se ríe mucho intentando explicarle cosas de Sevilla”, le contó días después el dueño del bar, que tenía en ese matrimonio unos buenos clientes.

“Un poco después, el 17 de abril de aquel año, 2014, plena primavera también, García Márquez falleció. Recuerdo que vi la noticia y ni siquiera caí en lo del libro”, contó Muñoz, que no daba crédito cuando de nuevo le llamaron para contarle que la mujer que conoció en el bar había vuelto de Colombia del entierro del Nobel y le había traído “el libro tuyo que leyó el hombre, y que está subrayado por él”. A la semana, el periodista estaba en casa de esta mujer en Madrid, que era malagueña, y le contó que se encontró en el Museo del Prado a la asistenta de García Márquez, le preguntó que estaba leyendo, le habló del libro de Rancio y así llegó a las manos del escritor colombiano, que inmerso en la lectura le preguntó: “Pero, ¿Sevilla es una ciudad real o inventada?”. “Y me parece una pregunta tan bella, que no he parado de darle vueltas desde entonces. Él leyó una historia de Sevilla en primavera y esa ciudad en esa estación, le parecía imaginada, no real”, pregonó ante un teatro que colgó el cartel de lleno. Realismo mágico sevillano, el de Julio Muñoz, sin ninguna duda.