Cultura

La Sevilla de Paco Gandía sabe contar chistes de otra forma

Ya no se escuchan bromas de toreros, gangosos y soldados: los jóvenes de la comedia sevillana actual han renovado el panorama hablando de temas que les preocupan, como el alquiler de los pisos o la adicción a las redes

Pablo Díaz 'Shurmano' en plena actuación

Pablo Díaz 'Shurmano' en plena actuación / PCR COMEDY

Carlos Doncel

Carlos Doncel

Sevilla ya no es solo el chiste de los garbanzos de Paco Gandía o la Omaíta de Los Morancos. Desde hace años nuevas generaciones de actores y humoristas intentan hacerse un hueco en el panorama cómico de la capital andaluza, más rico y diverso que antes.

La gran mayoría de ellos no supera los 40 años. Y justo ahí está la clave de la renovación: son gente joven hablando de los temas que les preocupan con dosis altas de cachondeo. De los toreros, soldados y gangosos de aquellos chistes costumbristas se ha pasado a coches eléctricos caros y silenciosos o al problema del alquiler en Sevilla, con pisos más cerca de los Pirineos que de la Torre del Oro. Un humor fresco, actual, necesario (y mucho más respetuoso, dicho sea de paso).

“Estamos en un momento en el que hay mucha variedad y calidad”, comenta Fran Contreras, actor de teatro de improvisación y cofundador de Sevilla Impro Club. “Quien quiera stand up, ahí tiene a PCR Comedy; improvisación, a nosotros o a otros compañeros como Improductivos, y si te apetece obras mínimas o radio en directo, Noche de Repálagos”. Estas microproductoras locales ofrecen todas las semanas estos espectáculos con un objetivo lógico y justo: poder vivir de estos trabajos sin tener que marcharse de su ciudad.

Uno de los problemas, señala este actor, es que muchos sevillanos desconocen esa oferta: “Hace poco fui a una función en el auditorio Nissan Cartuja de una compañía catalana que vendió 500 entradas, y con todos mis respetos, creo que el humor que se está haciendo aquí lo mejora. Algunos de esos espectadores, si nos conocieran, quizá vendrían a vernos”. Y es justo por ese reconocimiento y difusión por lo que trabajan a diario estos artistas de la comedia local.

Chistes y monólogos no son lo mismo: cuestión de educación

“Tú te educas con lo que ves a diario, y en Canal Sur siempre salía gente contando chistes populares a su forma. Como es evidente, al final te acostumbras a eso”, opina Manu Partida, cómico sevillano afincado en Madrid desde hace cinco años. Décadas escuchando a Paco Gandía, Chiquito o el Risitas hicieron que muchos confundieran los monólogos con ese formato al que estaban habituados, “pero es otro distinto, ni mejor ni peor”.

No ayudaba a aclarar esa confusión el escenario de comedia que tenía la ciudad hace un tiempo: “Cuando empecé en este mundo, hace 13 años, éramos muy pocos humoristas y solo existía la sala La Garufa. Paramount Comedy llevaba a sus cómicos y nos tenía a algunos probando textos para grabar en el canal”, recuerda Manu Partida.

Cuando empecé en el mundo de la comedia, en 2013, en Sevilla éramos muy pocos humoristas y solo existía la sala La Garufa

Manu Partida

— monologuista sevillano afincado en Madrid

Por suerte la realidad actual es otra: “Ahora tanto los artistas como el público se están educando gracias a que hay un panorama muy diferente respecto a cuando me fui”, dice Partida. Uno de los responsables de este progreso es Pablo Díaz Shurmano, fundador junto con Pablo Soto Suricato Capitán de la productora PCR Comedy, que lleva organizando shows de monólogos desde 2021: “Proyectos como el de Sevilla Impro Club, Noche de Repálagos o el nuestro, PCR Comedy, unifican y permiten hacer comunidad y presumir de que hay generaciones menos conocidas que vienen empujando”.

“Hoy día vas a un evento de comedia en Sevilla y ves que los espectadores no esperan a un cuentachistes, saben ya qué es un espectáculo de monólogos”, declara Manu Partida. También los cambios se han notado a nivel de demanda: “En nuestros eventos no conozco a casi nadie, algo que no ocurría al principio, cuando la mitad del público eran colegas míos”, reconoce Pablo Shurmano, que parece olvidar que también iban familiares.

La improvisación, un formato con mucha tradición en Sevilla

“El teatro de improvisación lleva aquí más de 20 años, y a lo largo de este tiempo ha tenido momentos de pico y otros más tranquilos”, ilustra Fran Contreras. En la actualidad ha vuelto a aumentar el interés en el teatro improvisado: “Nosotros estamos en la Sra. Pop los jueves, y ya no hace falta publicitarlo, se llena siempre. Cada vez que ordeno las sillas antes de la actuación, pienso que es una pasada”, dice Contreras. Aunque no se conforma con eso: “Es una carrera de fondo, y aquí hay que estar pico y pala hasta que lleguemos a más público y no pare de venir”.

Fran Contreras (izquierda) y Juanma Martínez (derecha) durante un show de Impro

Fran Contreras (izquierda) y Juanma Martínez (derecha) durante un show de improvisación / Sevilla Impro Club

Hasta llegar a este punto ha habido también una labor de concienciación por parte de los espectadores: “El acceso a nuestros eventos es libre, se paga al final lo que cada uno quiera, pero en la actualidad noto que quienes vienen saben a qué vienen”, comenta el confudador de Sevilla Impro Club. “Al principio echaban muchas monedas de cobre, y ahora vemos una cada tres meses. Eso significa que las personas valoran nuestro trabajo”. Y que no llevan tanto suelto, claro.

En Sevilla no se vive de hacer reír

Si aquel chaval murciano advirtió hace años que de la petanca no se podía vivir, a los humoristas sevillanos les pasa lo mismo con su oficio. Pese al esfuerzo de todos estos artistas y a la evolución en la oferta, “sigue sin haber una industria de la comedia en la ciudad”, en palabras de Pablo Shurmano, que trabaja además en una agencia de comunicación. “Aquí no hay una clase media del humor. No existen artistas que actuando en salas de Sevilla y alrededores se puedan ganar la vida de forma decente, como sí pasa en Madrid”.

Mientras termina de asentarse y profesionalizarse la comedia en la ciudad, muchos deciden irse a grandes capitales como Madrid o Barcelona. Manu Partida fue uno de los que emigraron para poder ganar un sueldo de hacer reír a los demás: “En Sevilla actuaba solo una vez al mes, y al poco de llegar a Madrid conseguí tener mi propio show en La chocita del loro, uno de los templos del humor nacionales por aquel entonces”. Con el tiempo, consiguió que se convirtiera en su única profesión.

Entonces, ¿cómo se puede conseguir esto mismo en Sevilla? “La televisión pública debería apostar por formatos de comedia más frescos. En Cataluña, TV3 ejerce un papel muy importante como cantera de humoristas, por ejemplo”, argumenta Shurmano. “También estaría genial que el apoyo de las instituciones públicas fuera más frecuente y accesible y que hubiera un local especializado solo en humor”, señala este cómico sevillano.

La ciudad que dio ilustres cuentachistes parece que no es del todo hospitalaria con los herejes del humor castizo. Ellos lo intentan, se suben cada semana a los escenarios, aunque aún queda para que haya un circuito cómico profesional. Pablo Díaz, Shurmano cuando coge un micrófono, resume su meta y la de muchos compañeros en pocas palabras: “Ojalá en un futuro los artistas andaluces no nos tengamos que ir de nuestra tierra para triunfar y poder ganarnos la vida”.

No hay excusas: aquí tienes la programación de comedia en Sevilla

Para escuchar monólogos en la ciudad hay dos opciones, y ambas en el Lady Drama (Dos de Mayo, 10): dos martes al mes, Feísmo Cool, un micro abierto de comedia, y dos domingos al mes, PCR Comedy organiza un show con varios humoristas (además de eventos especiales, como el Festival Andaluz de Comedia Alternativa, que se celebrará el 31 de mayo y el 1 de junio).

En la ciudad conviven dos compañías de teatro de improvisación: Sevilla Impro Club, que actúa los miércoles en Platea Café y Copas (Madre Dolores Márquez, 11) y los jueves en la Sra. Pop (Amor de Dios, 55); e Improductivos, que hace su espectáculo ImprOn una vez al mes en su local (León XIII, 7).

Noche de Repálagos, con experiencia también en improvisación, hace su pódcast de humor semanal, La Tormenta, en La Sala (Aniceto Sáenz, 1). Asimismo, también suelen representar obras de teatro mínimo en este lugar.