Patrimonio

Restos de la Sevilla judía salen a la luz tras 350 años ocultos en Santa María la Blanca

El templo permite visitas durante su restauración, que se alargará hasta el mes de julio, aunque estos descubrimientos quedarán ocultos en una semana

Trabajos de restauración en Santa María la Blanca.

Trabajos de restauración en Santa María la Blanca. / Victoria Flores

Victoria Flores

Victoria Flores

La hoy iglesia de Santa María la Blanca ha sido, como Sevilla, musulmana, judía y cristiana. Sus paredes siguen guardando los secretos de sus diferentes etapas. La restauración del templo, que ha obligado a desmontar el retablo por primera vez en 350 años ha revelado construcciones de su época como sinagoga. Estos elementos estaban cubiertos por el retablo principal del templo y que volverán a quedar ocultos en apenas una semana.

Estas hornacinas son los únicos restos que aún perviven, aunque de forma oculta, de la sinagoga sevillana. La conversión en iglesia en 1391 convirtió el hejal, espacio reservado para la Torá y otros elementos litúrgicos judíos, en el altar mayor y retiró las pinturas que decoraban sus paredes. "Por fin podemos lanzarnos a pensar que la configuración de la sinagoga está descubierta", explica el arqueólogo José Antonio Valiente.

Aprovechando la necesaria restauración del templo, que se ha dado tanto en las paredes de la iglesia, como en el propio retablo, se ha realizado un estudio arqueológico para descubrir los retos que pervivían sobre la organización de la antigua sinagoga. Investigaciones previas se aventuraban a descifrar la estructura de la misma, pero no se había podido comprobar hasta que estos huecos en el muro no han visto la luz.

Descubierto muro de la antigua sinagoga en Santa María la Blanca

Europa Press

Peligros ante los posibles desprendimientos

Habían permanecido ocultos durante tanto tiempo que no se sabía a ciencia cierta cómo estaba organizado el templo antes de ser cristiano.  De hecho, el arqueólogo encargado de los trabajos reconoce que las hornacinas en las que reposaban estos elementos litúrgicos "han sido una sorpresa, ya que se pensaba que eran para elevar el altar mayor". Ahora han podido comprobar que en realidad eran "estructuras preexistentes". Además de las que se encuentran en la zona central, en el lateral este había otras, orientadas a Jerusalén como manda la tradición ortodoxa, en formato vertical para guardar la Torá.

Los trabajos se han realizado en el propio templo de la judería para no alterar las condiciones ambientales en las que se conserva el retablo. Mientras los cámaras llegan, los trabajadores no paran de limpiar y sacar brillo a los diferentes elementos que conforman el altar. Están acostumbrados, desde que se iniciaron las obras en noviembre, la iglesia ha permanecido abierta a las visitas, que pagan un donativo para poder acceder. De hecho, se podrá contemplar la evolución de los trabajos hasta su finalización.

Ahora, las obras de restauración encaran su recta final y esperan estar listas para el mes julio. De hecho, en apenas una semana, este descubrimiento volverá a quedar oculto tras el retablo, que iniciará su montaje.

Pese a las múltiples intervenciones que ha sufrido el templo a lo largo de su historia, la mayoría habían sido pequeñas restauraciones realizadas con poco presupuesto. "Hemos tenido una oportunidad única de intervenir con un método científico y técnico en una zona en la que nunca se había hecho con esa metodología", resalta el arquitecto de la obra, José María Rincón. Cuando comenzó la intervención en noviembre, el retablo estaba inclinándose hacia delante debido al deterioro de los materiales y la restauración era urgente ante el peligro de algún tipo de desprendimiento.

La restauradora Almudena Fernández trabaja sobre un ángel del retablo.

La restauradora Almudena Fernández trabaja sobre una de las figuras del retablo. / Victoria Flores

Visitas reservadas a los investigadores

"La estructura que sostenía el retablo era una especie de sistema de estructura murallas que fue complementándose a lo largo de 350 años con otros subsistemas. Esa estructura ha ido deteriorándose y está en un estado peligroso y estaba en un momento de vuelco hacia delante por el agotamiento de los materiales", profundiza el experto. Estos trabajos incorporan una nueva estructura externa a la que irá anclada el retablo. La madera, acostumbrada a estar apoyada sobre la piedra tendrá que adaptarse a una nueva situación. Mientras que antes la estructura sobre la que se apoyaba era mucho más "casera", según los restauradores, ahora se está realizando de una forma mucho más "ortodoxa".

La obra del inmueble ha tenido un presupuesto de 87.000 euros, mientras que la del retablo en sí ha ascendido a los 90.000. En total, 177.000 euros que buscan recuperar el esplendor de uno de los templos más antiguos de Sevilla.

Una vez la iglesia vuelva su aspecto habitual, el que podemos contemplar desde hace 350 años, solo los investigadores podrán disfrutar este hejal. El retablo tapará lo equivalente al sagrario para la religión judía, para el gran público. Sin embargo, investigadores acreditados podrán acceder para realizar estudios sobre estos restos del siglo XIV gracias a una puerta lateral a contemplar este tesoro arqueológico, que se verá reducido a un ancho de apenas 45 centímetros.